Circe pensaba que iba a una audición para una campaña de moda, pero en realidad se encontró en el lugar equivocado. Lo que parecía ser una simple prueba de casting se transformó en una experiencia inesperada y desafiante, y lo que empezó como un peq...
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Ya había pasado un año desde el estreno de Infinity War, y los actores tuvieron sus merecidas vacaciones o simplemente días de descanso antes de alguna entrevista o viaje por otros proyectos cinematográficos.
Circe y Sebastian estaban en un punto intermedio, porque aún seguían aceptando entrevistas pero también viajaban en el medio disfrutando de sus no vacaciones. Visitaron París, Canadá e incluso fueron a Rumania donde la británica conoció a sus suegros.
Ahora ambos estaban de regreso en Los Ángeles porque tenían propuestas para nuevos trabajos e incluso una cena doble con Chris y Jules.
Sebastian entro a la habitación con intenciones de despertar a su novia para desayunar, pero quedó confundido al ver la cama vacía.
—¡Boo! —grito la castaña antes de lanzarse contra su espalda y taparle los ojos con las manos.
Circe consiguió derribarlo al tirarlo sobre la cama y quedar arriba suyo, pero antes de que pudiera reaccionar él la tomó de la cintura y rodó sobre su lugar dejándola debajo.
—Que linda te ves debajo de mi —le dio un piquete en la nariz y ella frunció el ceño mientras se removía para soltarse, aunque no tuvo éxito alguno- ¿a qué se debe esta forma nueva de despertarse?
—Bueno, quería asustarte y causarte un infarto. Pero no funciono —elevo los hombros, el contrario soltó una carcajada y tapó su rostro con una mano- tengo hambre.
—Antes de que este ataque repentino sucediera venía a avisarte que el desayuno ya estaba listo —el rostro de la castaña se decoró con una sonrisa- andando niña traviesa.
Se separaron para poder levantarse y una vez estuvieron de pie, Sebastian la tomo de la cintura, maniobró rápido y consiguió subirla en su hombro. Un chillido escapó de los labio de la castaña e incluso algún que otro golpe o insulto de camino a la cocina.
—Voy a vomitar lo que no comí —se quejó una vez Sebastian la dejo de pie- no vuelvas a hacer eso jamás, demente. ¿Acaso no sabes sobre el vertido posicional?
—Dices muchas cosas sin sentido cuando entras en crisis —corrió una silla y la señaló- siéntate y come algo, necesitas descansar a tu cerebro.
Circe acepto, consiguiendo calmar el dolor de panza que le había agarrado de repente. Observó al rumano colocando las tazas en la mesa, luego un plato con tostadas y por último mermelada para untarles.
—¿Nuevamente saliste a caminar temprano? —él asintió mientras concentraba su atención en no volcar el té que estaba sirviendo- estas demente, lo confirmo.
—¿Qué te he dicho? —la miró brevemente y frunció el ceño- relaja tu cabeza.
—Sí, papi. Perdón por ser una niña desobediente —hizo un mohín y coloco ojos de inocente. Sebastian bufo e inconscientemente sonrió de lado- ¿qué haremos hoy?
