Enséñame a querer #1 |+18| (EN LIBRERÍAS)

Aiden Holt

Capítulo 2:

Aly.

Alto, muy alto. Demasiado. Pelo negro azabache, ojos grisáceos y mirada fría como el hielo. Esa es mi descripción de Aiden.

Todos se habían levantado a saludarme, excepto el. Simplemente me dedico una mirada  fría cuando Amber nos presentó.

Me senté entre Amber y un chico que si mal no recuerdo se llamaba Tyler.
Me sorprendió haber encajado tan rápido con ellos, de echo me sentía casi cómoda. Si, casi por que Aiden estaba justo enfrente de mi y notaba su mirada clavada en mi y eso me ponía de los nervios.

-¿Que estudias?- preguntó Mike.

-Primer año de Psicología.

-Asi que eres nueva- continuó Scott.

-Si..., he llegado esta mañana- odiaba que me acribillaran a preguntas.

Eran todos muy majos y se que solo querían saber más de la chica nueva, pero es que odiaba ser el centro de atención.

Gracias a dios llegó la camarera y se centraron en pedir cada uno su cena. Amber pidió por mi, ya que no tenía ni idea.
Cuando todos terminaron de pedir empezaron a hablar de nuevo, pero no de mi.

Me sentía bien, pero me faltaba algo. Echaba de menos sobretodo a mi madre, no se como iba a soportar eso de estar tan lejos de ella. Siempre hemos estado juntas y cuando decidí venir a estudiar a Londres casi le da algo, pero me apoyo la primera.

Trajeron la comida y Amber me había pedido una hamburguesa, que por cierto, estaba buenísima.
Yo comía en silencio mientras que los demás hablaban.

Cuando levante la mirada del plato me encontré con la de Aiden. Si dijera que no me intimidaba, mentiría. Pero claro está que no iba a dejar que se diera cuenta, así que, se la sostuve.

-¿Quieres uno Aly?- preguntó Amber sacándome de la batalla de miradas que tenía con Aiden.

-¿Qué?- pregunte.

-Que si quieres un chupito- volvió a decir.

-Ah, si.

Pero si tú no bebes.

Cállate conciencia.

Pusieron en la mesa nueve chupitos, uno para cada uno.
Vi que todos cogían el suyo y les seguí. Me lo acerque a la nariz y lo olí. Error, por que olía fatal, pero de igual manera me lo puse en los labios y me lo tragué del tirón.
En seguida note el líquido amargo bajar por mi garganta.

-¿Otro?- preguntó Hanna.

Volvieron a pedir nueve chupitos y volví a bebérmelo. Este ya no sabia tan mal, seguía amargo pero era más soportable que el anterior.

De pronto ya no estaba tan nerviosa.

Como para estarlo.

Hora después habíamos pedido tres rondas más de chupitos y me sentía muy bien, no podía parar de reírme con los demás.

-Acompáñame al baño- me pidió Amber.

Asentí con la cabeza y al levantarme noté el efecto de los cinco chupitos que llevaba.
Acompañe a Amber al baño y me quede en la puerta esperándola apoyada en la pared del pasillo.

Estaba mareada, no lo voy a negar. No estaba acostumbrada a beber y el alcohol me subía muy rápido. Me empecé a agobiar con el calor y me acerqué a la puerta del baño donde había entrado Amber.