Capítulo 4

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Adrien se sentía frustrado porque las cosas no terminaron bien con Ladybug ese día. Se sentía algo culpable y triste por lo que Ladybug le dijo. "Tú no entiendes el dolor que me causas. Me lástimas cada vez que te pones en peligro por mi. Haces que todo el mundo se me venga encima". Y él le contestó: "¿Estás diciendo que soy tu mundo y me amas, Bugaboo?. Eso fue algo que Ladybug no lo tomó para nada gracioso y comenzó a llorar enfrente de él. "Tú nunca entiendes nada".

Esas últimas palabras lo hicieron sentir tan culpable de haber hecho una broma tan tonta en un momento como ese. No debió hacerlo. No es porque no lo haya tomado en serio, pero simplemente a veces solo su boca habla primero y después su cerebro. Verla llorar le rompió el corazón porque fue por su culpa.

La habitación se sentía más gigante que de costumbre. Tal vez eso explicaba el vacío que sentía. Una habitación enorme para llenar un vacío enorme. Adrien sentía que lo tenía todo, porque así era, pero a la vez no tenía nada. Y ahora perder a su lady... eso lo destruía por completo.

Plagg no sabía que hacer para animar a su amo. Lo veía tan triste y lo único que se le ocurrió fue decirle que hiciera un patrullaje nocturno para despejar su mente. Adrien lo aceptó y salió por la ventana de su habitación como Chat Noir.

Le parecía extraño que nuevamente Marinette estuviera fuera a altas horas de la noche. Una parte de él lo comprendía. Él también estaba fuera. Para distraerse comenzó a jugar con su vara de metal y revisó si su lady no le había dejado algún mensaje. Nada. Se sentía culpable.

Dirigió su vista a Marinette y la vio bailando, jamás la había visto bailar. Recordó que Marinette una vez le dijo que solía practicar danza. Todo surgió de una charla que tuvieron porque Marinette quería una segunda opinión en cuanto a un diseño de un vestido de ballet que diseñó. Para Adrien, todos sus diseños eran perfectos. No podía negar que su amiga tenía demasiado talento y creatividad. Él sólo modelaba lo que le entregaban, pero sabía algo de moda con todo lo que ha vivido como hijo del gran diseñador de París, Gabriel Agreste.

Chat Noir saltó hasta la barandilla de la azotea y se sentó ahí a verla bailar. La pelinegra no había notado su presencia. El gato negro como la noche, estaba impresionado por la chica. Notó que llevaba puesto un pans de color negro, una blusa de color blanco y tenía una tela amarrada a la cintura que caía en forma de falda en color rojo con motas negras. Se le hizo curioso que llevara puesto el color tan característico de la famosa heroína de la ciudad. Le quedaba bien ese color. Pensó que era una gran fan de Ladybug, así como muchas otras personas.

—Wow.. —exclamó asombrado al verla girar sin perder el equilibrio. Eso no era nada común en ella. Siempre estaba tropezando.

La chica se asustó al oírlo y perdió el equilibrio al dar un giro. Tropezó y cuando estuvo apunto de caer, Chat Noir se apresuró para atraparla y así evitar que se golpeara contra el suelo. Pasó rápidamente sus manos por la cintura de la chica y ella se estampó contra el pecho de él. Marinette alzó la mirada y sus rostros quedaron muy cerca. Las mejillas de ambos se tornaron de un color rojizo y las risas nerviosas se hicieron presentes.

— ¿Chat Noir? —preguntó ella totalmente desconcertada.
— Lo siento mucho, no era mi intención que...
— ¡Oh! ¿Qué? No, yo.. yo lo siento—. lo interrumpe y se aparta rápidamente de él. Marinette cruza sus brazos para evitar que sea notorio el temblor de sus manos por el nerviosismo y Chat Noir pasó su mano por su nuca mientras ríe con ella. Se había vuelto una situación un poco incómoda.
— Bailas muy bien... Marinette, ¿cierto? —La pelinegra asiente levemente con la cabeza—: Nos hemos visto antes, creo que te he salvado algunas veces.
— Sí, sí así es... ¡Gracias! Por cierto.

Chat Noir se da la vuelta y se dirige a recargarse sobre la barandilla y alza su mirada al cielo.

— La noche... es —antes de terminar es interrumpido nuevamente por Marinette.
— Muy hermosa... — ella lo imita y también se dirige a la barandilla a un lado de él. A Chat Noir le sorprendió que completara sus palabras. La única que podía hacer eso era Ladybug.
Ambos voltean a verse y sonríen.
— ¿Te molesta si te hago una pregunta? Bueno, otra pregunta aparte de esta —dice Chat volteando a mirarla.
— Dime.
— ¿Qué haces despierta a estas horas? —ella ríe y entrecierra los ojos.
— Lo mismo podría preguntarte a ti. La verdad es que, ya son varios días en los que no he podido dormir.
— Sí... lo mismo conmigo. Estaba patrullando y te vi aquí. Espero no te moleste mi presencia. Si quieres puedo irme. —habla un poco rápido.
— No, de hecho me gustaría algo de compañía. Gracias. ¿Estabas patrullando? —Marinette voltea a ver la ciudad como si buscara a alguien—: ¿Y Ladybug?
— Ladybug... ni siquiera yo lo sé. Esta tarde tuvimos una discusión y creo que arruiné mi amistad con ella. —Chat Noir baja la cabeza con tristeza.
— Oh, yo no lo creo. Descuida, si fue una pequeña discusión... mañana será mejor, ¿no? —Marinette trata de levantarle el ánimo, pues, no creía que Chat Noir se hubiera preocupado de tal manera. Pero claro que estaba preocupado por ella. Si sólo se fue de ahí, ni siquiera chocaron los puños.
— En verdad eso espero. Yo... yo la amo —aquellas palabras fueron como un balde de agua fría para Marinette y su corazón se detuvo por un segundo. ¿Él.. de verdad la amaba? ¿No era una broma?
— ¿Estás enamorado de Ladybug? ¿Cómo.. amor-amor? —Marinette debía estar completamente segura de eso.
— Sí. La amo, pero yo entiendo que no puede corresponderme porque ama a otro chico y respeto eso.
— Vaya, parece que ambos necesitamos un poco de ánimo esta noche. —Marinette dio un largo suspiro y continuó viendo a la nada.
— ¿También te rompieron el corazón? —le preguntó Chat Noir sorprendido.
— Sip. También me enamoré de alguien que no me puede corresponder. Ni siquiera yo creo llegar a gustarle. Él es todo y yo... yo soy nada. —dice pacíficamente pero el dolor en su voz era notorio.
— En ese caso. Ese chico es un completo tonto. Yo acabo de ser testigo de que eres asombrosa, Marinette. — Chat Noir le sonríe.

A ella se le ponen los ojos cristalinos y una lágrima cae por su mejilla pero la limpia rápidamente.

— ¿Dije algo malo? —Chat Noir vuelve a sentir culpa ahora por hacer llorar a su amiga. Al parecer no puede decir nada bien.
— No, no eres tú. Es sólo que... terminé una relación recientemente y aún me duele.
— Oh, princesa... No llores. —Chat se acercó a ella y la abrazó. Marinette aceptó el abrazo al héroe y escondió su rostro en el pecho de él. Un sollozo se escapó de la chica y el gato negro la apretó más contra él.
— Me siento tan sola y... —Marinette se aparta de él y trata de recobrar la compostura secándose las lágrimas rápidamente—: y siento mucho agobiarte con mis problemas. De verdad lo siento.
— Todo mejorará, te lo prometo. Ya lo verás. —Chat Noir le toma la mano—: Solo recuerda algo, Marinette. Eres una chica hermosa por dentro y por fuera. No lo olvides, por favor. Y no estás sola, yo puedo ser tu amigo. Podríamos hacernos compañía mutua... si tú quieres.

Marinette asiente con la cabeza y no suelta su mano.
— ¿Puedes venir mañana? Si no puedes, yo lo entenderé.
— Claro que sí, es una promesa. Ahora ya debo irme, princesa. Debes dormir. —le dijo y dejó un beso en su mano.
— Tú también debes dormir. Debes recuperar fuerzas para salvar París. —ella ríe y Chat Noir se siente feliz de haber ayudado a que dejara de llorar.
— Gajes del oficio. Te prometo venir mañana. Buenas noches, Mari —se despidió de ella haciendo una reverencia y se aventó al vacío para después saltar por los techos nuevamente con ayuda de su vara metálica.

A Chat Noir se le hacía curioso como Marinette confío tan rápido en él. Como si se conocieran de antes. Tal vez sólo confiaba en él porque era un superhéroe. Por el motivo que sea, le alegraba que así fuera. De esa manera podía ayudar a su amiga.

One Last Time - Marichat -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora