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─ ¿Porque piensas que participaría como reina en uno de tus juegos? No soy tan malvada ─ Se cruzó de brazos mientras Mira la observa desde la ventana de la habitación.
─ Pensé que sería divertido para ti, pero esta bien, solo tienes que ayudar al cazador en el primer juego, es muy simple. ─ Sus ojos oscuros la seguían observando con detenimiento. ─ Para que no te sientas presionada te daré un comodín. No quiero que me etiquetes como la mala de este mundo, solo quiero demostrar algo más a las personas, en un final podrás entender.
─ ¿De que se trata? ─ Pregunta con curiosidad sobre el comodín.
─ Es una carta especial que puedes utilizar al estar en borderland, puedes usarla para añadir o quitar una regla del juego, puedes salvar tu pellejo en el juego que desees, pero puede ser utilizado solo una vez así que piénsalo bien.
Por un momento su mente explotó, no sabía que pudiera hacer eso, y porque MiRa le ayuda tanto.
─ Es un regalo por tu esfuerzo en los juegos. ¿Que? ¿Acaso en tu mundo real no te premiaban por tu esfuerzo?.
La muchacha se quedó mirando un punto fijo la última vez que pidió ser reconocida por su esfuerzo no ocurrió nada, solo recibió un "es tu deber hacer bien las cosas".
Nunca pensó que su madre la lastimara tanto, tal vez solo quería que su madre la comprendiera y sintiera compasión pero nunca fue así, siempre eran palabras tras palabras que no valían la pena escuchar.
─ Como sea, el juego está por comenzar, espero tu apoyo ─. Sonríe saliendo de la habitación dejando a la muchacha pensativa.
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(n) se preguntaba si utilizar el comodín era buena idea pero le había prometido a la señora Hana cuidar de Rini, miró a su lado y en sus ojos de la pequeña no vio maldad, solo es una niña inocente que quiere vivir y tiene esa misma esperanza que algunos, volver al mundo que era antes.
─ ¡Quiero añadir una regla! ─ Exclamó ella con lágrimas en los ojos.
A su lado Arisu la miró sin entender, ⪻¿Acaso se podía hacer eso?⪼ pensó.
─ Correcto (n), entonces usaras el comodín ─ La mujer de la pantalla habló y ella asintió. ─ ¿Cual es?.
─ Si ambos equipos tienen la respuesta correcta, ambos ganan, pero si no, el juego termina.
─ Tenemos que trabajar en equipo ─ Dijo mirando al equipo de al lado.
─ Pero, ¿como sabemos eso? ─ Pregunta la pelinegra.
─ No soy un matemático pero me parece que debemos utilizar alguna regla de tres ─ Responde el muchacho del equipo de Rini.
─ ¿Cómo estas tan seguro? ─ Pregunta su compañero.
─ Lo miré en un programa de esos educativos a la seis de la tarde, mostraron que para saber el valor de un número que no conocemos se utiliza la regla de tres.
─ Bien, entonces hagamos la operación ─ Habla Arisu.
𝘓𝘢 𝘳𝘦𝘨𝘭𝘢 𝘥𝘦 𝘵𝘳𝘦𝘴 𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘧ó𝘳𝘮𝘶𝘭𝘢:
𝘢 → 𝘣 𝘤 → 𝘹
𝘹= 𝘣.𝘤/𝘢
─ "a" equivale a 100 que su resultado es 50 por lo tanto llega a ser la letra "b", la letra c vale 90 pero no sabemos su valor es por eso que pasa hacer equis, ahora bien, "b" que equivale a 50 lo multiplicamos por 90 entre 100 ─ El muchacho explicó a sus compañeros quienes miraban atentos y tratando de entender lo que decía.
─ El valor es 45 ─ Responde Arisu.
─ No entiendo porque la mayoría respondió 0.8, que tontos ─ Comenta al aire la chica que tenía otras intenciones con Arisu.
─ Es confuso ─ Réplica el hombre mayor del equipo de Rini.
─ Entonces, la respuesta es 45 .
Cada quien tomó su control y presionó la tecla de "Minoría". El tiempo terminó y todos se sentían tan seguros de su respuesta.
─ La respuesta correcta es Minoría, 45 equivale a 90. Felicidades, juego terminado.
Las cajas metálicas subieron de nuevo al piso 12, los seis participantes bajaron felices por su victoria.
─ Lo hemos logrado.
Arisu iba abrazar a su compañera pero alguien más se interpuso.
─ Estaba tan mal porque pensé que íbamos a morir ─ La chica del equipo abrazó a Arisu y este se queda congelado por el tacto de la desconocida.
El morocho le dio una sonrisa falsa y la hizo a un lado para abrazar a su verdadero objetivo. La sostuvo en sus brazos con alegría de haber completado un juego más juntos pero Arisu quería respuesta sobre aquel comodín.
─ Estoy cansada, quiero irme ─ Rini se acercó y abrazó a ambos chico felíz de poder sobrevivir una vez más.
Los tres salieron de la arena de juego para regresar a la tienda.
