Circe pensaba que iba a una audición para una campaña de moda, pero en realidad se encontró en el lugar equivocado. Lo que parecía ser una simple prueba de casting se transformó en una experiencia inesperada y desafiante, y lo que empezó como un peq...
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Circe largo un extenso suspiro luego de bloquear la pantalla del celular. Estaba frustrada, y todo porque ya había pasado una semana desde su audición en aquel casting y seguía sin recibir noticia alguna.
Perdió totalmente las esperanzas de que la llamaran unos días después, pero su amiga insistió en que se mantuviera positiva, porque podía llegar en el momento que menos esperaba. Definitivamente confiaba en que la llamarían.
—¿Nada aún? —preguntó Jules al entrar a la zona de empleados.
—Absolutamente nada. Al parecer no logre hechizarlos con mi actuación —elevó sus hombros e intentó restarle importancia. Realmente quería tomar una postura dura y evitar la desilusión aún más, pero era tarde, ella se había creado grandes expectativas- supongo que me mantendré en este trabajo hasta que algo nueva surja para poder actuar.
—Ten por seguro que te ayudare a seguir buscando. Terminarás exhausta de tantas audiciones.
—Gracias Jules, definitivamente eres la mejor persona que conocí —se levantó de su asiento para extender sus brazos y así poder abrazarla por sobre la mesa- me estoy apuñalando el abdomen con el florero, es incómodo.
—Sí, yo también me estoy apuñalando con ese coso.
Al separarse miraron con molestia el florero con el que se habían lastimado.
—¿Viste el escándalo que hay con el cast de la nueva película de los Avengers? —le pregunto, mientras ponía la noticia frente a sus ojos.
—He estado leyendo algunas cosas, pero deje de hacerlo porque solo me ponía peor. Imaginaba lo que hubiera sucedido si audicionaba a tiempo para ese casting —en el tono de su voz se notaba la tristeza- pero era un escalón muy alto, y estoy segura que la forma de quedar ahí es por un milagro o por ser bastante conocida.
—Circe Roux no permito que te trates así a ti misma. Eres genial como actriz, y si tienes dudas de eso haremos una maratón de Lucifer para que te veas en la pantalla como demonio. ¿Entendido?
—Sí, mamá. No te enojes —sonrió de lado y tomo el celular de su amiga para leer la noticia- me siento indignada porque dejará el papel a unas semanas de anunciar el cast oficial.
—Definitivamente problemas de gente famosa y solicitada. Además, ¿quién podría renunciar a ese personaje? ¡La sobrina de Natasha Romanoff! Imagina que genial se sentiría decir eso frente a las cámaras.
—No solo de Natasha, sino que también de Scarlett. Tengo la teoría de que sería la tía genial con toque de madre. No tengo pruebas pero tampoco dudas —dejo el celular a un lado, porque de no hacerlo habría iniciado una pelea con algún usuario de Twitter- bien, nuestra hora de relajación finalizó. Tenemos que seguir trabajando amiga mía.
Ambas se levantaron y salieron de la sala, dejando sus pertenencias dentro de sus lockers. Se colocaron los delantales y dibujaron las mejores sonrisas en sus rostros para atender a infinidades de clientes.
Circe no odiaba su trabajo, porque vivir en Los Ángeles era un privilegio del cual era consciente, y gracias al trabajo que tenía es que podía permitírselo. Pero si tuviera que elegir entre renunciar al trabajo o a la actuación, sin pensarlo dos veces elegiría la primera opción.
—Buenos días, señora Jones. ¿Lo de siempre? —preguntó, mientras sacaba su libreta para anotar su ya conocido pedido.
—Hola Cir, esta vez no. Tengo intenciones de probar algo nuevo. Un latte será, junto a un bagel con queso untable.
—Bien, recibido —anotó rápido el pedido y le sonrió- en un instante se lo traeré.
La castaña se movió por la cafetería con destreza y sin chocar con nadie o nada, eso lo aprendió debido a lo mucho que ya conocía aquel lugar. Esquivo algunos niños que jugaban en su camino y extendió su mano para tomar una bandeja.
Dejó la hoja con el pedido sobre una mesa, donde su compañero de la cocina lo tomó para preparar la bebida caliente. Por su parte tomó unas pinzas para sacar del horno el bagel, colocándolo sobre un delicado plato y dejando a su lado el queso untable individual.
—¡Circe! El pedido está listo —le gritó Jeff, el encargado de preparar las bebidas.
Ella no respondió, simplemente se acercó y lo tomó, colocándolo a un lado de la comida. Y con la misma destreza con la que llegó a esa zona, la abandonó, llegando a la mesa de la señora Jones.
—Un latte con un bagel y queso untable —leyó su pedido, aun así sabiendo que estaba bien- que lo disfrute.
—Oh, muchas gracias. Siempre tan dulce —la anciana le sonrió y apartó sus manos, dejando que ella acomodara las cosas en su lugar- y dime, ¿cómo ha estado tu casting?
—Aún no he tenido una devolución. Estoy a la espera.
—Tranquila cielo, sé que serás elegida. Cree en la palabra de una vieja sabia.
—Espero que así sea, Meredith —soltó un suspiro e intercambiaron sonrisas- me retiro para continuar trabajando. Que tenga un excelente día y disfrute su desayuno.
—Gracias cariño, tú también ten un buen día.
Circe abandonó la mesa, sintiendo un poco de presión en su pecho por la situación del casting. Pero no podía distraerse con eso en ese momento, debía prestar atención a su trabajo.
