Capítulo 6-Parte 2

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Abner

Día nuevo y carga nueva, estoy en el bar con pendientes a millón, Lissa a pasado por aquí un par de veces para traerme algo de comer y aún así no logro desestresarme. No he dormido en días, los provedores hacen presión, Adara todo el tiempo está llorando y eso es muy raro de ella, marco el numero de Enzo el ex-jefe de seguridad de Lissa mientras reviso los papeles de el bar.

-¿Señor?--A través del celular puedo escuchar los sollozos de mi hija y siento como algo dentro de mi, se empieza a revolver.

-¿Como está?--Pregunto.

-Peor, la señora Lissa a estado aquí animandola y consintiendola, los chicos no entran porque ella no quiere y cada vez llora más--Me preocupa ese puto estado en el que se está estancando.

-Voy para allá--Cuelgo el teléfono levantándome rápidamente de la silla.

Y justo cuando voy a salir, Esmeralda entra a mi oficina.

-Hola--Saluda con una sonrisa.

-Voy tarde, muévete--Suelto agresivo.

-¿Porque me tratas mal?--¿Tiene bipolaridad o que mierda? Ya tiene los ojos cristalizados.

-Vete a chillar a otra parte--La nuevo bruscamente y salgo por la puerta trasera del club, ya que me avisaron que estaba lleno en las puertas principales.

Al salir lo primero que me encuentro es con Marcel y Maya. Últimamente me molesta que vengan aquí y se topen con mi mujer o mis hijos.

-Hijo--Maya mantiene su compostura al hablar.

-Tengo prisa--Bajo los escalones para llegar a mi camioneta pero en el transcurso Marcel y Maya se atraviesan.

-Hijo queremos hablar--Aprieto los dientes al escuchar la voz de Marcel.

-No soy tu hijo--Intento pasar por su lado y me toma el brazo.

Actuo por impulso y lo empujo mientras este retrocede.

-No me vuelvas a tocar en tu puta vida--Le señalo con el dedo.

-¿Cuando vas a perdonarnos?--Chilla Maya.

-Cuando el infierno se congele--Ubico mis ojos en ella.

-Ella tarde o temprano sabrá quien eres--Marcel habla entre dientes.

-Y cuando lo sepa, ustedes dos, van a desear no haber nacido nunca--Es lo último que digo antes de caminar a la camioneta y subirme en ella.

Sin mirar atrás acelero  concentrandome en que tengo una hija en casa que puede tener depresión o que puede estar en sus días.

Me bajo a una tienda pequeña adentrandome a comprar papas, nieve, algunos panecillos y dulces. Pago y acelero a casa.

Minutos después ya estoy afuera, la noche es fría y supongo que ahora una buena platica de padre caería bien.

Entro a la casa encontrándome con Michi, el gato de Alizta que ahora se revuelca en el sofá.

-Michu--Le hablo provocando que me gruña, no se porque le molesta que le diga Michu.

Paso por su lado subiendo las escaleras de dos en dos, encontrándome a los chicos jugando videojuegos junto con Damián. No pierdo tiempo y voy a lo que me realmente me importa, me posiciono en su puerta y toco tres veces, cuando escucho el pase abro la puerta lentamente.

Al verme sus ojos derraman más lágrimas y suelto lo que traigo en la mano para correr a abrazar a mi mini princesa.

-Papá--Susurra sollozando.

Elissa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora