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La búsqueda por Arisu comenzó con Asahi, Tatta (el chico del juego en los departamentos), su amigo, Usagi y yo. Cada uno de nosotros buscaba sin parar en cada habitación. Me desesperaba el no poder encontrar rastros de él, estoy muy preocupada.
Por la desesperación tuve que tomar otro camino para poder llegar más rápido. Entre los pasillos me chocaba con todas aquellas personas que corrían desesperadamente salvaguardar sus vidas de esos locos militares. Podría entender todo este lío si tan solo no me hubiese alejado de Arisu y Usagi.
Detuve mis pasos al ver como dos personas le disparaban a dos chicos con sus armas, me tocó presenciar la muerte de esos pobres chicos. Me escondo en una de las paredes para que no pudiesen verme si no me iría mal a mí también.
En cuanto ví que se fueron corrí hacia una de las habitaciones pero esta se encontraba cerrada, seguro esta es la habitación, pegué la oreja en la puerta para poder escuchar algo. Lo único que pude escuchar fue sollozos y algo caerse. Él está aquí, pero esta horrible puerta es una barrera para acceder a la habitación.
¿Qué debería hacer? No soy buena abriendo puertas sin llaves, plan B, entrar por la ventana, es peligroso pero lo intentaré. Me trepo en el balcón para caminar por la orilla de este, solo no mires abajo y mantén la calma, solo eso. Todo el cuerpo me temblaba, sentía que en cualquier momento caería.
Falta poco solo unos pequeños pasos y ya estarás ahí, mierda. Al llegar a la ventana, la abrí y entré de un solo salto. Corrí hasta Arisu para poder ayudarlo a ser libre.
— ¿(TN)? ¿Eres tú? — temblaba el pobre.
— Sí, tranquilo, ya estoy aquí.
Arranqué las cintas, le saqué la bolsa de la cabeza y sus ojos conectaron con los míos, sentí un gran alivio de verlo bien. Sentía que algo no estaba bien, algo comenzaba a oler a quemado.
— Es hora de salir — dije dándome la vuelta para salir pero sentí su agarre en mi brazo y me detuve.
— L-Lo siento mucho — comenzó a derramar lágrimas, me partió tanto el corazón de verlo así.