Capítulo 4: "Nuestro lugar secreto" (piloto)

130 16 1
                                    


CAPÍTULO 4 – NUESTRO LUGAR SECRETO

En Brudenell el día transcurría bien, había mucha calma durante la mañana pero el silencio fue roto por una discusión.

¡¿Seré una reina consorte?!

Rachel, tranquilízate. – Su padre intentaba calmarla pero esta noticia lo tenía igual de insatisfecho.

Rachel estaba enfurecida, no había renunciado a tantas cosas en la vida para convertirse en este tipo de reina. Era cierto que antiguamente el rey y la reina en diversos imperios y reinos tenían casi el mismo poder político, pero esa situación había cambiado en los últimos tiempos en muchos países; en Telimar aún se mantenía dicha estructura pero en Brudenell, no. Ser una reina consorte significaba que la reina no compartía el poder político ni militar de su esposo; pero sí que tenía obligaciones de labor social y asistencia a eventos en representación del rey. Solo podían ser coronadas reinas como tal aquellas que, o eran hijas directas de los monarcas, o aquellas que poseían sangre de la realeza. La actual reina de Brudenell, Letizia, sí que era y ejercía como una reina en su totalidad, pues tenía sangre real, de hecho, poseía un vínculo sanguíneo con el rey Harold, eran primos lejanos. Respecto a la tan escandalosa vida privada y amantes, las reinas coronadas si podían tenerlos, pero, las reinas consorte no; era inaceptable. Solo debían tener contacto con el rey para asegurarse que los hijos que tuvieran fueran legítimos. La decisión de aceptar a hijos no legítimos de la reina dependía del rey, aunque los adoptase, en asuntos de sucesión el lazo sanguíneo se priorizaba, por lo cual un pariente de la realeza tendría más probabilidades de acceder a la corona que un hijo ilegitimo de la reina.

Rachel no podía contener su ira mezclada con impotencia y tristeza. ¿Había renunciado a la promesa de casarse con alguien que amase por esto? ¿Renunciaría a su patria y se alejaría de su familia para siempre, por esto? No tenía sentido para ella renunciar a su familia, su felicidad y su vida en general por algo que no valdría la pena, no compensaría todo el dolor.

Padre, no podemos aceptar esto. Hiere el orgullo de nuestra nación.

Rachel, no estamos en posición de discutir este asunto. Es su estructura política y además, estamos en desventaja. No podemos permitirnos un conflicto con Brudenell, ya sabes los motivos.

Rachel miró a su madre, buscando apoyo. Lastimosamente ella no pudo refutar nada, las cosas eran así, no había forma de cambiarlas.

Rachel se quedó en silencio, justamente por ceñirse a estructuras antiguas y priorizar la paz era que Telimar era un país débil, solo podía actuar a la defensiva o formar alianzas de paz. Si les declarasen una guerra, claramente perderían, no tenían los recursos materiales ni humanos para hacer frente. Por lo que este matrimonio era una forma de sellar la alianza, Brudenell únicamente aceptó este trato porque se le cedería un territorio minero en la frontera; pero, para no hacerlo lucir como una derrota decidieron que el matrimonio sería una forma de retribución.

Rachel rió en su desesperación.

Entonces, solo he venido aquí a darle hijos al príncipe, ¿no? Ese será el único propósito en mi vida. – Sin notarlo lágrimas caían por sus mejillas

Sus padre se miraron, pronto fueron contagiados por la nostalgia y recordaron aquella promesa que no pudieron cumplir. Claramente por lo que decía Rachel ahora, ella no sería feliz aquí. No obstante, no podían hacer más, no podían echarse para atrás aunque quisieran y les doliera el corazón al ver a su hija así.

Lo siento Rachel – Su madre comenzó a sollozar y pensó en lo que realmente estaba a punto de suceder. Su hija sería entregada a otra patria, difícilmente la volvería a ver, no sería feliz; y, no tendría poder. – Lo siento, Rachel. - Repitió ella, luego tomo ambas de sus manos y la miró a los ojos. – No es tan malo como crees, tú, intenta llevarte bien con el príncipe y quizá que se enamore de ti; si tienes el amor de rey tienes poder y no importará el título de reina consorte.

El otro hijo del rey (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora