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❝JACOB BLACK❞

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❝JACOB BLACK❞

                      SE NECESITABA, desahogarse

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SE NECESITABA, desahogarse. Tan profundo. Era como aguantar el aire, reteniendo vapor ardiente y puro en la garganta que no sabías que quemaba hasta que lo liberaste. Hasta que lo dejaste salir y toda esa presión y ardor se fue dejando un sabor amargo que era mucho más liviano que todo lo que cargabas. Luego, solo tragas saliva, alivias ese malestar que quedó como una extraña cicatriz de aquello que aguantas, y sigues adelante. Arrepintiéndote de no haberlo hecho antes, porque ¿por qué no lo hice antes? Era una pregunta sin respuesta.

No obstante, la depresión de la casa era cada vez más notoria, las miradas de pena, pasaron a ser como si esperarán simplemente de que la humana muera en cualquier segundo.

Edward sólo aparecía para mirar mal a Bella y volver a irse, o al menos eso hacía hasta que me enojé. Cada vez que pasaba cerca, agarraba lo primero que veía y se lo arrojaba.

Jasper y yo teníamos que escaparnos a la hora de cazar para que podamos estar juntos; estar lejos de él no era fácil, lo necesitaba como a la sangre. Quería estar pegada a él y no podía.

Con Rosalie íbamos de mal en peor, intentaba estar de su lado, pero el que había dicho que la apoyaría no significaba que me convierta en una esclava de la embarazada. Me alejaba dos metros y Rosalie saltaba a los gritos, quería que este todo el tiempo ayudando a Bella.

Una sola cosa buena: el demonio que llevaba adentro, reconocía mi voz.

Me encontraba contándole al bebé historias, como los últimos dos días, pero me harté. Me paré de mi lugar y a paso decidido camine hasta quedar frente a la humana, alertando a los de la sala.

Me arrodille frente a la barriga.

—De acuerdo demonio, no me molesta pasar tiempo contigo, pero ¡Mi mandíbula duele! Soy un vampiro, no tendría que sentir dolor. Sé que mi voz es de un angel, que soy extremadamente necesaria para ti, y no me molesta, no me mal entiendas, pero en realidad, si me molesta. Hagamos algo, si das tres patadas, me quedo. Si das una, me voy —Hablé orgullosa sabiendo que el demonio no haría nada.

𝐕𝐀𝐋𝐄𝐑𝐈𝐀 𝐉𝐀𝐍𝐄; Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora