cuatro

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NICO'S POV

No quiero hacerme el mártir, pero ayer estuve todo el día esperando que la Topy me llamara para ir a comer helado. Está demás decir que no lo hizo porque aparte de no cumplir con lo prometido, me mandó un mensaje para decirme que el polerón del Pancho lo tiene la Marcela y nada más, ¿Qué fue lo que me perdí? ¿A qué hora fue que la Jacinta terminó en la casa de la Marcela? En fin... 

Mi mamá ese día salió con la persona a la que estaba conociendo, así le dice ella, a pesar de que lleven dos meses.

La cosa es que me quedé solo. Llamé a la Topy para que viniera a jugar en la Play pero me dijo que estaba super cansada y que su papá le llamó la atención por no estar durante un día completo en la casa. Llamé a la Mili y su teléfono sonaba como sin señal, demás que se fue a la montañita a escalar. Llamé al Pancho y le dije que tenía su polerón, me dijo que estaba en la playa y que se lo guardara hasta la próxima semana. Por la chucha. Con amigos así... Daba lo mismo, ¿Qué iba a hacer yo solito un fomingo en mi casa? Nada, así es. Absolutamente nada. 

Me fui a acostar de nuevo y dormí como hasta las 12.30. Me desperté porque me dio hambre así que saqué plata del tarro para emergencias, me di una ducha y fui a comprar una pizza. El camino se me hizo excesivamente largo y eso que el local quedaba a solo dos cuadras. La soledad... Burro le hizo una canción, estaba tan solo que hizo una canción sobre que estaba solo, ¡Qué genio!

Llegué a la tienda y me fijé en que había un cabello que ya se me iba a hacer costumbre ver por acá. Era la Marcela y no estaba sola. Había una niña con el mismo color de pelo amarrado en una cola de caballo y con una polera de mi equipo de fútbol favorito. Al parecer ya se estaban yendo cuando la vecina mayor se dio cuenta de mi presencia. 

—Hola Nico.— Me dijo, sin más ni menos. Así como quien saluda a un vecino. JAJAJA, claro, soy su vecino. 

—Hola vecinas, ¿Qué hacen por aquí?.— Grande Nico, ahora te nominarán para el premio de el más inteligente de la cuadra... La pregunta hueona igual.

—Nada, comprando pizza para el almuerzo como buen día domingo y veo que tú también... Ayer me encontré a la Jaci,  parece que se le quedó el polerón de tu amigo en mi mochila...

—Sí me comentó... Me alegra que se lleven bien. O sea, me refiero a que es bueno que estés conociendo gente porque igual haberte cambiado de ciudad te debe hacer sentir sola acá.— Nicolás, alias, el limón de las heridas. —O sea, no es que te sientas sola pero ha de ser difícil y siempre es bueno conocer gente acá cerca tuyo, ¿Qué pizzas compraste? 

—Emmmm... Marce, vámonos porfa. Te dije que te acompañaba solo si esto era corto, ya llevamos como tres entretiempos acá.— Intervino la pequeña.

—Carla, esperemos al Nico y le aprovecho de devolver el polerón, ¿Les parece?— Dijo mirándonos a los dos. La pequeña se encogió de hombros y se acomodó las zapatillas. Yo la miré y le dije que no había ningún problema. 

La espera se hizo bastante corta mientras conversaba un poco con la Marcela y la Carla. La niña era fanática del fútbol, al parecer quería ser una jugadora cuando grande y ganar muchos trofeos. Decía que en el futuro se le iba a conocer como Carla Morales, la mujer que llevó el fútbol a otro nivel. La Marcela solo la miraba y se reía. La niña es bastante más simpática y buena onda que su otro hermano. Me conversó sobre varias cosas. Me llamó la atención que una niña tan pequeña supiera tantas cosas sobre algo. Yo a su edad estaba preocupado de que la Topy no matara mis juguetes con sus camioncitos. 

Nos fuimos apenas me pasaron mi pizza. La Marcela me dijo que le había caído bien la Jaci y me preguntó que cómo nos conocíamos. El primer día que hablé con ella, me comporté muy mal porque estaba irritado después de que mi mamá me obligó a acompañarla a conocer a los nuevos vecinos. Yo solo quería ver mi serie tranquilo, ese misma tarde hice todo el aseo en la casa para que mi mamá no me molestara pero bueno, si ella me lo pidió, lo iba a hacer. Contra toda autoridad menos mi mamá.

Nico, el niño de ojos castañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora