Un día más, una tarde tranquila, El Señor X cargaba a nuestro pequeño Azael mientras trataba de que se tranquilice un poco, estaba llorando porque un ruido lo despertó, si él me dejara mataría al que lo hizo llorar... Que sea el Rey Demonio no me hace un ser sin sentimientos, aunque parezca que odio todo siento de alguna extraña manera amor hacia ellos, son mi todo, cambiaron mi vida y mi forma de ver el mundo, por eso yo daría todo por ellos.
— ¡Vamos inútiles! ¡No dejen que se acerquen al Palacio! —Gritaba uno de los demonios mientras lanzaba flechas detrás de una roca.
— ¡Maldición...! ¡Lancen las flechas benditas!
— ¡Erzel Abajo!
El pelinegro gritó muy tarde, aquel chico de mechas color Azul Noche ya había sido atacado, no podría regenerarse y no podrían curarlo, puesto que fue herido con una flecha sumergida en agua bendita, estaba perdido... Como el resto...
— Al fin se durmió... —Suspiró del cansancio, luego miró al pequeño bebé demonio, quien estaba en un profundo sueño, sonrío tiernamente al verlo así.— ¿Cómo puedes ser tan lindo Azael?
Había un silencio cómodo. Se podían escuchar los leves ronquidos que el pequeño emitía, todo estaba tan tranquilo, pero, de la nada, vio como un guardia entraba a la habitación en la que se encontraba rompiendo ese tan placentero ambiente.
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● I N V A S I Ó N ● Night X ●
Fiksi PenggemarDe algún modo los humanos rompieron su tratado de paz y atacaron a los demonios, que, al no estar preparados para tal guerra no se supieron defender de la manera correcta. Aquellos causantes del desastre llegaron a un Palacio, dos chicos estaban sie...