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Changbin logró abrir sus ojos solo un poco, pero todavía esta terriblemente debilitado. Se sentía mareado, y había disipado todo sentido de orientación. Sin embargo pudo darse cuenta de que no estaban en la ciudad. Todo lo que veía eran pinos, muchos pinos tremendamente altos.

Notó un ligero vaivén. Tardo unos segundos en comprobar que era; lo estaban cargando. Hizo un gran esfuerzo para observar hacia arriba y divisar de quien se trataba. Era un chico, con hebras castañas desordenadas. Changbin se sintió traicionado por su subconsciente cuando no pudo impedir asumir que era atractivo. El chico no se dio cuenta de que se había despertado, parecía muy concentrado mirando hacia el frente. Quiso forcejear, pero estaba muy exhausto como para inclusive intentarlo.

De pronto, otro chico se acercó al que lo estaba cargando. Era rubio, y parecía ser unos años más pequeño que Changbin. Revoloteó un rato más alrededor del primer chico, hasta que se atrevió a hablarle.

─ ¿Es liviano? ─ preguntó entrometido.

─ Si. ─ fue lo único que obtuvo por contestación.

─ No puedo creer que te hayas enfrentado de tal manera a Chan, te volviste loco.

─ Se estaba sobrepasando, no soporto que rompa las reglas que él mismo impone.

─ Parece un muñeco, ¿puedo cargarlo yo? ─ dijo el chico rubio que definitivamente era un niño pequeño.

─ Esto no es un muñeco Jeongin, es una persona. ─ le respondió seco.

El chico hizo un puchero y se quedó serio, pero no se alejo. El que lo estaba cargando rodó los ojos mientras suspiraba y se detenía.

─ Toma, hazlo con cuidado, sujeta la espalda de este modo y pasa tu brazo por debajo de las rodillas. ─ dijo al momento que ponía el cuerpo de Changbin en los brazos del segundo chico. Éste lo miro con cariño.

─ Wow, no pesa nada. ─ exclamó emocionado. ─ Es ciertamente lindo.

─ Lo es, ¿cierto? ─ sonrió el primero, posteriormente de eso Changbin volvió a desmayarse.

─ Lo es, ¿cierto? ─ sonrió el primero, posteriormente de eso Changbin volvió a desmayarse

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Cuando volvió a despertar le dolía terriblemente la cabeza, pero ya se sentía mejor. Pudo abrir los ojos por absoluto, pero pronto deseó no haberlo hecho. Ahogó un chillido. Estaba en una especie de cueva subterránea, las paredes, el suelo, el techo, todo era de tierra, sintió que estaba en una madriguera.

Alrededor de él, estaban todos los chicos tendidos en una alfombra de de piel. Todos dormían, unos debajo de otros, usando las piernas de sus compañeros como almohadas, y él, pequeño e indefenso, estaba exactamente en medio de ese mar de cuerpos.

Con máximo cuidado se levantó, camino en puntitas por entre los cuerpos en completa discreción para no despertar a nadie. Cuando logró alejarse de la alfombra, miro a su alrededor buscando una escapatoria. En una de las paredes colgaba una especie de escalera de madera, Changbin subió por ella, y salió por lo que parecía ser el agujero de un árbol. No se había equivocado, eso era una madriguera.

Una vez fuera, entró en pánico. Estaba en un bosque de pinos, todo lucía exactamente similar, no sabía adonde quedaba la ciudad, era de amanecida y estaba nevando. Pero cualquier cosa era mejor que quedarse con esas personas. Así que corrió por entre los pinos lo más rápido que pudo. Necesitaba marcharse de ahí como sea que fuera.

Corrió y corrió hasta que sintió que sus pulmones iban a estallar, pero no se detuvo. De la nada y sin previo aviso, un chico de cabellera azabache y muy alto apareció frente a él saliendo de entre los arbustos y lo empujó a la superficie nevada para detenerlo. Desde el suelo Changbin no pudo evitar comerselo con la vista. Similar a los otros, era muy joven para ser secuestrador asesino, ¿por qué hacía esto?.

─ ¿Qué crees que estas haciendo? ─ preguntó disgustado. Changbin no respondió, comenzó a arrastrarse hacía atrás empujándose con los codos y los pies mientras miraba al chico asustado.

─ Ven, hay que volver. ─ le acercó la mano para que la tomara, pero Changbin la alejo de una patada. El hizo un gesto de dolor. ─ ¡Oye! Eso no se hace. ─ dijo mientras se miraba la mano. ─ Vamos, no te voy a hacer nada.

Intento acercarse para tomarlo del brazo, pero Changbin comenzó a arrojar patadas y golpes al aire. El chico se alejo un poco al comienzo, pronto volvió a acercarse para tratar de tranquilizarlo.

─ Ya basta. ─ le dijo en un deje calmado. ─ Detente inmediatamente.

Changbin lo ignoró y siguió debatiéndose en un forcejeo para alejarse del chico. De pronto, el chico pareció extraviar toda la paciencia. En un movimiento ágil y rápido, se subió arriba de él, sosteniéndole con vigor ambos brazos junto a su cabeza en el suelo para inmovilizarlo.

─ ¡Te dije que te detuvieras! ─ le gritó con frustración.

Changbin se dio cuenta que era completamente inepto pretender algo, el chico media considerablemente más que él, y visiblemente era mil veces más musculoso, podía romperle los huesos uno por uno si quería.

Comenzó a sollozar, resignado y frustrado por no conseguir hacer nada. Aquello pareció suavizar a su agresor, ya que la mirada del chico se ablandó instantáneamente e inclusive lo miró preocupado.

─ No, no, no llores. Lo siento, lo siento mucho, ven aquí. ─ con una facilidad sorprendente, levanto a Changbin juntó con él y se recargo en el pino más cercano para sentarse, con el más pequeño todavía en sus brazos y comenzó a cantarle.

❝ Yo intercambiaré tu dolor por mi amor,
Solo pretende que nada sucedió, tu
No vas a convertirte en espuma,
¿Acaso no lo sabías? Así que no llores
Mi amor te protegerá, y jamás te dejara ir,
Cuando tu sonríes, el sol brilla, eres tan
Deslumbrante que soy incapaz de hablar,
Así que no llores, yo te sostendré en mis
brazos. ❞

Y el chico siguió cantando, como si nada hubiera pasado. Changbin había dejado de lloriquear, y escuchaba la canción en silencio, ninguna vez nadie le había cantado nada, ni siquiera cuando era pequeño. Con las mejillas mojadas por las lágrimas que había derramado, recargo su cabeza en el pecho del chico, y espero a que terminara de cantar. Cuando éste término, le seco las lágrimas con el pulgar y le sonrió.

─ Ahora vámonos, o nos haremos paletas heladas si nos quedamos aquí.

Se levantó y ayudó a Changbin a hacer lo mismo. Comenzó a caminar, pero al notar que Changbin no se movía regresó adonde él estaba y con un movimiento vertiginoso lo subió a su espalda para luego emprender a caminar.

Changbin yacía dócil en la espalda del chico. « Si intento escapar, me alcanzará de nuevo » pensó recargando la cabeza contra su nuca. El chico lo llevó devuelta al árbol-madriguera, y lo ayudó a bajar. En la parte de abajo todos los chicos ya se habían despertado, y lo miraban curiosos, ¿acaso tenía algo en el rostro?.

─ ¿Por qué has tardado tanto, Minho? ─ preguntó molesto el chico rubio y alto que Changbin pensaba que era una especie de líder para ellos.

─ Estaba muy asustado cuando lo encontré, he tenido que pararme a calmarlo. Lo más seguro es que estaba así por el espectáculo que le diste en la construcción, pedazo de animal.

El rubio miro a Changbin por unos segundos pensando, rápidamente volvió su atención a Minho.

─ Deja de hacerte el héroe y mueve tu trasero a cocinar, todos morimos de hambre.

El chico rodó los ojos y se alejó, los demás lo siguieron, dejando a Changbin con el chico rubio, alto y serio.

─ Lamento si te asuste. ─ dijo sinceramente. ─ pero no vuelvas a querer escapar, es inútil, solo pierdes el tiempo, siempre te vamos a hallar. Somos mucho más rápidos y te superamos el número, así que deberías aceptar la situación de buena forma y obedecer a lo que te digamos.

Tras decir eso, se alejó por donde habían ido los demás, dejando a Changbin abandonado y destrozado. « ¿Qué quieren de mi? ¿Qué harán conmigo? » se tiró al suelo de rodillas y comenzó a sollozar, otra vez.

LOBOS ៚ Changbin Harem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora