Símbolo del clan en multimedia.
Entro a las celdas con la cara ardiendo, Nícolas no debió hacer eso. Que vergüenza, mi padre estaba ahí. Sacudo la cabeza despejando esas ideas y me concentro, soy una reina, esto ahora no puedo atormentarme, tengo que ayudar a estos chicos. Llego a ellos parándome frente a la celda. Ambos están en una esquina, el menor entre los brazos del mayor, se nota su miedo. Al notarme, el mayor me mira fijamente, y como respuesta paso la ropa y la comida por el espacio libre. Decido alejarme un poco, así no se sienten incómodos al vestirse. Salgo del alcance de la vista para ambas partes, escucho el ruido que hacen al vestirse, así que cuando hay silencio nuevamente me acerco. El mayor de ellos está lo más cerca posible de la salida de la celda, en cambio su hermano, se encuentra lo más alejado posible, no confía aún en mí. La ropa por suerte les queda bien, me alegro de haber guardado esa ropa de Jake, sabía que algún día serviría. Me acerco un poco más a la celda viendo que no han comido. Esto es un poco más complicado de lo que creí.
- Coman, no tienen nada. Las frutas las cultivamos aquí, son muy jugosas. - aún me miran, el mayor frente a mi esboza una sonrisa, algo es algo, pero niega con la cabeza - Lo siento, ¿No comen esto? No sabemos de su especie, así que mucho menos de su alimentación, pero les prepararemos lo que deseen, deben tener hambre.
- No se preocupe, no estamos acostumbrados a tener comida, peleamos por lo poco que hay, y la cazamos.
- Puedes tratarme de forma menos formal, no hace falta eso por ser la reina. Aquí no tendrán necesidad de cazar o pelear por ella. Aunque si quieren cazar, nadie se los impedirá. Seguramente los lobos terminen cazando también.
- Reina...
- Dime Regina.
- Regina... con mi hermano deseamos salir, pero sabemos que nos atacarán, podemos sentir desde aquí a las personas fuera, y sabemos que hay un brujo y un lobo, además de hombres armados.
- No se preocupen por ellos. Ellos solo responden a mí. El lobo es mi pareja, el brujo es pareja de una de mis chicas y los guardias son los que se encargan de este lugar, aunque no se use mucho. No les harán daño si no me atacan. Confíen en mí.
- Sí. Ven Max, saldremos de aquí. - Max se acerca a su hermano, y se esconde detrás de él.
- ¿A dónde iremos Rex?
- Irán a mi casa, tengo lugar allí. Por ahora será su hogar, hasta que sepa quienes son las chicas del clan que son sus parejas, luego podrán ir a vivir con ellas.
- Yo no quiero que nos separen. - dice el menor con la voz entrecortada, veo sus ojos aguados. Es solo un niño, esto debe ser traumático y confuso para el.
- Prometo que no los separaremos, podemos hacer que las chicas, si viven en casas diferentes vivan en la misma, para no separarlos. Aquí nadie es más que otro. Todos somos iguales, por más rangos que tengamos. Ahora, den un paso atrás, así abro esta cosa. - asienten y retroceden. Coloco mi mano derecha sobre la pared, la cual hace una luz sobre esta, como escaneandola, y se abre la celda. Ellos miran sorprendidos, ya que no es como si se abriera una puerta sino como si se esfumara ese lado. - Vamos. - comienzo a caminar y ellos me siguen.
Al llegar a la puerta y abrirla, se siente la tensión tanto a mis espaldas como afuera. Salgo de allí y levanto mi mano derecha mostrando la palma, los soldados a la vista se alejan más, los chichos salen detrás de mi, con Rex protegiendo a Max. De reojo veo a Nícolas, muevo mi cabeza diciéndole que se acerque y así lo hace hasta quedar frente a mí. Aún más tensión en el aire. Agarro su mano derecha con la mía y giro dándole la espalda a él y mirando a los chicos.
- Rex, Max, él es Nícolas, mi compañero y futuro rey del clan. - Max no esta muy a la vista oculto detrás de su hermano, pero Rex asiente. - ¿Quieren caminar hasta la casa? ¿O prefieren dar una vuelta? Prometo que nadie los atacará. - se quedan en silencio y por como Rex mueve sus ojos supongo que se hablan mentalmente, siempre admire ese don de las especies.
ESTÁS LEYENDO
El clan Savage Moon: Luna salvaje
WilkołakiEn el clan Savage Moon cada doscientas reinas hay un cambio en las parejas predestinadas, la primera se topó con un brujo, es turno de la segunda... Regina, la número cuatrocientos. ¿Qué le deparará el destino?