Capítulo 2: Dímelo en un gesto (piloto)

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CAPÍTULO 2 – Dímelo en un gesto

Todo quedó en silencio por un momento, solo el ruido del trueno sonaba de fondo. Valentina, o mejor dicho, la princesa Rachel estaba estupefacta, ¿le había confiado sus debilidades a este tipo? ¿Quién era él? ¿Qué lugar ocupa aquí? Fersen no tenía tantas dudas como ella, pues, él si sabía perfectamente quien era ella, más bien, estaba asombrado y muy avergonzado, le había dicho tales locuras a la prometida de su hermano. Uno de los guardias le entregó a la princesa el abanico caído, Fersen al notar las miradas extrañas y queriendo evitar posibles murmullos rápidamente se despidió, fingiendo estar en calma. El rey Harold notó la atmósfera extraña, entonces atribuyó el momento a los truenos y dijo.

Hace muchos años que no hay truenos en el reino, es una gran sorpresa.

Su majestad tiene razón, la última vez que hubo truenos no paró de llover por 5 días seguidos.

Fue hace mucho, también me asusté un poco.

Los comentarios de la gente se enfocaron en el fenómeno climático. Fersen se alejó del lugar rápidamente oyendo de fondo los murmullos, definitivamente su padre lo había ayudado. ¿Habré visto bien? Se preguntó, su mente le hacía una mala jugada así que volteó a verla, ella también tenía la mirada fija en él. Rápidamente se dieron la vuelta ambos al mismo tiempo. Definitivamente es ella. Oh... rayos, ¿qué he hecho? . Fersen salió del salón y caminó por el pasillo, rumbo a su habitación. Al entrar y sentarse en una silla sintió el abanico aún en su bolsillo.

Cierto, debo devolvérselo. Sería comprometedor si soy atrapado teniendo este objeto conmigo, quizá mañana en el baile, pueda devolvérselo. Fersen estaba nervioso, luego se calmó a si mismo diciendo que no era algo que no tuviera solución, sin embargo, unos pensamientos intrusivos vinieron a él.

¿Qué fue eso? Se tocó el pecho mientras volvía a su mente las imágenes de aquel encuentro. Ya había confesado con su boca que era hermosa, que se hubiese querido casar con ella, todo había fluido de forma honesta y alocada. Recién ahora lo meditaba seriamente. ¿Qué debo hacer ahora? ¿mantener la distancia?¿Decirle que lo olvide todo? No, eso es imposible. ¡Qué mala primera impresión le he dado! Pero... no, no puedo pedirle ni a ella ni a mí mismo olvidarlo todo, es... inolvidable. ¿Qué está pensando? Debes olvidarte de ella. Pasaron varios minutos, Fersen se obligó a poner la mente en blanco.

-Rayos no puedo dormir- se levantó frenéticamente y comenzó a tocar el violín, desde niño, le había encantado, su fuerte era la creatividad y la música desde siempre. La melodía llenó las paredes de la habitación e invadió parte de los jardines cercanos, una melodía que iniciaba en amor y terminaba en dolor, era inevitable no tocar una canción así.

Luego de haber terminado la ceremonia de recepción, Rachel finalmente pudo ir a su habitación a descansar, su cuerpo estaba agotado pero su mente muy activa y con miles de dudas. Debía saber quién era esa persona, si le preguntaba a algunas de sus doncellas directamente, sospecharían, ¿Cómo debía preguntar algo así? Finalmente se le ocurrió algo y dijo.

Señorita White.

Dígame su alteza – Respondió la doncella mientras cambiaban su ropa.

¿Puede averiguar quiénes eran todas las personas que nos saludaron hoy? Quiero saber sus nombres, rangos, de qué familia son y qué nivel de influencia tienen.

¿De todos su alteza?

Sí, ya que me convertiré en parte de la familia real, es bueno que identifique quienes conforman el mundo social.

El otro hijo del rey (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora