Sin querer sucedió, quiero tocarte, mirarte y susurrarte mil veces lo que te amé, por qué ya no estás, quiero volver a rozar nuestros cuerpos como aquel último abrazo, ese que no me deja dormir por las noches.
Quiero volver al primer día donde juraste quedarte, las noches donde nuestras confesiones nos hacían más adultos, jugando a ser niños.
-M.