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Ya era más de medianoche, y había cada vez menos gente en las calles, pero Changbin no estaba preocupado en eso, sus pensamientos estaban en otro lugar.

Changbin había crecido en un orfanato, sus padres lo dejaron allí cuando tenía 4 años, ya no los recuerda. No tuvo una mala niñez ahí, pero ninguna vez lo adoptaron, lo que le hacia preguntarse usualmente que es lo que estaba mal con él. Cuando cumplió los 18 años, tenía que irse de allí, la señora a cargo le dijo que podía quedarse ahí, siempre y cuando le ayudará a asear y que jugara con los niños.

Changbin supuso que ella se había encariñado con él, ya que fue el único en no ser recogido en todos los años que estuvo ahí. Bostezo mientras caminaba hacia allí.

Después de unos minutos escucho unas risas graves y otras algo agudas que lo hicieron girar, su pulso se aceleró al no distinguir a nadie. No había nadie en las calles. Era preferible que se apresurara, era peligroso estar fuera solo, mas cuando ya era más de medianoche.

Al no notar a nadie, siguió caminando sin tomarle valor. « solo lo imaginé, no hay nadie aquí aparte de mi. » pensó. Pegó un salto al volver oír a alguien reír, esta vez se escucho mucho mas obvio. Changbin miro en todas las direcciones, no había absolutamente nadie, por lo menos, no al alcance. Siguió caminando, esta vez apresurando el paso.

Volteó aceleradamente hacia atrás para confirmar que no lo seguían y al regresar su vista al frente gritó, había parado alguien justo al frente de él, pero por la ausencia de luminosidad no pudo verle la apariencia.

─ ¿Vas a alguna parte? ─ dijo con voz grave. ─ ¿Necesitas que te acompañen, nene? ─ pudo divisar que su boca se transformaba en una curva y resplandeciente sonrisa. Era un chico.

Changbin retrocedió dos pasos con pizca de intimidación, ¿acaso lo querían agredir?, corrió en alguna desviación desconocida, lo único que quería era alejarse de aquel extraño. De pronto escucho como empezaban a seguirlo, el pavor lo invadió cuando se dio cuenta de que eran más de un individuo.

Corría lo más apresurado que podía, mientras miraba entrambos lados buscando algún terreno para esconderse. Podía percibir como los pasos y las risas lo alcanzaban, sin embargo ellos no corrían, escuchaba legible y perturbadamente que solo caminaban. Parecían verse disfrutando bastante al tenerlo todo asustado de este modo, lo estaban cazando.

Divisó con consuelo una construcción un mínimo más allá, no había nadie, pero había mucha basura, si lograba esconderse adecuadamente,  tal vez no lo encontrarían. Apresuró el movimiento lo más que sus piernas le permitieron y entró a la construcción. Se profundizo en el contorno buscando algún rincón adonde esconderse.

De pronto, vio un acumulado de sacos y de tablas. A rastras y ágilmente pudo meterse en una especie de cueva formada por cosas de aquella construcción y ya que era pequeño y de contextura delgada pudo meterse allí. Espero sigiloso y temblando a que esos chicos no lo encontraran y se fueran, estaba preparado a pasar la noche allí de ser ineludible.

Por un pequeño orificio, pudo divisar como entraban al sector y lo buscaban con la mirada. Todos eran chicos, no eran considerablemente mayores que él, inclusive algunos se veían de lejos más jóvenes que él. No sabía cuantos eran, ¿quizas unos diez?.

Alguno de los del frente habló, fuerte y legible.

─ ¿Crees que con eso es suficiente para que no te encontremos?. ─ se burló mientras miraba a sus compañeros con complicidad. ─ que tierno e ingenuo eres.

─ Si tan solo supieras el sabroso aroma que desprendes. ─ dijo el que estaba al lado del primero mientras inhalaba vigorosamente. ─ Chocolate. ─ soltó en un suspiro.

« ¿Como pueden olerme desde donde están? ¿Qué es esto?. » Changbin tuvo que taparse la boca para que no pudieran percibir sus sollozos.

─ Búsquenlo. ─ dijo finalmente el primer chico que había hablado.

El debía ser el líder, porqué posteriormente de que habló todos acataron sus órdenes sin decir una palabra y comenzaron a recorrer el terreno.

Changbin cerro sus ojos, como si así pudiera hacerse microscópico. Volteaba en ocasiones hacia los lados, para averiguar adonde estaban. Ahogo un chillido cuando uno de ellos asomó la cabeza por alguno de los agujeros.

─ Hola Chocolate. ─ dijo sonriéndole traviesamente.

─ Por favor. ─ rogó Changbin.

─ No tengas miedo y sal a jugar conmigo. ─ el chico metió ligeramente su mano por el orificio incitándolo a que la tomara.

Changbin asintió, mientras que con sus manos buscaba algo que le sirviera como arma. Se topó con un martillo y no dudó en tomarlo, golpeó al chico en la cabeza con todas sus fuerzas, éste soltó un alarido doloroso y fuerte, cortando el mutismo de la oscuridad. Cuando el cuerpo del chico se desplomó hacia un lado, él salió de su refugio y corrió al ingreso de la construcción para marcharse de allí.

« lo mate » pensó mientras se alejaba a toda prisa. « acabo de asesinar a alguien » sus ojos se habían empezado a llenarse de lágrimas otra vez, pero esta vez no podía detenerse.

Ya estaba considerablemente cerca de la salida, cuando de pronto una cosa inmensa salió de la nada y lo empujó tirándolo al piso. Cuando recobró el conocimiento sobre lo que estaba sucediendo, se encontró recostado boca arriba, y sobre él había una especie de perro gigantesco, era la cosa más grande que Changbin alguna vez pudo descubrir en su existencia.

Se tapó la cara mientras gritaba, ¿que demonios era eso que tenía arriba? El formidable animal empezó a aproximar su hocico a su perfil mientras soltaba un peligroso gruñido. « va a matarme » fue lo único que pensó.

Changbin recibió una fuerte agitación.  Un nuevo perro enorme había saltado sobre el primero, empujándolo y dejando a Changbin lejos del riesgo. Estaba despavorido, ¿que eran esas cosas? Medían el doble de un perro corriente, no podían ser perros.

Ambos animales luchaban a metros de él, se mordian y se gruñian formando una bola de melena descomunal y ruidosa. Changbin se fue arrastrando acelerado lejos de los animales. Cuando pensó que ya estaba seguro, se levantó abruptamente, pero al hacerlo se golpeó la cabeza con una tablón que colgaba encima suyo.

Gimió por el malestar, mientras apretaba sus manos contra la contusión de su cabeza, cuando miro sus dedos, tenían sangre. Pesadamente y sin fuerzas, cayó reiteradamente al terreno. Estaba comenzando a desvanecerse, pero algo llamó su atención. Dos chicos se peleaban a golpes en donde hace unos segundos estaban los animales luchando.

Fue en aquel momento cuando noto que eran ellos, eran lo mismo. Los perros gigantes pasaban de ser animales a chicos y de chicos a animales cada vez que parpadeaba, era como una delirio. Parpadeaba y eran perros, volvía a parpadear y eran chicos. No tenía sentido, nada lo tenía.

Sintió como la cordura y la conciencia se deslizaban fuera  de su organismo de un modo adormecedor mientras perdía el juicio. Miro hacia arriba, para notar como un conjunto de chicos se iba acumulando a su alrededor. El corazón se le detuvo por un segundo cuando notó al chico al que había herido con el martillo, estaba impecable, parado cerca a él. Posteriormente de eso, todo se oscureció.

LOBOS ៚ Changbin Harem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora