II

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Después de varias horas en las que el capitán y "su mujer" hablaran en la oficina del primer mencionado, ambos salieron al lugar en donde los soldados entrenaban. No dio explicaciones, simplemente se dedicó a hacer su trabajo, ignorando las miradas curiosas que eran dirigidas hacia su persona y hacia la mujer que veía entretenida desde una banca. 

- ¡Annelise! - El grito distrajo a la pequeña azabache, volteando a ver a Hange que corría hacia ella en emoción 

- ¡Hange! - se levantó de su asiento y recibió gustosa el apretado abrazo de la mas alta. Se habían conocido después de que Erwin reclutara a Levi y se los llevara de la ciudad subterránea hacia la superficie. Para la de anteojos siempre fue bastante curioso el hecho de que Annelise fuera todavía mas pequeñita que su pareja, por lo que se tomaron cariño rápidamente.

- Erwin me contó que estarás por aquí un tiempo ayudando con los quehaceres del lugar - se sentaron juntas en la banca para poder hablar con mas comodidad.

Annelise había hablado con Erwin, ella quería ayudar a cambio de poder quedarse con la legión en el castillo y aunque al principio su esposo no estuvo de acuerdo, había logrado convencerlo. La verdad es que Anne - como Levi solía llamarla - se quedó sola en casa después de que la anciana a la que se dedicaba a cuidar y que consideraba como su madre falleciera debido a su vejez. Levi estaba tan ocupado últimamente que no podía ir a casa tan regularmente y ella no soportaba el hecho de estar aburrida y sola, sentía que se deprimía cada vez mas. 

Decidir vivir con su esposo en ese lugar era mejor que nada 

- Quiero aportar algo aquí. Se que después de las expediciones puedo ayudarte con las heridas de los soldados y también ayudo a la limpieza del lugar, para que Levi no tenga a los pobres reclutas limpiando el suelo con un cepillo de dientes - La risa escandalosa de Hange no se hizo esperar, llamando mas la atención de la que de por si ya tenían. 

- Deberías estar con tu escuadrón, cuatro ojos - Ambas giraron hacia el azabache que las miraba seriamente. Hange solo bufó y despidiéndose de la mas bajita corrió hacia su escuadrón quienes habían empezado a entrenar sin ella. - ¿Te está gustando el castillo? - Levi preguntó apenas la castaña desapareció de su vista

- Es lindo, creo que puedo acostumbrarme a vivir en un lugar así, tan rodeado de gente - Sus curiosos ojos negros veían con atención los intensos ejercicios de los soldados - ¿No crees que les estas sobre-exigiendo? están mas rojos que un tomate 

Y no mentía, todos los soldados estaban entrenando bajo el sol, sudando y con la cara roja del esfuerzo. Sabe que tienen que ser lo bastante fuertes como para poder enfrentarse a lo que fuese allá afuera. Pero también estaba consiente de que les sería difícil moverse en unas horas mas por lo adoloridos y tensos que tendrán sus músculos. 

- Ya falta poco para que termine la hora de entrenamiento, después podrán irse a asear y prepararse para la cena - Se sentó a su lado, mirando hacia enfrente, asegurándose de que todos estaban cumpliendo con la rutina. 

- ¿Ya va a ser la hora de la cena? Debería ir a la cocina entonces, para poder ayudar - Estaba por levantarse, pero su esposo la detuvo, volviéndola a sentar 

- Mañana empezaras a ayudar, por hoy solo tienes que desempacar y familiarizarte, y si quieres también puedes presentarte ante los soldados durante la cena 

Sin replicar volvió a sentarse y tomó la mano del mayor jugando con sus largos dedos de forma inconsciente, es algo que solía hacer desde hace varios años cuando se sentía nerviosa y tenía a Levi a su lado. Este por otra parte sabía lo que ese jugueteo con su mano significaba, por lo que solo la dejaba ser, prefería eso a verla morderse las uñas o los labios y lastimarse.

Una vez la hora del entrenamiento acabó y que todos hayan ido a ducharse, el matrimonio caminó hacia la habitación que ahora seria de los dos. Las cosas de Levi ya estaban acomodadas y Anne pudo notar que, a pesar de llevar varios días viviendo ahí, Levi no había usado esa cama ni una sola vez. Solo esperaba que no estuviera durmiendo en esa incomoda silla otra vez.

- Iré a terminar algunas cosas en mi oficina, te veo en el comedor para cenar - un casto beso fue depositado en su frente a modo de despedida y una vez se quedó sola en la habitación puso manos a la obra, desempacando y acomodando lo poco que había traído consigo.

《♡》

Ya era la hora de la cena, ayudó a servir a los soldados y una vez terminada esa tarea se sirvió a si misma, con su charola en mano camino al comedor, escuchando a todos platicar y reír. Parecían contentos a pesar de estar cansados y adoloridos.

Sin pensarlo mucho se acercó a la mesa donde el escuadrón de Levi se encontraba.

- ¿Puedo sentarme con ustedes? - todos giraron su cabeza para mirarla con curiosidad y sin pensarlo mucho asintieron y le hicieron un espacio al lado de la única chica en el grupo - Ustedes están bajo el mando de Levi ¿no es así? espero que no sea muy estricto 

- ¡Para nada! es un buen capitán, se merece el puesto - Contestó la rubia con una sonrisa - Por cierto, me llamo Petra, es un gusto conocerla, señorita Ackerman 

- Oh, llámame Annelise. Me siento vieja cuando me llaman por apellido - sonrió con ternura, quería causarles la misma confianza que tenían con Levi 

- No sabíamos que el capitán estaba casado - Comentó uno de los restantes, sabía quien era él, Levi solía quejarse diciendo que lo imitaba en todo y era molesto. Pensó que exageraba, pero podía notar incluso que copiaba la forma de hablar de su esposo, le pareció gracioso. 

- No es como que Levi vaya contándole su vida a todos. Tampoco es como que fuese un secreto, por lo que sé siempre lleva su anillo de bodas puesto - Auruo volteó a verla sorprendido 

- Entonces el anillo que siempre trae puesto ¿no es un simple accesorio? - se le notó nervioso, cosa que le pareció extraña a la azabache 

- Todo este tiempo estuviste usando un anillo como el del capitán pensando que era un accesorio - Un rubio de cabello recogido se empezó a reír, burlándose y causando también una pequeña risa en ella

- Cuando Levi me dijo que uno de sus soldados solía imitarlo en todo, no pensé que fuera literal. ¡Pero no te preocupes!, los anillos son accesorios muy lindos, apuesto que se ven bien en ti - Todos parecían intentar retener la risa y a pesar de que Anne lo decía con sinceridad y ganas de ser agradable a Auruo pareció molestarle el comentario, por lo que recogió sus cosas y se fue del comedor - ¿Dije algo malo? no quise molestarlo 

- Déjalo, ya se le pasará - todos hicieron un saludo en forma de respeto a Levi que se sentó frente a Anne, en el lugar que momentos antes había ocupado Auruo - Veo que ya conociste al escuadrón 

- Bueno, si, algo así. Solo Petra me ha dicho su nombre - tomó la taza de té que Levi le extendía y bebió un trago. Nunca podría entender como es que el té le quedaba tan delicioso 

- Yo me llamo Gunther, el rubio de aquí es Erd, el que se fue es Auruo y él es el nuevo, se llama Eren - habló el azabache de peinado curioso mientras señalaba a todos los mencionados

- Oh ¿tu eres el famoso Eren? - se inclinó un poco hacia el ojiverde mirándolo con detenimiento - ¡Pero si eres una ternura! ¿Como es que te pueden considerar una amenaza? - Eren se volvió un pequeño tomate de la vergüenza

- Déjalo, lo asustas - Levi la hizo volver a su asiento y ella solo pudo hacer un puchero 

- Tu lo asustas mas 

Definitivamente eran una pareja extraña. 


Dominado ▪Levi Ackerman▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora