Terquedad inexplicable.Aunque sea nuestra edad avanzada, no tiene por qué corresponderse esta con una etapa madura de espiritualidad. Al igual que ocurre en las relaciones matrimoniales, en nuestra vida social somos catalogados, de modo general, como inmaduros. En la vida maritalñ aunque los cónyuges pertenezcan a la tercera edad, las conductas y reacciones pueden, en innumerables ocasiones, tener semejanza con las que pueden existir en niños de 7 años. Del mismo modo, nos tornamos caprichosos cuando de Dios se trata.
Tengo experiencia propia en este sentido. Toda mi vida me la pasé diciendo que al último lugar al que entraría sería a una iglesia; aseguraba que allí no me vería nadie; me reafirmaba en que NUNCA asistiría. Sin embargo, desde la etapa en que lo expresaba, necesitaba hacerlo. Para nada era mi intención mentir. Es que la engañada era yo.
Era capaz de explicar que los himnos de estos lugares me "llamaban la atención". Realmente, canciones podemos encontrar en cualquier otro sitio. Definitivamente, esa era la música que me ministraba. Era la que me atraía; la que me atrapaba. Pero mi afán se mantenía enfrascado en, literalmente, castigarme reprimiéndome.
Mientras que obedecemos a tradiciones y personalidad, nos complicamos con terquedades que nos limitan en demasía. Muchas veces, el orgullo de mantenernos firmes en un patrón regido por tradición aunque no sea el correcto, nos lleva a tomar represalias con nosotros mismos sin proponérnoslo.
Huestes espirituales de maldad interfieren en nuestro criterio, prevaleciendo otra intención sin dar oído al deseo de nuestro corazón. Hay una realidad, el enemigo encadena y no quiere perder su presa. Cuesta salir de ese estado. Él es poderoso: nosotros no. Pero quien decide clamar a Dios obtiene la victoria porque, el Señor, es todopoderoso.
"Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear no es de compararse con ella".
Proverbio 3:15.
Jesucristo vino por ti.
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Jesucristo no vino por los creyentes
SpirituellesCada vacío representa la carencia de lo perfecto. La portada ha sido colaboración de mi hermana de la fe y amiga venezolana Victoria_Kristel.