El fin de un gran infierno.

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Flashback

10:30 p.m.

Lo único que se podía escuchar eran gritos, llanto, golpes y hasta podría decir que cosas cayéndose para terminar colapsando en el suelo. Quería mover mi cuerpo, quería hacer algo, pero, sin embargo, estaba helada, ninguna de mis extremidades se movía, aunque mi cerebro se lo ordenara.

No veía nada, todo se veía borroso e incluso algo oscuro. El último suceso que recuerdo de aquella secuencia en mi vida, es estar en aquel piso frío de madera de aquella pequeña cabaña. Podía sentir como mi pequeño cuerpo estaba en crisis, con algunos traumas e incluso al borde de un colapso.

Escuché como la puerta se azotaba y unas pisadas fuertes crujían en aquel piso viejo de madera; aunque tenía los ojos cerrados, sentí el delgado rayo de luz que entraba, fruncí levemente el ceño y mientras aquella persona caminaba hacia donde yo me encontraba, noté como bloqueaba a veces aquel rayo delgado de luz con su cuerpo con cada paso que tomaba.

Duele, realmente duele-pensé cuando sentí como me agarraban de mi brazo.

- Ahora si es tu turno pequeña sabandija del infierno. -escuche aquella voz rasposa sobre mi cara cuando mi cuerpo ya flotaba en el aire, y aquel aliento de alcohol realmente era caliente y podía sentir como llegaba incluso a quemar parte de mi mejilla y mis pequeñas fosas nasales.

No les voy a mentir, realmente estaba consciente y escuchaba absolutamente todo lo que sucedía. Recuerdo escuchar a mi hermana mayor corriendo y gritando hacia nosotros, gritándole a mi padre, llegando a él y golpeándole la espalda baja.

- ¡SUELTALA, YA TE DIJE QUE A ELLA NO LE PONGAS UN DEDO ENCIMA! -lo último que recuerdo al escuchar aquel grito, fue a mi padre insultándola e incluso empujándola de tal manera y con cierta magnitud de fuerza que ella termine por chocar contra la pared golpeándose parte de la cabeza y cierta parte de su torso para así soltar un gemido de dolor.

Escuchar la risa áspera de mi padre, para luego a la altura la cual me tenía elevada mientras me sostenía del brazo, sentir como me soltaba y daba un golpe seco contra el piso de madera mientras en un suspiro soltaba el poco aire que mis pequeños pulmones colapsados podían resistir en ellos.

Sabía que se había acercado a mi hermana una vez que yo me encontraba tirada nuevamente. Pero, sin embargo, no pude escuchar bien que fue lo que le dijo, ya que todo se había vuelto negro y había perdido la consciencia nuevamente.

05:10 a.m.

Me desperté con un dolor punzante al costado de mis costillas, solté un quejido y como pude me incorporé; comprendí que el dolor punzante en realidad no solo fue por los tantos golpes o posibles traumas, sino que eran porque mi hermana mayor se había encargado de mover mi cuerpo a una cama que se encontraba en aquella fría habitación y se había encargado de limpiar y curar algunos golpes e incluso vendar mis costillas ya que al parecer estaban rotas.

-shh, tranquila ya pasara, por suerte no es nada malo, solo una quebradura superficial-dijo calmándome y la verdad no había notado que mi gemelo se encontraba al lado mío si mi hermana no hubiera estirado el brazo para controlarle algunos golpes o incluso si no había levantado temperatura.

Solo recuerdo haber cerrado mis ojos por alrededor de unos 45 minutos, mientras que aquel crujido acompañado con un golpe pesado y firme en el piso de madera se hacían presentes nuevamente. sí, yo tan solo tenía 4 años... pero, sin embargo, mis sentidos se habían desarrollado de cierta manera para lograr sobrevivir, al igual que mi cabeza ya estaba de cierta forma entrenada para calcular el tiempo suficiente para hacer mis movimientos dependiendo del ruido que escuchara.

Un escalofrío recorrió mi columna vertebral al escuchar los pasos cada vez más y más cerca. Pero mi cuerpo se tensó por completo al escuchar como la puerta de aquel cuarto frio y oscuro se abría de par en par con una fuerza eminente, por lo que recuerdo como mi hermano mellizo me rodeaba con sus brazos en un abrazo fuerte pero no lo suficiente para hacerme daño.

Escuchaba los gritos de enojo de mi hermana mayor hacia mi padre. acto seguido, simplemente el golpe seco de una paliza y un estruendoso golpe contra el piso, sin dudarlo... era ella cayendo inconsciente.

- ya me tienes harto tú y aquellos dos errores también... -escuche como rechisto en el aire, para luego cargarnos a los tres y dirigirse para el baño. Nos tiró al suelo como si de costales de papa se tratase; yo seguía sin moverme. no quería causar problemas.

Escucho la canilla del agua abrirse y como la bañera procedía a ser llenada. se escuchan unos pasos apurados y unos gritos de queja. era mi madre. una discusión y gritos se había formado, para acto seguido mi padre cerrar la puerta de aquel baño pequeño en un golpe seco; mi madre, por otra parte, daba golpes desesperados en la puerta preguntándole a mi padre que es lo que planeaba hacer realmente.

Obviamente, mi padre la ignoro por completo al estruendo de golpes y preguntas que ella hacía. Pero, le terminó por responder con un simple... - algo que realmente debí haber hecho hace mucho tiempo. -fue lo último que dijo para agarrar a mi gemelo, golpearlo unas cuantas veces para que este consciente y empezar a torturarlo.

La presencia de mi madre se había esfumado. Acto siguiente, se escuchan los quejidos de mi gemelo, el cómo era ahogado en aquella bañera que al parecer estaba con agua helada. los gritos de suplicas de que por favor se detuviera eran desgarradores, sin embargo, a la media hora ya no se escuchaba absolutamente nada y pude ver como mi hermano caía al suelo con los labios morados. Y a juzgar por los helados inviernos de Londres en estos momentos, esto daba indicios de que moriríamos de una hipotermia asegurada.

Yo era la siguiente, como era de esperarse. él me agarro de mi cabello con una fuerza sin límite y la verdad estaba siendo tratada como un animal, la única reacción que pude articular fue llevar mis manos hacia mi cabello y ahogar un pequeño grito de dolor como mis pulmones me lo permitían. Trate de defenderme, arañándolo y golpeando sus pesadas manos que sostenían mi cabello, pero en cada queja que yo emitía era sumergida en aquella agua helada.

Debajo del agua lo que hacía era gritar con todas mis fuerzas, aunque sintiera que mis pulmones se desgarren y cerraba mis ojos con todas mis fuerzas. Mi último recuerdo de aquella bañera... fue aquel fondo azul oscuro y aun que yo ya estuviera desmayada, mi padre con todas sus fuerzas seguía empujando aún más mi cabeza bajo el agua.

Aunque yo caí al suelo petrificada y con mis labios azules... pude escuchar como mi hermana mayor estaba luchando con mi padre y a lo lejos, como un sonido bastante disperso y ajeno para mis oídos, escuchaba la sirena de las patrullas policiales para yo después realmente perder la consciencia con la imagen de aquel fondo azul oscuro frente a mí.

Broken Home.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora