Capítulo 23.

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Miraba sin entender a Konohamaru que lloraba frente a mi. Hiroto lo había tirado, eso causo que una herida se abriera en la rodilla izquierda del nieto del tercer hokage.

–¿Por que hizo eso? –Pregunté confundida. El mayor simplemente me dio la espalda.

–Los ultimos días hemos entrenado la armadura de la maldición. Es momento de entrenar el poder de sanación, Haruna.

Era verdad, apenas habian pasado dos semanas desde que lo conocí, dos semanas en las que no he dejado de ir de un lado a otro. Lee, Kakashi, Neji y Hiroto.

Últimamente eran los hombres los que llenaban mis horarios.

–¿Pero por que herir a Konohamaru? Podía haberme hecho una herida yo. –Pregunté acariciando el cabello del menor, al instante dejo de llorar y se apego a mi mano. Niños.

–Tu cuerpo es diferente, deje claro al inicio que te iba a enseñar a utilizar la maldición para el bien de los demás, no simplemente para tu satisfacción.

Quede boquiabierta al escucharlo, me enderece y cruze mis brazos. Era bastante grosero.

–¿Qué debo hacer entonces? –Pregunte mirando hacia otro lado.

–El don sanador de la maldicion Ishikawa se presenta por primera vez cuando se sella la maldicion en otra alma. Aparece como un factor que cura tus heridas de manera rápida. Pero una vez que abres la maldición a tu cuerpo, es decir, que saques las cadenas malditas del agujero y las fusiones con tu cuerpo, es cuando ese don modifica para que puedas utilizarlo con los demás y no solo en ti. –Explico con seriedad.

–¿Que debo hacer entonces? –Volvi a preguntar con impaciencia. El volteo a verme con enfado antes de bufar.

–Mocosa insolente. –Hablo con enfado antes de seguir. –Cuando abres el tercer ojo, el ojo de la maldición, sabras que ascendiste. Por lo que voy a explicarte cada una de las fases en la sanación.

Deje caer mis brazos inpaciente al escucharlo decir eso. Demonios, ese hombre realmente queria volverme loca con sus aburridas explicaciones.

–Primeramente el poder sale de tu interior, quedando en posicion de salir de tu cuerpo. Fluidos, es de lo que hablo. –Parpadee varias veces asimilando lo que decía con tanta tranquilidad. ¿Se habia escuchado? –Sudor, saliva, lagrimas, orina, mocos, entre otros.

–¡Por favor pare! –Exclame avergonzada cubriendo los oídos de Konohamaru. –No lo voy a llenar de saliva o mocos.

–No haras algo tan obsceno. –Contesto asqueado. –Vas a controlar tu sudor.

–¿Mi sudor? –Pregunté confundida.

–Si, comienza ya a correr.

Lo observe con detenimiento antes de ser regañada por no captar instrucciones rápido. Me levante y comence a correr por los alrededores.

–¡Sigue! –Grito después de un rato.

Caí al suelo algo cansada en cuanto el dijo que era suficiente. Ahora entendia por que me habia pedido que utilizara la mascara y el vestido. Estaba completalente sudada.

–Ahora guía todo el sudor a tus manos. –Ordeno mirandome con seriedad.

–¿Como hago eso? –Pregunté poniendome a un lado de Konohamaru. La sangre ya se habia secado.

–Eso deberás descubrirlo tú. –Contestó mirandome con sutileza. –Conozco los poderes y dones que ambos compartían, pero yo no era cercano a Dubato. Yo te enseñó lo que fui capaz de captar con el Byakugan.

Haruna Hatake. [HN+SG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora