cinco

18 6 0
                                    

TOPY'S POV

Como pensé, la Marce no me avisó que estaba afuera, pero yo estaba pendiente mirando hacia la reja y la vi parada pensando probablemente si en entrar o no. Venía con una bolsa de papas en la mano así que para no desperdiciarlas, me paré rápidamente y fui a buscarla. Saqué las llaves del Nico y abrí la reja. —¡Holaaaa! Dame dos segundos, te abro al tiro. Mis llaves se me quedaron en la casa y estas son del Nico, no sé cuál es la que abre.— Ella solo se rió y esperó a que abriera. 

Cuando logré abrir la puerta, le di un abrazo y un beso en la mejilla. La Marcela quedó como impresionada. Mi amigo hartas veces me ha dicho que no todas las personas son de abrazos y eso pero es que no puedo evitarlo. La solté y le dije que pasara. Ahora es cuando me pongo a pensar en qué vamos a hacer, nosotros estamos acostumbrados a juntarnos, a ver películas, la Mili con el Nico a veces juegan play. Cuando tenemos más plata, juntamos monedas entre nosotros y compramos algo para tomar. Pero era solo entre nosotros, una que otra vez venía el Pancho pero se iba temprano porque la mamá no lo dejaba pasar de las 8 de la noche en la calle.

Estábamos acostumbrados a ser solo nosotros tres entonces no sabía si se iba a entretener. Igual la cagué quizás con invitarla... ¿Debimos haberla conocido un poco primero? Digo, para organizar algo que sea cómodo para todas y el Nico.

Entre pensar y pensar, no me fijé que la Mili ya estaba conversando con la Marcela y que el Nico había ido a buscar unas bebidas. Al parecer me había preocupado por nada. 

—Oye Marce, ¿tú alguna vez habías pensado en que ibas a cambiarte a una ciudad tan lejana? ¿Fue muy radical todo?— Le preguntó mi polola con esa voz tan linda que tiene ella. Tenía esa cara de curiosa que pone cuando algo le interesa. Su pelo dorado se veía precioso con el reflejo de la luz. Hoy estaba maravillosa...

MARCE'S POV

Después de que la Mili terminó de hablar, perdimos a la Topy. Se quedó embobadísima mirándola y la otra ni cuenta se daba.

—La verdad, no. No pensaba en que algún día me iría de la ciudad. Me imaginaba en el futuro arrendando un departamento con mis amigos, yendo a visitar a mis papás cada semana, yendo a buscar a mis hermanos al colegio. Todo eso lo imaginaba en otro lado. Igual es bueno el cambio de aires, tal vez aún no asimilo que ya no vivo a diez minutos de las casas de mis amigos sino que vivo a quince horas en bus. Pero bueno, no hay mucho que lamentarse, aparte de ellos, no tenía nada más que me aferrara allá.

—Aah, mira tú. Qué valiente igual... ¿Y a qué liceo tienes pensado ir?

—Estábamos viendo con mi mamá, dicen que el que está acá cerca es bien bueno así que probablemente a ese.— La verdad es que sí estuvimos buscando y ese, aparte de estar cerca, es muy lindo. Tampoco pusieron problemas con mi expediente y como tenía buenas notas en el otro colegio, no fue difícil convencerlos. Aún estoy en lista de espera, pero no creo que se demoren en dejarme entrar, no cualquiera entra a otro colegio en cuarto medio. 

—¡Qué buena! Ojalá te acepten, quizás quedamos como compañeras. O te toca en el curso del Nico, los dos son buenos pero nuestro polerón es más bonito.

—Eso es una vil mentira, Milagros. ¡El milagro fue que se hayan puesto de acuerdo! Nosotros, en cambio, tenemos el polerón más lindo del mundo porque lo diseñaron en una agencia.— Dijo el Nicolás muy campante y victorioso. 

—No te preocupes Nico, no necesitamos que te humilles diciendo que son taaan vagos que ni el polerón fueron capaces de hacer por sí mismos.

—Jajaja, te cagaron, Nicolás.— Dijo la Topy, que al fin había salido de su trance. Nos reímos por el comentario de la Mili y el otro, fingiendo estar indignado, se paró a buscar algo a la cocina. Volvió con un bowl para poner las papas y preguntó si queríamos ver una película. Sus amigas no se mostraron muy entusiasmadas ante la idea porque su propuesta fue "Shrek 2". 

Nico, el niño de ojos castañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora