''Vic sonrió y cogió unas cuantas patatas mientras el silencio se empezaba a apoderar del ambiente. Pero por supuesto lo tuvo que romper con la pregunta que menos quería que me hiciese en esos instantes.
-Bueno... cuéntame algo de ti. ''
Mi mandíbula se tensó en el momento en el que salió esa pregunta de los labios de Vic. ¿Qué coño quería que le contase? Por supuesto que no le iba a contar nada de mi pasado, y menos ahora que para mí es un completo desconocido. Aunque al fin y al cabo, había algo en él que me transmitía seguridad.
-Pues... No sé qué quieres que te cuente.- Respondí sin mirarle a la cara.
El moreno se rascó la cabeza y miró hacia la derecha.
-Lo que sea, con que me digas algo sobre ti me basta.- Su voz sonaba desesperada, cosa que me hizo dudar.
-¿Por qué te empeñas tanto en saber cosas sobre mí?- Fruncí el ceño.
-Porque quiero conocerte mejor.
-Malgastas tiempo.
-No lo creo.
-¿Y quién te dice que no?- Ahora mi voz sonaba amenazante.
-Nadie. Simplemente hay algo en ti que me transmite buenas vibraciones y no sé el qué. Así que quiero descubrir de qué se trata.- Respondió apoyando los codos en la mesa acercando su rostro a mí.
Levanté una ceja al ver el empeño que ponía y dejé soltar un suspiro.
-A ver, ¿Qué quieres que te cuente?
-Lo que sea, me da igual.
Mi rostro aún seguía lleno de desconfianza.
-Pues... Mi nombre es Melanie, tengo dieciséis años... ¡Es que no sé qué coño contarte!
-Tus gustos, tu familia... ¡No lo sé!
Una palabra retumbó en mi mente, ''familia''. ¿Qué quiere que le cuente? ¿Qué mi padre murió cuando yo tan solo tenía 12 años? ¿Qué mi madre me abandonó porque quería vivir sin una hija que le incordiase? ¿Qué nadie más de mi familia se ha vuelto a preocupar por mí desde que decidí dejar el instituto?
Sin pensarlo dos veces, me levanté de golpe y me dirigí a la puerta mientras sacaba un cigarro del bolsillo y me lo colocaba entre los labios con cierta rabia.
-¡Melanie!
-Déjame de una puta vez en paz...- Susurré intentando vocalizar mientras me dirigía hacia el aparcamiento el cual estaba medio vacío.
Noté como alguien me agarraba del hombro y decía mi nombre.
-¡He dicho que me dejes! No sé qué coño te ha dado ahora por interesarte en mi vida, además, lo último que quiero ahora es que alguien sienta pena por mí.
-Nadie va a sentir pena por ti...- Susurró Vic intentando tranquilizarme.
-No sabes una puta mierda, no sabes una puta mierda de nada y vienes como quien no quiere la cosa para intentar sacarme toda la mierda que llevo guardándome durante todos estos años.- Lágrimas empezaban a resbalar por mis mejillas y mi voz temblaba inconscientemente cada vez que intentaba acabar una frase.
Vic me intentó abrazar, pero le rechacé de un empujón.
Al instante, me tapé la cara con las manos aún teniendo el cigarrillo entre mis dedos y empecé a llorar. Hacía meses que no lloraba, y me daba igual si me encontraba en medio de un aparcamiento. Vic intentó volver a abrazarme y esta vez me dejé llevar. El simple tacto de Vic abrazándome hacia que, extrañamente, me calmase al instante, devolviendole ahora el abrazo y permaneciendo en silencio durante unos instantes. Apoyó su barbilla encima de mi cabeza sin antes depositar un beso en ella.
