𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 | te amaré más allá de la eternidad. Te amaré por siempre. Porque mi amor por vos es eterno
Melody y Simón sufrirán por estar juntos, estaran desolados, perdidos y vacios.
en donde Sol tiene la orden de matar...
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El castaño suspiró, su corazón latia muy rápido por los nervios y sostenía la carta con sus manos temblorosas, se giró lentamente y sus ojos quedaron fijos en los de Sol.
— ¿Qué hacés con ésa carta? — volvió a preguntar la infiltrada.
— Emh...nada, no tiene importancia — el castaño guardó la carta en su mochila algo nervioso —. ¿Por qué preguntas?
— No por nada — se encogió de hombros —. ¿Qué hacés? — se sentó a su lado.
— Leyendo, ¿qué no me ves? — soltó con obviedad.
— ¿Estás molesto conmigo? — preguntó confundida debido a su actitud. Pero el negó —, ¿qué pasa? No te veo para nada bien Simon
Carraspeó la garanta — Me peleé con Mel y... — se retracta y el enojó subió por sus venas —. ¡Pará! ¿Por qué te estoy contando ésto a vos? ¡Mejor andate! — gritó.
— ¡Bueno tampoco es para que me trates así Simón! — fingió estar dolida —. ¡Te quiero ayudar nada más!
— Pues no necesito tu ayuda, ya bastantes quilombos me trajiste
La infiltrada abrió un poco la boca sorprendida, todo ésto era por Melody y por su ruptura.
— ¡Shh! Esto es una biblioteca o se callan o se van, ustedes eligen — los regañó la mujer.
— Matate — murmuró Simón a su oído, agarró sus libros y salió enojado del lugar sin ni siquiera disculparse aunque sentía que no debía.
Sol sonrió levemente porque su plan había funcionado y la verdad no le importaba nada de como Simón la había tratado, lo que le importaba es que el encontró aquella carta y éso la hacia feliz, separarlo de Melody eso es lo que más le gustaba.
El castaño freno de golpe al ver a su terapeuta en la sala hablando con Camilo, resopló dándose media vuelta para irse de aquel lugar pero Camilo lo freno antes de que el se fuera. Y lo llevó hasta la terapeuta.
— ¿Estás listo? — preguntó Alicia con una sonrisa amable.
— No — negó con brusquedad —. No quiero hablar con usted ahora
— Simón necesitas hablar. Te hará bien, créeme
El pecho de Simón se movía con brusquedad por la respiración rápida que tenía, ya no soportaba más estar así
— Estoy muy cansado ahora — su voz sonó seca.
— Tenés que venir conmigo. Sólo será unos par de minutos, lo prometo — intentó agarrarlo del brazo.
— ¡No! — gritó asustado, retrocediendo intuitivamente —. Aléjate de mí, por favor — suplicó.
— Nadie va a hacerte daño — lo calmó Camilo quien había agarró su cara con suavidad —. Pero necesitas sanar. Necesitas olvidarte del todo el trauma que pasaste
