Capítulo 25

7 0 0
                                    

Llegó el día de mi fiesta de cumpleaños. Me encontraba en la habitación del hotel donde se llevará acabo la fiesta, nana Ninn me está ayudando en arreglar mi cabello y Liz me ayuda  con el maquillaje. Ellas están listas, solo soy la única que no estoy lista. En estos días me he comunicado con Harvey para preguntarle de cómo le está yendo de Washington con sus padres y me ha respondido que solo se reunían por ayuda de la empresa y cree que no tiene asuntos familiares con ellos. En una parte de mí me dice que es bueno que él los esté ayudando y por otra parte es que sus padres pueden ser personas que solo se dedican en su trabajo y no a la familia.

Ha pasado media hora cuando Liz y nana me ayudaron con el maquillaje y el peinado, entro al baño para ponerme el vestido. Me lo pongo junto con mis zapatos, salgo del baño y me encuentro en la habitación con mi amiga, nana, la madre de Liz y Kris. Las mencionadas me vieron con sorpresa y sacaron comentarios positivos por mi estilo, yo muestro un pequeño sonrojo y sonrio.

Salimos de mi habitación ya que iba a ser hora para la fiesta, llegamos al salón y solo se encuentran la familia de Liz y nosotros tres. Nos quedamos platicando un rato hasta que empezaron a llegar los invitados, luego llegaron mis amigos. Cuando llegaron todos los invitados se dio el inicio de la fiesta. Todos nos estabamos divirtiendo, incluso mis abuelos. Hasta que Liz me interrumpió mi baile con uno de mis primos.

Liz me pidió que la acompañara afuera, la veo confundida con un ceño fruncido y ella me pedía que la confiará. La seguí, salimos del salón de fiestas y me llevó al área libre donde se encuentra un kiosco, el lugar se miraba tranquilo, lleno de flores y luces en cada parte del lugar. Noté que somos las unicas en este lugar. Levanté la mirada y me impresionó por el cielo estrellado. Se ve hermoso. Nos acercamos al kiosco pero Liz me para.

-Espero que te la estes pasando bien en tu fiesta- habló mi mejor amiga con una sonrisa.

-Si, lo sé- lo digo corto y Liz lo notó.

-¿ Es por Harvey? -preguntó mi amiga entristecida. Veo mis uñas y con una expresión triste.

-De lo que me contó Harvey, no podrá venir ya que sigue con sus asuntos del trabajo familiar en Washington- pensándolo bien, no he recibido una llama de él el día de hoy. Me estoy preguntando ¿si está todo bien con sus padres? o si ¿le pasó algo malo? Varios pensamientos negativos se inhundaron por mi mente pero siento la mano de mi amiga en mi hombro.

-¿ Por qué no ves que hay en el kiosco?- Terminó con una sonrisa ladina.

Frunzo un poco el ceño confundida. Le hago caso. Me acerco más al kiosko y abro mis ojos por la sorpresa. Me lo encuentro con un traje de color negro con un corbatín del color azul marino, sus rizados cabellos lo tiene peinados desde atrás. Me lo quedo viendo por un momento y me acerco a él con una sonrisa en mis labios. Él me tiende su mano y me acerco más a él.

-Te vez hermosa señorita Moon- me halaga Harvey con una sonrisa ladina.

-Creí que no te vería- digo con un tono apagado.

-Si... Me escapé de mis padres. Solo me querían por trabajo y nada de tiempo en familia- bufó un poco por su comentario.Siento su mano tomando mi mejilla con delizadeza -Pero quiero pasar la noche con la chica quien amo por mi vida-

Nos acercamos y nos dimos un beso. No nos importó la presencia de Liz, solo quería estar en nuestro propio mundo. Pero todo ha sido interrumpido por una canción, era de Ricky Montgomery y su canción se llamaba "Mr Loverman". Es una hermosa canción . Harvey me invitó a bailar y lo acepté. Nos acercamos al centro del kiosco, él tomó mi cintura y mi mano derecha, yo posicione mi otra mano en su hombro.

Los primeros pasos fueron suaves, eran como un vals, que dimos vueltas por todo el lugar hasta que él se separó de mí y levantó nuestras manos que están enlazadas para que de una vuelta. Despúes me quedé de espaldas y Harvey tomó mi cintura, seguimos bailando con suavidez y dando vueltas por todo el kiosco, después volvimos en la posición de antes para vernos a los ojos y seguimos con los mismos pasos, pero en uno de ellos me cargo. Lo abreacé por el cuello y él dio vueltas, con eso nos reímos, terminó de hacer ese paso, nos volvimos a ver los ojos y Harvey depositó un beso en el dorso de mi mano.

La pasión de una violetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora