03

2.6K 324 150
                                    

Recordó una historia que le habían contado en el orfanato cuando era pequeño, sobre un elefante bebé, al que habían tenido sujeto de una patita a la carpa de un circo toda su vida. Cuando el elefante estaba bebé, luchaba y forcejeaba por liberar su patita, pero lo único que lograba era lastimarla y hacer que sangrara.
Un dia el elefante bebé se rindió, y nunca volvió intentar escapar, el elefante creció y se volvió enorme, tan grande que podia tumbar el circo entero si quería, pero como se había rendido muchos años atrás, nunca lo intento, sin saber que podía escapar en cualquier momento.

Changbin estaba decidido que eso no le ocurriría a él. Esos chicos raros lo estaban subestimando, él no se rendiría tan fácil, volvería a escapar en cuanto tuviera oportunidad, y si fallaba lo volvería a hacer, en ese momento juró que por el resto de su vida iba a luchar por alejarse de ellos. Uno de los chicos vino por el pasillo por donde se habían ido los demás, tenía el cabello castaño obscuro y se lo peinaba hacia un lado.

─ Ya está la comida, ven a la mesa. ─ Dijo señalando con el pulgar por donde habia venido. Changbin no se movió, se quedo en el suelo mirándolo con recelo.

«¿Quién se cree que es? Primero me traen aquí a la fuerza y luego actúan como si nada hubiera pasado. »  Pensó.

El chico rodo los ojos, se acerco a él y lo levanto por el brazo, después se lo llevó a rastras por el pasillo. Changbin tenía que admitirlo, ese árbol-madriguera estaba muy bien hecho, tenía sus pasillos y todo, además no hacía frío. Entraron a otra
habitación pequeña, en el centro había una mesa rectangular, pero no había sillas. Los chicos estaban sentados en el suelo formando una "U" alrededor de la mesa. La comida ya estaba servida en los respectivos platos de cada uno, y había uno extra. Le indicaron a Changbin que se sentara en una de las cabeceras de la mesa, con el tal Chan a su derecha y otro chico que no conocía a su izquierda. La comida no tenía mal aspecto, pero él se negaba a aceptar cualquier cosa que viniera de ellos.

Chan rompió el silencio─ Dado a que ahora vivirás con nosotros será mejor que nos vallamos conociendo.─ Dijo arrogantemente ─ Yo soy Christopher pero esta bola de animales me llama Chan. Tú también puedes hacerlo si quieres.

Chan hizo un movimiento con la cabeza para indicarle al de alado que seguía él. Uno a uno los chicos le dijeron sus nombres a Changbin, algunos se veían amables, pero otros no tanto.

─ Yo soy Jisung, mucho gusto. ─Dijo sonriendo.

─ Me llamo Seungmin. ─Era el chico al que había golpeado con el martillo, aun no podia creer que no tenía nada.

─ Soy Felix.─ Dijo con seriedad. Changbin lo reconoció, era el chico que lo llevaba cargando cuando despertó, que según lo que decían, lo habia salvado de Chan, pero Changbin no recordaba en qué momento lo había salvado, tampoco recordaba algún momento en el que Chan lo hubiera "atacado", ni porque se
habia disculpado por "asustarlo".

Y yo Jeongin ─ Era el rubio claro con carita de niño, parecía ser el más joven de todos ellos.

─ HyunJin ─ Era el chico de cabellos azabaches que lo había arrastrado a la cocina de forma maleducada.

─ Soy Minho ─ era el que la habia empujado y después cantado hace una horas. Había arruinado su escape.

─ Sigues tú ─ Dijo Chan ─ ¿Cuál es tu nombre?

Changbin no respondió, tampoco lo miraba a los ojos, se negaba a darles su nombre, era lo único que no le habían quitado.

─ Dije─ uso un tono más severo ─ ¿Cuál es tu nombre? ─ parecía más una amenaza que una pregunta. Al ver que Changbin no planeaba responder, lo ignoró y siguió comiendo. Entonces
Jeongin se levanto para que los demás lo pudieran escuchar.

─ Si no quiere decirnos su nombre, hay que ponerle uno nuevo.─ parecía orgulloso de su idea. La cual los demás aprobaron asintiendo con la cabeza.

─ A ver a ver, ─ dijo Chan explorándolo con la mirada.─ ¿Cómo deberíamos llamarte?, ¿Chocolate? O mejor, ¿Juguete?

Changbin les tenía miedo a esos chicos, no sabía de lo que eran capaces, y hasta donde habia visto estaba locos. ¿Por qué demonios vivian en una madriguera en medio de un bosque de pinos? y ¿Por qué se lo habían llevado con ellos? Tenía que salir de ahí y alejarse de ellos lo antes posible. Los chicos seguían analizándolo, mirándolo en silencio pensando en un "nuevo nombre" para él.

─ Changbin, ese es mi nombre.─ Prácticamente susurro, pero Chan alcanzó a escucharlo.

─ Mmh, te llamaremos baby changbinnie. ─ El raro nombre fue bien recibido por los demás chicos, quienes expresaron que estaban de acuerdo riendo y asintiendo con la cabeza

─ Ya está dicho.─ le dijo Chan en un susurro. ─ Te llamas Baby Changbin.

El más bajito no replicó. Pero no es que le porque le gustara aquel nombre, sino para que ellos no se enojaran y decidieran golpearlo o algo parecido.

Después de re bautizarlo todos siguieron comiendo, pero él no tocaba su comida, aunque la verdad era que moría de hambre. Uno de los chicos, el tal Minho, lo vio.

─ Oye, se que la forma en que te trajimos no fue nada amable, pero tienes que comer ¿De acuerdo? No te vamos a dejar morir de hambre, así que será mejor que empieces a comer, o no te levantaras de esta mesa ─ Sonaba como un padre el cual nunca tuvo.

Se pensó mejor las cosas. Si planeaba escapar necesitaría fuerzas para correr y huir, de otro modo terminaría desmayado en el bosque, además le convenía que pensaran que confiaba en ellos. Sin decir una palabra y sin mirar a nadie comenzó a comer, se sorprendió por lo bien que sabía. Minho se sintió satisfecho de
que lo obedeciera y siguió comiendo también. Cuando todos terminaron, ayudaron a levantar la mesa, se llevaron los platos
sucios a otra habitación y limpiaron el lugar. Luego todos volvieron a la otra habitación, la que tenía la alfombra de piel, y se echaron en ella a dormir.

Hicieron que Changbin se echara también. Espero un considerable tiempo hasta que supuso que todos dormían, se levanto, subió por la escalera de madera y salió al exterior. Debian de ser como las 4 de la mañana, el sol apenas estaba saliendo y el cielo tenía un color naranja. No tenía tiempo que perder, comenzó a correr, pero esta vez en la dirección contraria por la que habia ido la noche anterior, cuando Minho lo encontró. Corrió entre los pinos lo más rápido que sus piernas le permitieron, no se detuvo.

Ya tenía como una hora corriendo y aun no encontraba una salida. Pero llego a un lugar diferente, era como una colina pequeña, y en la parte de abajo había un lago muy grande, era realmente hermoso. Decidió sentarse a descansar unos minutos. Pero algo la hizo pararse de pronto, había alguien abajo. Se escondió detrás de uno de los pinos y asomó la cabeza con cuidado. Era un chico, estaba desnudo de la cintura hacia arriba, y parecia estarse lavando con el agua del lago. Changbin se inclinó más hacia el frente, para ver de quien se trataba, pero al hacerlo resbaló con la nieve y rodó por la colina cuesta abajo. Cuando terminó de
rodar y se encontraba a lado del lago se sentó lentamente, se había raspado las rodillas al caer y le sangraban. Notó que algo le tapaba el sol y miro hacia arriba. Era el tal Félix, su piel bronceada brillaba con el sol de la mañana, y tenía el cabello mojado. Lo miraba con indiferencia, como si Changbin fuera la criatura más insignificante que hubiera visto, pero en su mirada también había curiosidad. Se
agacho hasta estar a su altura y mirarlo a los ojos, luego le miro las rodillas.

─ Vaya que eres torpe ─ Dijo inexpresivo. Acto seguido lo cargó y empezó a caminar por el mismo camino por el que había venido Changbin. 

LOBOS ៚ Changbin Harem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora