VI

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El fin de semana había concluido. Estaba más que satisfecho por ello, había disminuido algunos pendientes tomando como ejemplo la Colaboración con Trinity, ambos estábamos más que eufóricos por eso y no teníamos más que tener paciencia.

Por ahora mi único y gran pendiente era aquel viernes a las Cuatro en el mismo Muelle. Tenía las mismas dudas del primer día y con los minutos estas aumentaban; a veces me atormentaba ese pensamiento pero por algún motivo me aferraba a él.

Recuerdo haberme grabado su último gesto... desacertada con el ceño ligeramente fruncido.

Sonreí inconsciente; los días se me hacían eternos y la curiosidad me consumía como si estuviese pasando de estado sólido a ser un alma más en el mundo desconocido.

Tome mi valija y comencé a ordenar mis cosas, sabría que el día llegará.



Y Exactamente, llegó...



Había amanecido optimista extrañamente, sin mencionar lo gustoso y activista que me mantuve durante el día; como si hubiera despertado siendo la mejor versión de mí. Y ahora fregaba los platos siendo terminada la comida, como si necesitara hacer algo antes de salir.

—Mamá —Garraspé secándome las manos.

— ¿Si, cariño? —Contestó mientras colocaba algunas cosas en refractarios.

—Mmh... ¿Recuerdas que ayer te mencione que tenía un un pendiente? —Dije

—Sí, ¿Es hoy? —Me miro atenta, asentí. —Bien ¿Por qué no vas?

—Bueno... no sé si Papá pueda llevarme... —Dije tímido colocando mis manos sobre mis bolsillos.

—Creo que está ocupado... pero puedo hacer una excepción a mis cosas y llevarte. —Sonrió convincente.

—Muchas gracias mamá —Sonreí acercándome a ella para besar su mejilla.

—Adelántate, iré por mi bolso. —Removió mi cabellera y obedecí.



Estando en el auto no hubo mucha conversación, Mamá era más de cuestionar llegando a casa; sin embargo, quería hablar de esto ahora pero no tenía las palabras para charlar con ella.

—Entonces al Muelle... —Soltó mamá de repente, como si hubiese leído mis pensamientos.

Asentí.

— ¿Verás a alguien? —Preguntó mirando al frente.

Viéndolo bien, no quería hablar del tema.

—Sí, supongo... —Mordí mi labio inferior tensado

— ¿Supones?

—Bueno, si es que llega... —Suspire

—Ya veo... —Habló mirándome de reojo — Me llamas si necesitas algo.

Aparco el auto finalmente mirándome con una sonrisa. No me había percatado del resto del viaje, sin decir nada baje del auto y me despedí de ella.

Viendo como el auto se alejaba me inmute repentinamente a lo que estaba por suceder, marché a la densa arena observando al frente; tan solo como hace semanas, raramente una que otras personas pasando por ahí.

Observe al frente con la esperanza de verla como aquella vez. Que desilusión.

Aquel gesto neutro que llevaba en el rostro se había convertido en uno amargo e iluso. ¿Por qué creí que vendría?

Por inercia saqué mi teléfono para observar la hora; entonces comprendí. Eran las 4:10, llegué tarde y tal vez ella se había marchado siendo impaciente. Guardé mi teléfono chasqueando la lengua mientras pasaba mi vista por el resto del muelle.

Y sintiéndome el ser más torpe, reaccioné viéndola en el mismo lugar que la primera vez, como un deja vu.

La misma silueta, la misma melena realmente era ella sin necesidad de verle el rostro.

Era la chica del muelle.

For You | Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora