Abner
La última visita no me dejó bien y el saber el daño que le pude causar a Lissa solo hace que me efurezca aún más.
No quise hacerle daño, no estuve en mis cinco sentidos y es por ello que necesito aclarar mi mente, necesito saber que estoy dispuesto a controlarme.
Me dominó ayer, pero hoy no, tengo que aguantarlo, tengo que soportarlo porque ahora no estoy solo, ahora tengo una familia que no voy a perder.
-Acelera el coche, esos niños me van a escuchar--Lissa intenta fingir el enojo que claramente no le causa.
Ayer no podíamos ir a casa porque el trabajo se me juntó en el bar y a ella en su oficina.
-Estas mal, quizá sólo se defendieron--Trato de tranquilizar sus nervios maternales.
Nunca había regañado a nuestros hijos, el hecho de que se metan en peleas según dicen que aumentan mala conducta y que se vuelven rebeldes, por suerte no lo pienso así y ellos tampoco, saben lo que tienen que hacer para seguir con su equipo "Los legendarios" así se hacen llamar.
Llegamos a la preparatoria y Lissa es la primera en bajarse, me apresuro llendo atrás de ella hasta pararnos enfrente de las puertas, a decir verdad, hay mejores preparatorias pero como siempre teníamos que estar en un bajo perfil.
-Estoy nerviosa--Confiesa.
Me acerco a ella pasando mi brazo por encima de sus hombros.
-Lo haremos juntos--Miento.
Tampoco soy capaz de regañar a mis hijos.
Asiende y entramos, caminamos por los pasillos mientras chicas que podrían ser mis hijas me observan con adoración, los chicos no se quedan atrás viendo a Lissa y me sube el ego saber que solo la tengo yo.
Ubico la oficina de la directora y me paro en seco al ver la escena donde están mis hijos.
Max tiene los nudillos reventados, Issac el ojo morado y Adara el labio roto.
Lissa es la primera en correr a revisar a los chicos y la sangre me hierve de ver el golpe que tiene mi princesa en la cara.
-Papá--Adara viene a mi con los brazos abiertos.
La abrazo fuertemente y algo se remueve en mi pecho sintiendo un dolor que no se interpretar.
Compulsivamente reviso a Max y a Issac, las heridas no son graves pero si tienen unas cortadas en el brazo y los codos llenos de sangre. La puerta se abre y en ella aparece la directora, hace una seña para que entremos y la primera en hacerlo es Lissa.
Al entrar veo a dos mujeres quizá de cuarenta años completamente irrelevantes. A su lado un hombre con barba larga, seguramente camionero.
-¿Son ellos?--Pregunta la mujer de cabello negro.
-Si--Contesta la Directora.
-Con razón--Habla la peliroja.
-¿Con razón que?--Contesta Lissa tajante.
-Es picuda--La pelinegra habla girandose a hablar con la peliroja.
-Te voy a enseñar lo... --Tranquilizo a Lissa apretando su muñeca.
No es la primera vez que la gente hace este tipo de comentarios y a decir verdad esque nuestro físico aparenta ser demaciado joven.
-Comencemos--Comienza a hablar la directora--Las señoras y el señor aquí presente quieren que ustedes paguen el gasto que tanto hace días gastaron como hoy lo van a hacer, los gemelos de la señora Mercedes tienen heridas muy graves, el chico tiene la cara desfi--Se aclara la garganta--Desfigurada, así como las cosillas rotas, los dedos de las manos están completamente rotos, pómulo fracturado y creemos que ocupará cirugía, eso lo hizo su hijo Max, la chica tiene la nariz rota y el brazo roto a causa de la pelea con su hija Adara, luego sigue el hijo de la señora Meredith que tuvo la pelea con el estudiante estrella Issac, labio roto, costilla rota, ojo morado y pierna fracturada.
ESTÁS LEYENDO
Elissa.
RandomElla un arma nuclear. El un demonio destructor. Juntos arman una bomba que explotará en cualquier momento Si no te agrada esta historia pido de favor que busques una que realmente te llame la atención. Favor de no copiar o robar ideas de esta hist...