Levi nunca se había sentido tan desesperado en su vida y vaya que han ocurrido muchas situaciones horribles a su alrededor, pero por alguna razón esta lo estaba sobrepasando.
Cuando Farlan e Isabel murieron, Levi se prometió a si mismo que daría su vida para proteger a la única persona que le quedaba. Dio todo de si para conseguir un buen puesto en la legión, compró una casa pequeña pero acogedora en un lugar seguro dentro de las murallas, en una zona tranquila, donde vivía la mayor parte de las familias de soldados. Trabajó para ganar su reputación, para conseguir una buena paga y contratar un buen doctor que se hiciera cargo de Annelise. Siempre buscaba que todo fuera perfecto, aunque su esposa le repitiera mil veces que no era necesario, el aún así seguía pagando a esa costurera para que le hiciera lo vestidos mas bonitos, a esos mercaderes para llevarle las frutas mas sabrosas, incluso a las mejores floristas para regalarle las flores mas preciosas y hacerle recordar que, a pesar de no estar todos los días en casa, la amaba y extrañaba todo el tiempo.
Y el hecho de que ahora esté en peligro, asustada y posiblemente con frío lo hacia sentir que todo fue en vano, que debió esforzarse más, ser mas precavido y haber estado mas con ella.
Tal vez sea algún tipo de trauma que le quedó después de ver a los que consideraba sus hermanos entre las fauces de un monstruo lo que no le permitía pensar correctamente en este momento.
Sus manos temblaban, sus piernas no paraban de moverse, respiraba entrecortado y su voz salía tan débil que los cadetes a su mando no podían oírlo con claridad.
Uno de ellos estaba por acercarse a el, queriendo asegurarse de que estaba bien, pero un morocho de ojos verdes lo interrumpió. Eren venía corriendo con el rostro contraído en preocupación y miedo.
- ¡Capitán! - Tomó de los hombros al mas bajo, sorprendiendo a mas de uno por la naturalidad de sus movimientos, como si no tuviera miedo a ser golpeado por el soldado mas fuerte de la humanidad - ¿Qué pasó?, ¿Dónde está?
Los ojos grises miraron a los esmeralda, ya no eran intimidantes, incluso se veían frágiles, como si en cualquier momento fuesen a quebrarse - No lo se ... - Su voz grave fue baja, casi en un susurro - No se quien la tiene o a donde se la llevaron. Ya está oscuro y es mas difícil buscar entre los árboles.
Eren también estaba asustado, después de tantos años por fin había encontrado a alguien en quien confiar a parte de sus amigos, alguien que no lo juzgaría por llorar del miedo o de la tristeza y quien siempre lo abrazaría y aconsejaría como una madre. No podía perderle.
- ¡Escúchenme todos! - La voz fuerte y clara del mitad titan hizo a sus compañeros voltear a verlo - Dividanse en tres grupos, grupo uno irá por la derecha, grupo dos por la izquierda y el grupo tres irá tras de mi y el capitán Levi, ¿entendieron? - Todos estaban confundidos, ¿tenían que obedecer las ordenes de Eren?, ninguno se movió de su lugar y solo se miraban entre ellos
- Eren les dio una orden, ¿por qué no la están acatando?. ¡Quiero a los tres grupos listos ya! - Esta vez Levi hablo con su característica voz fuerte y agresiva, por lo que sus cadetes se pusieron rígidos y emitieron en unísono un: "¡Entendido capitán!", poniendo manos a la obra.
No tengas miedo, amor. Pronto estarás a salvo.
《♡》Los ronquidos causaban que una rabia inmensa creciera en ella, ¿cómo era posible que los bastardos durmieran tan cómodamente?, ¿acaso eran imbéciles?.
La temperatura estaba cada vez mas helada y a ellos parecia no importarles, probablemente llevaban ropas lo suficientemente abrigadoras como para no sufrir de una hipotermia. Ella solo tenia su vestido por donde el viento se podia colar sin problemas y estaba segura de que la niña estaba aun menos abrigada.
Malditos bastardos.
Sus pensamientos homicidas hacia los hombres se detuvieron cuando escuchó pasos rápidos acercarse cada vez mas. ¿Un lobo?, ¿algún animal salvaje?, no podía creer que esa iba a ser su forma de morir, ella deseaba algo mejor. Ella quería morir a los noventa años, hecha una uva pasa junto a su esposo y después de haber visto a sus aún inexistentes hijos vivir una vida plena.
Definitivamente nada sale como quieres.
Y a pesar de que sus pensamientos puedan ser algo graciosos viéndolos desde esta perspectiva, la realidad era que estaba cada vez mas asustada.
Lloraba silenciosamente, pesadas lágrimas saliendo de sus ojos y fuertes temblores por el frio y la ansiedad, su corazón latía tan rápido que sentía que sufriría un ataque y su respiración se volvía cada vez mas pesada, como si el oxígeno se negara a entrar a sus pulmones.Obviamente los hombres que la metieron en esta situación despertaron por los ruidos, poniendo manos a la obra para irse lo mas rápido posible, pero, como ya pudimos comprobar, no eran muy ágiles.
Los pasos se detuvieron, pero pudo escuchar gritos de dolor y agonía provenir de sus captores y sollozos ruidosos de parte de la niña a su lado.
Definitivamente voy a morir. Levi, te amo.
Se tensó cuando apartaron al pequeño cuerpo de su lado y sintió manos sobre su cuerpo.
Se removió, intentando lanzar patadas a pesar de tener sus piernas atadas y soltó gritos de suplica que fueron amortiguados por la tela en su boca.
No, por favor. Ya no me haga daño.
- ¡Annelise, soy yo! - reconoció la voz de su marido y sus movimientos bruscos se detuvieron para dar paso al llanto desgarrador y de alivio que no pudo evitar soltar.
Sus ataduras e impedimentos fueron retirados rápidamente, y en el instante en que sus ojos pudieron enfocar esa mirada que tan bien conocía simplemente no pudo evitar lanzarse hacia el, aferrándose con desesperación a su ropa, como asegurándose de que era real.
- Ya estoy aquí - Se sentía a salvo en esos brazos y cada segundo que pasaba se daba cuenta que la promesa que le hizo frente al altar no sería en vano, quería pasar toda su vida con el, incluso después de la muerte. - Ya no tengas miedo, amor. Ya llegué.
《♡》
Me gustó el capítulo, ¿que piensas tú?
¿Algo en especifico que quieras leer sobre esta pareja?
Te leo.
-Mimi♡
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Dominado ▪Levi Ackerman▪
FanfictionLevi Ackerman ha sabido ganarse el puesto del hombre mas fuerte de la humanidad. Su personalidad fría y agilidad en el combate provoca el respeto y temor de los soldados, nadie se atrevería nunca a retarlo. Bueno, casi. ¿Qué pasaría si el resto de...