Good Boy [Hyunin] PAUSADA

Chapter six: the exodus

Jehová peleará por vosotros

y vosotros estaréis tranquilos.

Éxodo 14:14

¿Puedes oír a los pájaros toda la noche?

Esclavos, manteniendo la cabeza gacha y sus pies arrastrándose en silencio, y ojala su cansancio no sea oído por aquellas mujeres que analizan su accionar esperando un mísero error para castigar con las sogas que cuelgan en su cinturón.

Y quizás aquel lugar no sea Egipto, quizás ellos sean aquellos niños que mandaron a matar por temor a la rebelión; mas fuera de la sepultura sus madres y hermanas siguen bajo la subordinación del monarca, y ellos sin vida, sin poder hacer nada.

Porque, aunque cueste creerlo, sus nacimientos siempre estuvieron condenados. Y de eso, ellos no tienen la culpa.

Hyunjin lleva en una mano un balde con una pala, y en la otra una bolsa de cemento. Le dijeron que saldría al patio, a ese campo verde que lo recibió con la risa del cielo frío y el rocío mañanero. Algo le han dicho, debe arreglar una escultura de vaya uno a saber qué santo. Sólo recuerda a una mujer, tal vez un hombre, con dos enormes extremidades anormales con plumas y una túnica que se enrolla en su piel de piedra, la cruz cristiana y el ser mirándola con atención.

Y ver al sol lejano ignorarle en el espacio azul ciega sus ojos, será un exagerado. El campo verde luce más opaco que en su memoria y la escultura maltratada se sitúa frente a las puertas de la iglesia y en ella ve las grietas y escombros que, por alguna inexplicable razón, siguen apareciendo.

Si creyera en Dios, entonces justificaría las piedras como un castigo divino al encerrar a los hijos perdonados. Porque Hyunjin sabe que en su infancia tomó la comunión, y por ende lleva el perdón del pecado original.

—Quiero que hagas una fuente—pide la mujer vestida de negro, como si Hyunjin supiera siquiera preparar el cemento —luego busca agua y llenala, en el despacho del padre encontrarás peces y un filtro.