☾︎ El señor Park, presidente de la Empresa de cosméticos y ropa exclusiva "Divine Cosmos". Se encuentra con Jeon Jungkook, un escritor aficionado de historias escalofriantes, una noche bajo la luz de la luna roja, sin saber lo que el destino traería...
Lo malo de la vida es que siempre vas a equivocarte, siempre tendrás fallas, y lo peor de eso es que luego debes aprender a vivir con ellas. Algo que Jungkook descubriría después.
- ¿Como te fué? - preguntó el rubio.
Pensó en cual sería su mejor opción, si no decir la verdad y quedarse así con Jimin rogando que nunca se enterara, o decirla y que el Rubio lo deje por siempre. Un temor recorrió su espina dorsal y tembló aún abrazando el pequeño cuerpo de su novio. Se había enamorado tanto, se había acostumbrado tanto a su presencia, y dejarlo ir sería como clavar una estaca profunda en su pobre corazón.
Ojalá hubiera alguien que le advirtiera a Jungkook sus malas decisiones, que lo detuviera antes de cometer uno de los mayores errores de su vida, pero no había nadie que lo hiciera y la mala boca de Jungkook decidió cerrarse a la verdad condenadose a sí mismo a un futuro asolador.
- Bien, fue un almuerzo cálido - Tragó grueso para seguir con su mentira - Luego del almuerzo jugamos mucho al tenis - tomando la mano del rubio, lo llevó al sofá y se sentó colocando el pequeño cuerpo sobre él.
- ¿Y ganaste? - preguntó Jimin risueño.
- Cada una de ellas - con una mano apretó la mejilla del menor y lo acercó para besarlo dulcemente.
- Me alegro que la hayas pasado bien - sonrió sincero.
- ¿Y tu que hiciste mientras yo no estaba?
- Solo extrañarte más y más - respondió nostálgico, cosa que hizo sentir a Jungkook alegría pero a la vez dolor, pues no le ocultaba cualquier cosa, ¡Lo había hecho con otro hombre! Nunca en su vida Jimin le perdonaría un error tan grande.
Sacudió su cabeza sacando los pensamientos dolorosos e intentó recomponerse y seguir su vida olvidando aquello. Olvidar, eso era lo que necesitaba para estar mejor, para sentirse mejor y no creer que es culpable de darle un posible sufrimiento al rubio.
- ¿Y tu trabajo? - preguntó desviando el tema.
- ¡Cierto! ¡El trabajo! - Se levantó de un salto asustando por un momento a Jeon - ¡Hoy sale nuestra foto en la portada de la revista! - dijo con emoción. Jungkook tuvo que detenerse un momento a pensar de cuales fotos hablaba Jimin, sin embargo en su mente se instaló el momento en el que él estaba recostado sobre el rubio siendo un demonio mientras este era un Ángel.
- ¿En la portada? - El pelinegro abrió sus ojos con sorpresa.
- Sí, ahora todos te verán no sólo como un escritor sino también como modelo - sonrió con emoción - ¡Vamos! Que llegamos tarde - corrió a acomodarse. El mayor quedó pensativo en su asiento, ya era alguien reconocido por ser escritor, pero ¿ser un modelo? Si le hubieran dicho eso hace unos meses nunca se lo creería y ahí estaba, siendo la portada de una revista junto a su novio.
¿Podría ser más felíz?
Solo el destino lo sabía.
- Pero, ¡Vamos rápido!- habló Jimin otra vez - Recuerda que yo soy el jefe y tu eres mi esclavo y no podemos llegar tarde - abrió la puerta del departamento.
- Tu empleado, no esclavo - aclaró Jeon indignado.
- Si, si, como sea - Tomó la muñeca del pelinegro y de un tirón lo sacó de su hogar.
De camino al trabajo, viajando en el auto, iban carcajeandose y amandose, pero estaba bien que lo hicieran...
Luego no tendrían tiempo para ser felices.
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