Capítulo veinticuatro: Cita

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Solté una sonora carcajada mientras le respondía:

—Por supuesto que sí, esa chica quería ligar contigo, sin embargo, eres muy frio con todos.

Sus ojos se iluminaron cuando me susurró al oído:

—No bebé, con todos no. A ti te trato con mucho cariño.

Sentir su aliento tan cerca hizo que me pasara un escalofrío por el cuerpo. Eso era cierto, él me trataba bien incluso antes de que nos volviéramos pareja, pero nunca me había dicho palabras tan cariñosas lo que me sonrojé mucho.

Pareció notarlo porque en voz baja me dijo:

—Si te molesta que te llame así, no lo haré de nuevo.

No me incomodaba solo que era la primera vez que lo escuchaba viniendo de él, le contesté:

—Hazlo cuando quieras, en tus labios suena maravilloso, sin embargo, me pregunto si puedo hacer lo mismo contigo.

Su mirada se detuvo en mí, observándome con gran detalle. Me dijo con una leve sonrisa:

—Claro cariño, puedes hacerlo tanto como gustes.

La cena llegó, comimos despreocupadamente platicando durante horas. el tiempo a su lado pasaba a prisa y pronto tuvimos que irnos para nuestras casas, pero no quería separarme de él. Caminamos tomados de la mano de regreso a casa, separándonos solo cuando estuvimos frente a mi apartamento. Quería que la noche no se acabara, pero dentro de unos días nos veríamos de nievo así que le di un beso en la boca y entre a mi casa. Mi familia estaba cenando, en cuanto me vieron entrar, me dijeron:

—¿Quieres comer algo?

Estaba lleno, por lo que negué con la cabeza. Era débil al alcohol por lo que estaba bastante mareado, me marché hacia mi habitación para tomar un baño pensando que así me sentiría mejor, luego de esto me quedé profundamente dormido.

La navidad se aproximaba a pasos agigantados, mientras pensaba en que darle a Aokaze se me vino a la mente darle un bonsái de sakura que había visto días atrás en una tienda cercana, lo compré y le hice una pequeña tarjeta que decía:

Por muchas más navidades a tu lado, te quiero.

Aokaze había aceptado pasar la navidad en mi casa, estaba nervioso porque era la primera vez que hacía esto con alguien, pero no quería que él lo notará. Apenas llegó a mi apartamento se venía muy bien. era evidente que había escogido cuidadosamente la ropa, sin embargo, fingí no notarlo. Le presenté a mis padres quienes se mostraron amables con él. Celebramos hasta la mañana siguiente, sobre las 5 am estábamos tan cansados que fuimos a dormir a mi habitación, Aokaze se había percatado de que me sentía ansioso por algo, así que dijo pausadamente:

—Has estado distante los últimos días, lo que me ha hecho pensar que tal vez ya no desees estar conmigo así que te pido que si es así me lo diga de una vez.

Yo estaba en pánico y sus palabras me pusieron peor, le grité:

— No es eso lo que pasa, te quiero, solo que no sé cómo decirles a mis padres. Me da miedo su reacción y lo que menos deseo es que me rechacen. Me envolvió entre sus brazos mientras decía:

—Tranquilo, sin importar su respuesta estoy contigo. Yo soy y seré tu familia siempre ¿te parece?

Escuchar esto me tranquilizó, nos recostamos en la cama mientras él agregaba:

—Más que tener sexo contigo, lo que más deseo cada día es estar a tu lado.

Me acomodé sobre su pecho y susurré:

Eres sólo míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora