Capítulo 4

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Ayer cuando ya no tenía fuerzas ni para seguir llorando, encontré una mansión y me quedé en el pasillo de cristal que lleva a la puerta principal. Es justo de donde estoy saliendo ahora mismo, con el móvil en una mano viendo la cantidad de notificaciones que tengo. Como no quiero preocupar a nadie llamo a Danae e inmediatamente responde.

-¿Dónde estás? -pregunta aliviada.

-Ya voy a casa, ¿mis padres llegaron?

-Sí y están igual de preocupados que yo. Se supone que tenías que llegar ayer a las cinco de la tarde como máximo y son las 10 de la mañana Sakhmet.

-Diles que estoy bien y que ahora voy -cuelgo.

Mientras voy conduciendo pienso en lo que pasó ayer y en una excusa que contarles a mis padres y a Danae. Obviamente no les voy a decir nada de lo que pasó, no quiero que se preocupen más por mí ya tienen suficientes preocupaciones con Amunet y con otros asuntos como para tener otra preocupación.

Sin darme cuenta ya estoy en frente de mi casa y todavía no tengo una excusa lo suficientemente buena, pero no tengo tiempo de pensar porque Danae me está esperando fuera de mi casa y lo peor es que no está sola, están Eric, Gemma y mis padres con ella. Eric es mi mejor amigo y también de Amunet desde que tenemos 6 años más o menos. Eric es alto, cabello marrón oscuro, ojos azules verdosos, un poco moreno y aficionado a cualquier deporte.

A Gemma la conocimos Amunet y yo en la universidad de derecho aquí en Manchester y sí, Eric y Danae tienen mucha suerte de tener 3 amigas abogadas o al menos con el título. Gemma no es tan alta ni tan baja, tiene ojos azules, morena, cabello largo, liso y negro. Y mis padres son igual que nosotras, los dos son morenos, tienen los ojos color miel y son bastante altos, pero a diferencia de nosotras, ellos tienen el pelo negro y nosotras castaño.

Cuando bajo del coche enseguida vienen mis padres para abrazarme, mi madre está llorando y mi padre se está conteniendo. Cuando miro a Eric, Gemma y a Danae veo que están aguantando las lágrimas. Mis padres dejan de abrazarme y enseguida ocupan el puesto mis tres amigos, cosa que me sorprende de Gemma, ya que a ella no le gusta el afecto en ninguna circunstancia.

-Lo siento por no venir antes, pero ya sabes en las vacaciones mis padres me quitan el móvil porque dicen que así disfruto más -dice Gemma.

-No te preocupes, lo entiendo.

-Yo no tenía señal en la jungla donde me llevaron mis padres -dice Eric.

-¿Pero al menos encontraron alguna reliquia tus padres?

-No, creo que la edad afecta a los arqueólogos.

-Bueno vamos adentro -dice mi padre.

Llevamos como media hora desayunando y hablamos bueno, hablan de todo menos de Amunet, por suerte para mí tampoco me preguntaron donde estuve. Yo me mantengo callada porque no tengo ganas de hablar, estoy cansada y lo único que quiero es dormir. Me mantengo fuera de la conversación hasta que mi madre me hace hablar.

-Sakhmet, mañana vamos a ir a ver a Amunet. ¿Vas a venir?

-No creo, iré otro día -todavía no estoy preparada para verla.

-¿Estás segura? -me pregunta mi padre.

-Sí, sí.

-¿Nosotros podemos ir? -pregunta Gemma refiriéndose a Danae y Eric.

-Claro que sí -responde mi padre.

-Bueno, yo me voy a mi habitación a descansar -digo a la vez que me levanto.

-Vale, hasta luego -dicen todos a la vez que ríen por la coincidencia, algo que me parece ridículo que hagan porque se nota que esas risas son falsas y forzadas.

Cuando llego a mi habitación lo primero que hago es tumbarme en mi cama boca arriba y me pongo a pensar en la actitud de todos. Todos fingiendo que todo está bien, que todo es normal cuando no lo es y no creo que lo vuelva a ser aunque finjan. Me parece estúpido lo que hace el ser humano para no sufrir, fingir para no aceptar la realidad.

Conexión de hermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora