Siete

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La llamada se alargó más de lo que a Jungkook le hubiera gustado. No sabía si sentirse tenso por el hecho de que su madre y el padre de Yoongi se habían reunido para una llamada conjunta o sentirse aliviado porque no tendría que decir las mismas mentiras dos veces. Jungkook últimamente nunca sabía como debía sentirse.

—Todo está bien—. Dijo a la bocina del teléfono, demasiado rápido como para ser real, así que continuó hablando para que sus padres no repararan en ese hecho.— El psiquiatra dice que Yoongi se encuentra estable. Ha teñido unos cuantos episodios—, una verdad a medias.— Pero nada que no pudiéramos manejar—. Una gran mentira.

—¿Podemos hablar con él?—. La ilusión era palpable del otro lado de la línea.

—Está durmiendo ahora mismo—. Eso era cierto.— Pero en cuanto se levante hacemos una video llamada.

—Muchas gracias, cariño—. La voz de Hyunmoon se escuchaba algo rota por la emoción y Jungkook sabía que el nudo en su pecho era de alegría. Una alegría que él se encargaba de mantener costara lo que costase.— Es que los extrañamos tanto. Pero es obvio que tomaste la decisión correcta, Kook.

—Lo hice, si—. La voz de Jungkook se rompió cuando esa afirmación abandonó sus labios, pero se recompuso lo más rápido que pudo. Daba igual lo difícil que se tornara la situación, él siempre habría tomado la decisión correcta.

—La última vez que hablamos con él se veía tan tranquilo—. Jungkook podía ver los ojos soñadores de Mina, llenos de esperanza.

Jungkook había llamado a sus padres  para concertar un encuentro hacía poco menos de un mes. Agradecía en el alma los ocupados horarios de trabajo de ambos adultos, que no los dejaba visitarlos con la regularidad que a ellos les gustaría. Tiempo en el que también influía la complicada y descorazonadora situación en la que se encontraba, y se encontraría siempre, la mujer de Hyunmoon. Para la visita había elegido un día nublado y un poco lluvioso, aunque por la tarde había brillado el sol, en el que Yoongi estaba especialmente tranquilo.

Yoongi no había dicho una palabra en toda la visita, pero era preferible verlo llano y apático que nervioso y asustado. Así que sus padres se habían quedado tranquilos, a pesar de que el psiquiatra les había dejado saber en una llamada que le preocupaba ese estado catatónico.

Hoseok se había aparecido ya caída la noche sin invitación previa, logrando extraer tres precarias líneas de los labios de su amigo. No se hizo esperar el sermón, que Jungkook sabía le correspondía, sobre la importancia de decirle la verdad a sus padres. Hoseok de vez en cuando lo amenazaba, "si tú no dices nada lo haré yo", eran sus palabras la mayor parte del tiempo. Entonces Jungkook lo observaría con lágrimas agolpándose en la comisura de sus grandes ojos, listas para ser derramadas, y el mayor se desarmaba y murmuraría bajito un "es por tu bien". Pero finalmente de sus labios nunca salía la verdad, porque sabía que Jungkook no estaba preparada para afrontarla.

Todas estas circunstancias hacían que Jungkook viviera en un constante estado de tensión. Tenso porque Hoseok o Seokjin lo delataran o sus padres descubrieran la verdad por sí mismos y lo odiaran por mentirle y alejaran a su hermano de él. Tenso porque las crisis de Yoongi sólo parecían empeorar con el tiempo y sentía que día a día su hermano se desprendía en pedazos imposibles de volver a juntar.

Tenso porque no podía llevar una vida normal. O incluso desearla.

Y tenso porque la única persona de la que le habría gustado escuchar en toda la semana, y que además había prometido mantenerse en contacto, era la única que no había hecho sonar su teléfono.

Taehyung dijo que llamaría, pero no lo hizo, y la verdad, Jungkook no lo culpaba. Aunque si sentía un poco de resentimiento.

Se sentó al piano con el teléfono todavía pegado a la oreja y acarició las teclas sin producir sonido alguno. Seguía escuchando la voz de Hyunmoon, a quien hace tanto tiempo había comenzado a llamar padre sin compartir con él ningún lazo sanguíneo, pero no por eso menos adoración, y una lágrima traicionera se deslizó por su mejilla al saber que le estaba mintiendo al hombre que no dudó en ser su primer apoyo cuando tomó la decisión de marcharse con su hermano.

Sonata Para Una Tristeza [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora