LIONHEART || Peter Pevensie [1]

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐨𝐜𝐞 ~ 𝐜𝐨𝐫𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨

Nimueh estaba en el marco de la puerta de los vestidores de las niñas. "Ambas se ven hermosas."

La futura reina se volvió hacia ella. Las dríadas los habían vestido con elegantes vestidos de terciopelo, bordados y perfectos para la ceremonia de coronación. Elijah, Jonah y un par de sus amigos se inclinaron y caminaron hacia la puerta.

"Los dejamos a los tres para que terminen de prepararse", sonrió Elijah. Se detuvo junto a Nimueh, extendió la mano para acariciar su mejilla y luego apoyó las manos sobre los hombros desnudos. "Estás radiante, querida. Estoy tan orgulloso de ti, y sé que Asher también lo estaría si estuviera aquí". Nimueh asintió con la cabeza, sonriendo con tristeza. Elijah y las otras dríadas se fueron, cerrando las puertas suavemente detrás de ellos.

"Nunca pensé que serías de los vestidos", Lucy ladeó la cabeza y miró a Nimueh.

"Al contrario," Nimueh se acercó a un maniquí y sacó un reloj rojo. "De donde yo vengo, todo el mundo usa vestidos todo el tiempo. Yo me puse uno la otra noche después de la batalla y realmente los quiero mucho, pero no son prácticos cuando se trata de pelear".

"¿Todos los usan?" preguntó Susan. "¿Incluso los hombres?"

"Oh, sí. Todos se esfuerzan por verse hermosos todos los días. Por supuesto, tenemos diferentes estilos para diferentes ocasiones, pero todas las élites siempre se ven como la realeza, e incluso la gente puede terminar luciendo bastante espectacular". Nimueh colocó la capa sobre los hombros de Lucy y ató con cuidado el broche en la parte delantera. "Puede que no sea obvio, pero vestirse bien es una gran parte de la cultura allí. Es lo único que extraño".

"Creo que nunca dejarás de sorprenderme, Nimueh", se rió Susan.

Ella se encogió de hombros. "Supongo que he tenido prioridades diferentes desde que nos conocimos. Déjame ayudarte con eso". Ella abrochó el broche de Susan y tiró un poco de su cabello sobre su hombro, alisándose la capa sobre sus brazos.

"¿No...extrañas a tus amigos?" Las palabras de Lucy parecían vacilantes. "¿No echas de menos vestirte y salir con ellos?"

Nimueh negó con la cabeza. "No tengo amigos, en realidad no. Y vestirme extravagantemente nunca ha sido una opción para mí, pero me gustaba ver a los demás divertirse". Ella miró hacia arriba y sonrió avergonzada. "Eso suena muy triste, ¿no?"

"¿Qué quieres decir con que no tienes amigos? ¡Nos tienes a nosotras! Cierto", Susan la arrastró frente a uno de los espejos que llegaban hasta el suelo. "Es tu turno."

"¡Oh no! Está bien." Pero Susan no estaba teniendo ninguna de sus tímidas protestas. A Nimueh le resultó difícil mirar su reflejo; Habiendo crecido en una tierra que le había enseñado a odiar la fealdad de su cabello y ojos, nunca fue fácil verse a sí misma como algo más que horrible. Pero esta era una chica diferente a la que había llegado a Narnia unas semanas antes, una chica diferente a la que vivía en la isla. Sus mejillas estaban menos hundidas, su cuerpo menos dolorosamente delgado y esbelto. Narnia la había cambiado una vez más. El vestido que llevaba era de terciopelo azul medianoche, largo y pesado. El puño de sus mangas acampanadas con hombros descubiertos y el dobladillo del vestido estaban bordados con rizos plateados. Susan había comenzado a juguetear con su cabello, que Nimueh dejó suelto en sus ondas naturales. Ella sujetó las partes frontales con alfileres, dando a los rizos cobrizos un poco más de control y revelando más de su rostro.

"¿Ahora ves lo hermosa que eres?" Lucy sonrió.

"Oh, no lo sé. ¿Crees?"