Capítulo 2

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''De repente, el chico se paró a escasos metros de la puerta de mi casa, y por lo que pude comprobar, aún no se había dado cuenta de que llevaba largos minutos observándole. De repente, alzó la cabeza y dudosamente picó varias veces en la puerta de mi casa.

¿Quién debía de ser ese chico?''

Me quedé parada por unos segundos delante de la puerta. ¿Quién debía de ser ese chico y por qué había picado en mi casa? ¿Debía abrirle? No sabía qué diablos hacer, pero tampoco se le veía mala persona. Además, estaba lloviendo, el pobre chico iba empapado y podría enfermar.

Decidí abrir la puerta antes de que ese chico picase al timbre por cuarta vez.

-Hola... ¿Quién eres?- Pregunté secamente. No tenía intención de ser antipática, pero debía de reconocer que tenía un poco de miedo.

-Yo... Ehm... Verás... está lloviendo y no tengo a donde ir y...-Intentaba pronunciar el chico, pero el pobre temblaba tanto a causa del frío que casi ni se le entendía.

-Sé que no debería de hacer esto pero... ¿Quieres pasar?- Le propuse dudosamente.

-¿Por qué no deberías de hacerlo?

-Porque eres un completo desconocido.- Respondí mientras le dejaba pasar y cerraba la puerta.

Le indiqué dónde estaba el baño y le di una toalla para que se pudiese secar. Mientras estaba en el baño se me ocurrió dejarle algo de ropa, así que empecé a rebuscar por la que solía usar mi padre cuando aún estaba vivo.

Odiaba tener que hacer esto. Me traía muy buenos recuerdos, recuerdos los cuales no voy a poder llegar a revivir nunca. Encontré unos pantalones de chándal grises y una camiseta de manga corta negra.

Al acabar de coger la ropa, sequé las pocas lágrimas que había derramado inconscientemente al recordar todos esos recuerdos y me dirigí hacia el baño en el que estaba ese chico, el cual no dudó en abrir la puerta al oír que alguien picaba levemente. Iba sin camiseta y tan solo llevaba unos boxers puestos mientras seguía secándose su corta melena con la toalla.

Al ver la situación en la que estaba, no pude evitar ruborizarme y mirar hacia un lado mientras alargaba el brazo para entregarle la vieja ropa de mi padre.

-Ponte esto, así no te resfriarás.

-Muchas gracias.- Respondía el moreno mientras volvía a cerrar la puerta.

Dejé soltar un suspiro de mis labios y subí hacia mi habitación para apagar la música y guardar el CD en su respectiva carcasa. Por cierto, ahora que lo pienso aún no sabía ni como se llamaba ese muchacho al que había dejado pasar.

Si hubiese estado en esos instantes mi padre, seguramente ya le habría hecho el interrogatorio de su vida.

Bajé las escaleras para encontrarme al chico en el sofá, sentado mientras hacía zapping en el televisor.

-Tú tranquilo, como si estuvieras en tu casa.- Dije con cierto sarcasmo.

Al momento el pobre chico soltó el mando sobresaltado mientras soltaba una suave risa.

-Por cierto, antes no me he presentado... Me llamo Víctor, aunque todos me llaman Vic.- Se presentó mientras alargaba su brazo hacia mí en forma de saludo.

-Yo soy Melanie, pero me puedes llamar Mel.- Sonreí mientras le devolvía el saludo.

Me senté en el sofá del salón con él y al instante empecé a fijarme en que la ropa de mi padre le quedaba bastante bien y me hizo acordarme de él, otra vez.

-Mel... ¿Melanie? ¿Estás bien?- Decía Vic mientras pasaba su mano frente mis ojos. Me había quedado paralizada mirando su cuerpo.

Al instante mis mejillas empezaron a tornarse de un color rojizo mientras agitaba mi cabeza.

-¿Qué? ¡Sí! Si, tranquilo. Es que me recuerdas a una persona con esa ropa...

-¿A quién?

-A mi padre.- Respondí apenada intentando no soltar la más mínima lágrima.

-¿Dónde está?

Lo que faltaba, que un completo desconocido sacase el tema de mi padre del cual no quería hablar. Aunque tampoco le podía culpar, él no tenía ni la más remota idea del estado de mi padre.

-¿Mi padre? Está... de viaje.- Mentí, no quería que supiera nada sobre mi padre. Al menos en esos momentos.

-¿Y tu madre?- Preguntó extrañado.

-¡Bueno! ¿Y si me hablas de ti? ¿Por qué decidiste picar en mi puerta?- Cambié de tema. No iba a ponerme a explicarle mis desgracias a un completo desconocido.

Vic se quedó callado por unos largos segundos. Parecía que se estuviese pensando alguna respuesta que pareciese convincente y que no me hiciese pensar mal sobre él. Al cabo de los segundos respondió.

-He venido de viaje con mi familia... y me perdí.- Noté como empezaban a caer ligeras gotas de sudor por su frente y curiosamente no es que hiciese lo que se dice "calor".

Definitivamente, me estaba mintiendo.

-Sí, claro, y yo soy Billie Joe Armstrong si te parece. Dime la verdad si no quieres que te eche de casa.

-De acuerdo...- Respondió Vic asustado mientras bajaba la mirada.

Se aclaró la garganta y clavó sus oscuros ojos en los míos. Por unos momentos me sentí intimidada, pero debía de mantenerme firme y no ablandarme de ninguna forma hasta que no supiera la verdad.

-Verás, la verdad es que...

Let's scream until there's nothing left. (Vic Fuentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora