Con Amara nos encontramos en la "sala de interrogación" que no es más que una de las celdas de contención con todos los cazadores encadenados a sillas o paredes. Ambas estamos paradas frente a ellos, algunos nos ven desafiantes, otros interrogantes y otros simplemente ni nos miran. Ellos no la conocen, pero es muy buena sacando información.
- Bien muchachos, esto es sencillo. Ya sabemos quién dio la alerta. El problema aquí, es que tuvimos que matar a dos de los suyos que merodeaban en nuestra frontera por su culpa. Así que... ¿Qué piensan hacer con esta situación? - todos se mantienen callados, por lo que continúo - ¿Van a tomar al clan en serio o tendremos que matarlos a todos?
- Mi reina, yo digo que los matemos. Nuestras chicas lo entenderán. Traicionaron al clan.
- ¿Por qué los humanos se traicionan entre ellos? Les estábamos dando la oportunidad de una nueva vida, sin guerras, sin enfrentamientos, conviviendo en paz con otras especies.
- ¿Y ustedes qué son? También son humanas. - el "líder" de los cazadores nos grita. Amara quiere lanzarse contra él por gritarme, de no ser por su autocontrol lo habría despedazado.
- Te equivocas. - no dudo en contestarle - Nosotras no somos humanas, somos amazonas, descendientes de ellas. Somos más fuertes y vivimos mucho más que los humanos.
- Es mentira, eso es solo una leyenda. No son reales.
- Si son reales, hace miles de años lo eran y lo siguen siendo, solo que hacen lo correcto y se ocultan de la humanidad. Pero... - miro a Amara para que ella continué.
- Pero ahora que saben de nuestra existencia y de la de ellas. Nos quedan menos opciones. Se quedan y obedecen o mueren, y yo prefiero matarlos. La traición se paga con muerte.
- Ya sé que haremos con ellos. Una sentencia publica. El clan decidirá si viven o mueren.
- Entonces morirán. El clan no perdona las traiciones.
- Dejémoslos a la espera de su sentencia publica, el clan los hundirá y se darán cuenta que no deben desafiarnos. Hagamos los preparativos. Vamos Amara.
- Si reina.
Dejamos atrás las celdas, escuchándolos gritarse entre ellos echándose la culpa de quien había causado este desastre. Al salir del edificio llego con nosotras corriendo Makle y Emma.
- Reina, encontramos la ubicación de la manada de osos, esta algo lejos pero en un día más o menos, con caballos podríamos estar por esa zona. - Emma no tarda en darme un papel con la ubicación.
- Dásela a mi padre, él ya fue una vez, aunque fue hace mucho, tendrá una mejor idea del terreno.
- Si reina. - Emma sale corriendo a buscar a mi padre.
- Makle, ve con Amara, busca a tu padre, guerreros del clan y los lobos guerreros, necesito un altar para sentencia publica, esos cazadores serán juzgados por la voz del clan.
- Si reina. - dicen ambas antes de marcharse. Me quedo ahí de pie, observando la paz del clan. Desde este punto se puede observar la zona de cultivos, con las chicas trabajando junto a sus parejas, la zona de viviendas, y la zona que usaremos para expandirnos.
La zona de expansión es grande, y por suerte la magia de Makle y Derek permite que siga dentro de los límites, pero traer a toda la manada, haría que no tuviéramos lugar suficiente, tal vez construcciones en alto, como los humanos. Escucho pasos detrás de mi, y luego siento unos grandes brazos abrazarme por la espalda. Sonrío sin dudarlo.
- Hola lobito.
- ¿Cómo sabías que era yo?
- No hay mucha gente del clan que abrace a la reina sin permiso.
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El clan Savage Moon: Luna salvaje
WerewolfEn el clan Savage Moon cada doscientas reinas hay un cambio en las parejas predestinadas, la primera se topó con un brujo, es turno de la segunda... Regina, la número cuatrocientos. ¿Qué le deparará el destino?