Jesucristo no vino por los creyentes

Capítulo 5

Errada responsabilidad.

A pesar de que las personas que rechazan tener un acercamiento con Dios, en muchas ocasiones veneran a otros dioses, es a Él al que se responsabiliza por la pérdida de un trabajo, muerte de un ser querido o problemas económicos. Es común que, antes de aprender de Él, no lo recordemos cuando de obedecerle se trata. Pero lo culpamos de nuestros fracasos personales o sociales. A ninguna de las creencias existentes se les reprocha más que a Dios. A Él se le atribuye la responsabilidad de todos los males. Pero no nos acordamos de Él a la hora de actuar. No nos reponsabilizamos nosotros mismos de las consecuencias de muchas de nuestras malas actitudes. Para muchos, Dios es culpable.

Posiblemente se tenga capacidad para perdonar a quien nos lastima. Es probable que, incluso, sabiendo que no es sincero en su disculpa o estando convencidos que va a ser reincidente. Quizás, demos oportunidad de reconciliación a dicha persona, sabiendo que podremos perder más en el futuro. Pero, ¿abrir nuestro corazón a Dios para que nos muestre quién es y la veracidad de su Palabra..? Eso no.

La realidad es que mucho de lo que nos ocurre es respuesta a nuestro proceder. Toda causa tiene una consecuencia y, en esto, está incluido el no aceptar a Jesús como Salvador. Él regresará pero el juicio no será para condenación sino para justicia. ¿Quiénes somos para culpar al que viene en nuestro rescate?

Al suceder hechos malos como pueden ser los desatres naturales, la Tierra demuestra las consecuencias que tiene el pecado en la creación. Es irrefutable que hay pérdidas humanas y materiales pero cuando juzgamos solo tenemos alcance para ver estas cosas porque somos incapaces de analizar cómo las personas reorientan sus vidas a consecuencia de la experiencia. Lo que quiere decir que estamos haciendo un análisis de una parte de los hechos a fin de buscar un culpable: típico en los seres humanos que no tienen fe en Dios.

"¿No clama la sabiduría y da su voz la inteligencia?"

Proverbio 8:1.

Jesucristo vino por ti.