Capítulo 4

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Lealtad o apego.

A veces nos sentimos más comprometidos con otras creencias que con Dios mismo. Conozco a varias personas que dicen que le debe mucho a sus creencias porque le han concedido cosas sin darse cuenta de que le deben más a Dios... No somos conscientes en múltiples ocasiones de nuestras realidades. Lo elemental queda truncado sin darnos cuenta. Por supuesto que tienen razones para pensar así. Claro que el enemigo les concede deseos para tenerlos reclutados. No cabe dudas. Quizás no se haga evidentemente notable para Uds que Dios es el Creador o que fuimos pagados por precio. Pero sí queda manifiesto que son cumplidas peticiones aún cuando no son las ideales.
Una de mis hijas nació el día de una celebración de ídolos. ¿Cuál fue la sorpresa de muchos cuando no le puse su nombre? Me advertían que podía ser castigada por no valorar semejante hecho. No acostumbraba a encender una vela en su nombre pero sentía un apego indescriptible por las imágenes que guardaba. Veía en ello espiritualidad sana y no puedo explicar cuánto me costó despojarme de ello. No era miedo; no era indecisión, porque deseaba hacerlo; no era compromiso; no era amor. Era algo que no sabía describir. Era un poder al que no podía superar. Era tradición. Es muy fuerte la costumbre. Pero más poderoso que todo es Dios.

Enfoqué mi lealtad a Él y jamás me arrepentí. He sido más que bendecida en muchas áreas de mi vida y NADA, de lo que me despojé, pudo destruirme. No es que no exista el mal. Es que el Señor nos guarda.

"Yo, la sabiduría, habito en la cordura.
Y hallo la ciencia en los consejos".

Proverbio 8:12.

Jesucristo vino por ti.

Jesucristo no vino por los creyentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora