Cierra cuando salgas.

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Capítulo 26:

Aiden.

No puedo explicar todo lo que sentí cuando los vi besándose.

Noté rabia, asco, traición, y CELOS.

Había quedado con Sebastian para ir a tomar algo, ya que Aly no me dijo nada sobre el fin de semana.

Pero lo que no me esperaba, era con lo que me encontré.

Cuando entré al bar, la vi besándose en medio de la pista con Scott. Y no era un beso inocente, era un beso lleno de deseo, se estaban restregando y las manos de Scott estaban en el culo de mi novia.

Entonces no me lo pensé, simplemente actué.

Se lo quité de encima y empecé a darle puñetazos sin mirar a nadie.

Solo podía verlo a él besando a mi novia y todo lo demás rojo.

Escuché la voz de Aly de fondo, pero me dio igual, seguí con la tarea de matar a ese cabrón.

Pero entonces todo paso demasiado rápido; vi que Scott le clavaba el codo en la cabeza a Aly y la vi caer al suelo, fue ahí cuando reaccioné y me levanté para ir a su lado.

Vi que Sebastian llamaba a una ambulancia mientras yo la cogía en brazos y la sacaba fuera para que le diera el aire.

Y todo lo demás pues ya sabéis; el transmite de los hospitales.

Llevaba dos noches durmiendo con ella en el hospital, sin ir a casa ni a cambiarme, no quería dejarla sola.

-Quiero irme ya de aquí- dijo Aly desde el baño.

-Pues termina de vestirte.

Ya le habían dado el alta y sólo teníamos que esperar a que ella terminara de vestirse.

Cuando salió del baño con lo mismo que llevaba cuando se besó con Scott, me dio asco.

-¿Vamos?- pregunté abriéndole la puerta.

-Si.

Era lunes por la tarde y ella había faltado a clase, pero no parecía muy preocupada que digamos.

No sabía si preguntarle donde la dejaba; si se iba a la residencia o se venía conmigo.

Pero como era lunes y las cosas no estaban muy bien, decidí llevarla a la residencia.

-Tengo que ir a casa de Tyler, están allí mis cosas- dijo al ver que me dirigía a la residencia.

-Pues que te las traiga, tienes que descansar, así que déjate de tonterías.

Eres un borde.

No protestó, en lugar de eso, se apoyó en la ventana.

Cuando aparque en el parking de la residencia ella cogió su mochila de la parte de atrás y se quedó mirándome.

-Gracias por traerme y por quedarte conmigo- dijo poniendo la mano en la manecilla de la puerta.

-No tienes que darme las gracias- dije acercándome a ella para darle un beso, pero giró la cara y se lo di en la mejilla.

Genial.

-Nos vemos- dijo antes de salir del coche.

Cuando entró, volví a arrancar y me fui a mi casa.

Enséñame a querer #1 |+18| (EN LIBRERÍAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora