Andaba caminando por las frías calles de Seúl, él chico de aproximadamente unos 18 años, jugando alguna cosa en su celular mientras sentía sus cabellos moverse al sentido del viento, andaba pensando en que hacer al llegar a casa, sabía que su madre le iba a preguntar en donde andaba por salir de nuevo sin el consentimiento de ella ni de su padre, aunque por otro lado no le importaba mucho, solía ser normal ya las típicas preguntas de ella y las de su padre, no tenía problema, el nunca le preguntaba nada y en si hoy el sabía que no estaba en casa ya que debía hacer algo, cosa que dedujo este que seguro esta en casa de otras de sus amantes, haciendo cosas que no tenía ganas de saber justo ahora.
Jeon Jungkook, no era del tipo de chico que le importe su padre, sabe perfectamente como es él y conoce la mayoría de cosas que su pobre madre no tenía en cuenta, ejemplo uno: los engaños. Sinceramente ya era costumbre y no se sorprendía si venía de parte de el, pero se sentía realmente mal, por que apesar de haberlo dicho a su madre esta sigue sin creerle, vaya, algunas veces Kook llegaba a querer hacerle reaccionar a esa mujer y dejar que vea la realidad, aunque esta nunca lo acepte.
Sin embargo, él no estaba ahora para seguir preocupándose cuando estaba completamente bien sintiendose solo en ese lindo lugar lleno de árboles y muchas flores, era todo un aspecto tranquilo para el que se encontraba caminando en medio de las luces que iluminaban todo el parque, simplemente un lindo paisaje.
Y luego de tanto observar con sus ojos brillosos de bambi, encontró una cafetería, entre todos los demás lugares abiertos.
Decidió entrar, no estaría mal tomar algo luego de no cenar en su casa, tenía bastante hambre y creería que debía llenarse un poco, por lo que al hacerlo, un chico de cabellos de tono rojos y una sonrisa más brillante que el mismo sol lo atendió.
- buenas noches joven, ¿que desea?
Los ojos del empleado se posaron en Kook, quien solo le devolvió la sonrisa y miro el menú detrás del hombre.
- uhm... Porfavor un café latte y dos donas de chocolate, nada más.
Él hombre asintió y lo anotó, parecía ser el único empleado, que por supuesto, a su cliente le cayó demasiado bien, parecía ser amable y tenía una sonrisa contagiosa.
Luego, este se fue a sentar a usar un rato su celular a ver cosas nada importantes, mientras ponía su Playlist y usaba sus airpods blancos.
En eso, ya después de unos minutos, llegó el pelirrojo con su pedido en la bandeja, dejándolo en la mesa oscura donde este estaba sentado, la bandeja de un color más claro al oscuro de la mesa contenía su pedido, hasta había notado que este que le puso la forma de Hello Kitty en el café, "oh no, hola diablo". Río por la bobada que se le paso por la cabeza de los tipicos videos de YouTube que veía de pequeño y le dio la propina que se merecía al opuesto.
- muchas gracias.
Le sonrió de nuevo mostrando sus dientes de conejo y con su cabeza hizo un pequeño gesto como algo así de una reverencia.
- disfrute y provecho.
Le volvió a mostrar sus dientes más iluminósos que el de la misma chica de Colgate, para luego retirarse y dejar al chico solo con su café.
Mientras tanto, Kook empezó a tomar y a jugar uno de sus juegos favoritos, Girl alone, por dios, esa niña era una cosa tan hermosa y tierna.
La cuido, quito todos los bichos y vio sus misiones, aun no jugó mucho así que todavía no la podía vestir ni arreglar su casa, pero para el, decía que era bastante linda así.
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Recuerdos «KTH + JJK»
Fiksi PenggemarKim Taehyung y Jeon Jungkook, dos chicos algo diferentes de parte de familias ricas, dos simples chicos con unas grandes cosas por enfrentar. Claro, no todo es color rosa, menos si nos ponemos a hablar de sus "perfectos" familiares, o al menos, eso...