FINAL

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Capítulo Diez

Alfonso fijó la mirada en Anahí nada más entrar en la sala de seguridad al lado de Dare. Quería acercarse a ella, pedirle que lo perdonase y decirle lo mucho que la amaba, pero sabía que no era ni el momento ni el lugar adecuados.

Aun así, no pudo evitar estudiarla. Todavía no eran las once de la noche, pero daba la impresión de que la habían levantado de la cama. Parecía somnolienta, aunque Alfonso sabía que, dadas las circunstancias, se mantendría alerta.

Como sabía que si seguía contemplándola acabaría atravesando la sala para darle un beso, luchó contra la tentación y se volvió hacia Vance.

-¿Qué tenemos?

-Han hecho exactamente lo que esperábamos que hiciesen -le explicó él, riendo-. Han congelado la imagen de los monitores de tal modo que las imágenes que están viendo mis hombres son de hace tres horas. Ellos no saben que hemos instalado más cámaras y que podemos ver todo lo que está ocurriendo en realidad. Echa un vistazo.

Alfonso se acercó al monitor. Vio dos figuras vestidas de negro que se acercaban a la cámara acorazada.

-¿Dónde están la tercera mujer y el hombre?

-En el casino -respondió Anahí, señalando otro monitor y evitando mirar a Alfonso.

-Están estableciendo una coartada -le explicó-. Llevan una hora recorriéndose todas las mesas y jugando al black jack, al póquer, hablando con los empleados del casino y haciendo todo lo posible por hacerse notar. Su coartada será que es imposible estar en dos lugares distintos al mismo tiempo.

-Es posible, cuando uno se enfrente a tres trillizas idénticas-comentó Dare, frunciendo el ceño-. Pero se supone que eso no lo sabe nadie.

Alfonso sacudió la cabeza. El cuarteto se habría salido con la suya y habría conseguido robar las joyas si Anahí no hubiese sospechado de aquella mujer. Incapaz de seguir controlándose, se acercó al lado de Anahí y oyó como ésta respiraba profundamente.

-¿Sabemos por qué no podemos obtener los datos de las otras dos trillizas? - le preguntó a Vance.

-Sí. Parece ser que las separaron nada más nacer y han crecido en tres familias diferentes. Volvieron a encontrarse en la universidad y ninguna tiene antecedentes. Las tres se criaron en buenas familias. El padre adoptivo de una de ellas trabaja como científico en Bruselas.

El jefe de seguridad sacudió la cabeza y después continuó:

-A mí me parece que lo hacen sólo por divertirse, para ver si pueden salirse con la suya. Llevan cuatro años huyendo de la ley, lo que ha hecho que sean cada vez más atrevidos e imparables -a Vance le brillaron los ojos-. Hasta que han decidido venir a mi territorio.

Todos se instalaron alrededor del monitor y observaron cómo las dos figuras intentaban entrar en la cámara acorazada.

-Han conseguido eludir la alarma, lo que me hace pensar que una de ella es una verdadera profesional -comentó Anahí.

Alfonso sabía que no tenía que preguntarle si sus hombres estaban en sus puestos. Lo que no sabían las dos intrusas era que cuando entrasen en la cámara acorazada pondrían en marcha un mecanismo que las dejaría encerradas dentro.

Decidió apartarse de Anahí. Simplemente su aroma lo estaba excitando. Se colocó al lado de Dare, que estaba concentrado en las imágenes del monitor. Del mismo modo que sabía que no era el momento ni el lugar para besar a Anahí, también sabía que tampoco era el momento ni el lugar para darle las gracias a su primo por haberle abierto los ojos con respecto a ella.

La apuesta más atrevidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora