Capítulo 8

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Una mañana lluviosa empapaba las calles de París. Marinette durmió muy poco pero milagrosamente llegó a tiempo a la escuela. Se sentó en su lugar sin decir una sola palabra. Saludó a Alya solamente con la mano y después recostó su cabeza sobre sus brazos en el escritorio. Nino y Alya se miraban preocupados pero no se atrevían a preguntarle qué le sucedía. La dejaron descansar y Nino le regaló un chocolate para tal vez así mejorar su ánimo.

Esta ve fue Adrien el que llegó algo tarde a la clase. El tráfico creado por las precauciones ante la lluvia era lo que lo habían retardado. Adrien buscaba la mirada de Marinette para poder saludarla pero la chica ni siquiera lo miró.
Él no sabía lo que le sucedía y eso lo preocupaba. No la había dejado así anoche. Tal vez sólo estaba cansada, es todo. Durmieron muy poco y el clima no ayudaba a que el ánimo creciera.

Las clases siguieron con normalidad y ambos chicos no hablaron para nada. Marinette se quedó dormida durante el receso y Adrien, antes de irse a almorzar a su casa, se quitó su chamarra de color negro y cubrió a Marinette con esta. Adrien dejó una nota sobre la mesa de Marinette que decía "Si algo sucede y no regreso a la escuela esta tarde, me entregas la chamarra mañana  - Adrien".

Cuando Marinette despertó, Alya y Nino se encontraban almorzando a un lado de ella. Ninguno se fue para poder estar con ella. Claro que, metidos en sus asuntos para dejarla descansar en paz. Marinette les sonrió y vio una nota sobre su escritorio. La confundida y no pudo evitar leer en voz alta el nombre Adrien. Tocó la chamarra que traía puesta y se sonrojó. La olió impregnándose del aroma de la fragancia varonil de su amor platónico. Volvió a sonrojarse y aceptó mentalmente devolverle la chamarra mañana. Se la colocó bien y volteó emocionada a ver a su amiga Alya. "Adrien me dejó su chamarra". Nino se metió a la conversación de las dos chicas y le dijo a Marinette "Bueno, ¿y cuando se hacen novios?" Alya le dió un codazo y Nino se quejó. Marinette se convence a si misma respondiéndole "Él es sólo un amigo", esta última palabra la dijo con tristeza.

Adrien almorzaba en su casa, otra vez, con la comida fría por esperar a su padre que jamás apareció. Comió muy poco. La tristeza que lo envolvía fue más grande que su apetito. El chico veía las gotas de lluvia resbalar por la ventana. Plagg lo veía y le daba tristeza verlo así pero su orgullo lo hacía decir tonterías para hacerlo reír en lugar de abrazarlo o darle ánimos.
Un trueno se escuchó retumbar en los cielos y automáticamente en la mente de Adrien se proyectó el momento en que se hizo amigo de Marinette. Fue un día igual de lluvioso en donde él le dejó su paraguas y a la chica se le cerró en la cara. Volvió a reír al recordar aquel momento y su corazón dio un brinco de emoción. Inconscientemente le agradaba la idea de que en este momento su amiga estuviera usando una prenda de él.

Adrien volvió a la escuela pero antes de llegar. Un sentimonstruo de clima tempestuoso estaba atacando a la ciudad.
Al parecer los villanos no descansan ni siquiera con climas turbios. Por suerte para Chat Noir, eso no era un problema.

Todos evacuaron inmediatamente la escuela. Marinette ya estaba totalmente en alerta. La siesta en clases le sirvió para recuperar fuerzas. La chica buscó un lugar para transformarse y se vio interrumpida por el héroe galante: Chat Noir. Un edificio estuvo apunto de caer sobre ella. El gato negro corrió hacia la chica en peligro para sacarla de ese lugar y así evitar que quedara atrapada entre los escombros. El chico notó que llevaba su chamarra puesta y eso lo hizo sonreír. Marinette abrazó a Chat Noir al momento en que él la cargó para llevarla a un lugar seguro e inevitablemente ambos corazones latían rápido al tenerse tan cerca. Cuando Chat Noir se fue a enfrentar al villano, Marinette pudo convertirse en Ladybug.

One Last Time - Marichat -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora