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Abro los ojos de golpe junto a un grito de susto, mi cerebro aún no procesaba mi sueño, creo que estaba a punto de llegar con nuestro dios todo poderoso y de repente se me reseteo el windows, mierda, eso estuvo cerca. Sentí varios ojos mirándome, apenas reacciono que estoy en una clase, ni sé que clase es solo recuerdo que me quedé dormida.
- Señorita Akami, ¿tiene algún comentario sobre mí clase?.
Mi mirada se posa al frente donde veo al profesor mirándome con una ceja alzada, me aclaro la garganta y mis nervios comienzan a hacerse presente, estoy acabada.
- No - niego con la cabeza.
- Entonces, ya que está poniendo atención, ¿puede decirme de que conducta estamos hablando en este problema? - con su regla señala el caso número 3.
Tengo tan mala suerte, quiero que me trague la tierra ahora mismo y me escupa en el extranjero con mi mansión y mis dólares, soy una tonta, veo muchas películas de ficción.
- Sigo esperando señorita Akami - trago en seco y vuelvo a leer el caso en la pizarra, la verdad no entiendo ni un pepino. - Bueno señorita quiero decirle que en mi clase le está yendo terrible, así que le aconsejo que si no quiere perder su beca, se concentre, es mi última advertencia.
Asiento con la cabeza abajo y el profesor sigue su clase, mis compañeros dejan de mirarme para poner atención al profesor. Doy un suspiro.
Saco mi celular y veo la hora, 10:30 am, es muy temprano aún. Abro el grupo donde Chota, Karube, Arisu y yo tenemos.
Tú: ~ Hola. ~ ¿Qué hacen?. ~ sticker.
Karube está escribiendo...
Karube:
~ Trabajando en el bar. ~ ¿Y tú?.
Chota está escribiendo...
Chota: Me escapé del trabajo.
Tú:
~ En clases de conducta humana, es terrible, alguien saquenme de aquí. ~ :(.
Karube está escribiendo...
Karube: ~ Tonterías, pon atención mocosa.
- Señorita Akami, es la segunda vez que le llamo la atención - Escondo mi celular rápido. Mierda. - Salgase de mí clase, ahora.
Bueno, al menos no estaré aquí, tal vez escape como Chota escapó de su trabajo. Sin más que decir agarro mis libros y tomo mí mochila. Camino hasta la salida del salón de clases sin mirar atrás.
Caminaba por los vacíos pasillos de la Universidad, tengo 20 años y no tengo edad para comportarme como una niña de secundaria, soy un fracaso, que más puedo hacer, estoy apunto de perder la beca y me está valiendo un comino. Quisiera desaparecer para siempre de este lugar, he pensando varias veces en quitarme la vida, desde que casi repruebo una materia me siento agotada emocionalmente.