2 ¿Qué ocurrió con el espantapájaros?

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Fufufu, las cosas se están poniendo interesantes *u* <3 

2. La primera obra melizabeth que Coco escribió fue Mil y una noches contigo, ¿cierto o falso?

II. Dime un aroma que te haga pensar en el día de las brujas. ¡Uff, hay tantos! >u< El otoño es una época genial para las fragancias, que el aire frío transporta con sus vientos alegres y refrescantes. ¿Qué dicen chicos? Cierren sus ojos y díganme lo que imaginan sus naricitas. 

***

Elaine miraba a los dos caballeros que la acompañaban a través del camino de tierra en dirección a la casa del informante y, por un momento, no supo qué pensar. Se veía que el padre Meliodas era una excelente persona, su expresión gentil le daba un aire de calidez que hacía fácil sentir que se podía depender de él. Sin embargo, ella había sido testigo de su reacción cuando fue a visitar a los enfermos, y supo que estaría muy equivocada si llegaba a considerarlo una persona blanda. ¿Cuántas veces debió haber visto fenómenos extraños para no inmutarse ante aquello? Era en definitiva una persona misteriosa pero, por alguna razón, aún así decidió que quería confiar en él.

Por otro lado, parecía que no sucedía lo mismo con el joven seminarista. Aquel pelinegro miraba al padre con una expresión de desconcierto que ella no sabía si interpretar como curiosidad o desconfianza. Pero al final, eso en realidad no importaba. Los tres estaban recorriendo el mismo camino, literalmente, y pasara lo que pasara, la pequeña rubia estaba decidida a ayudar al convento.

Había querido ir desde pequeña, aún lo recordaba como un lugar hermoso, y al saber que había caído en desgracia, una furia justiciera la inundó y supo con total seguridad que estaba dispuesta a todo con tal de salvarlo. A todo... incluso aunque al final terminara no yendo a él. La verdad, aún no estaba segura de tomar sus votos, ya que si bien tenía una vocación natural para ayudar a las personas, también le gustaba la idea de formar una familia algún día. Pero, ¿con quién, si era tan tímida que solo podía hablarle a otros religiosos? Suspiró resignada, preguntándose si debería preguntarle su opinión al padre, cuando de pronto se detuvieron y apareció en el horizonte una choza con la chimenea encendida.

—¿Aquí es Zeldris?

—Sí padre, debe ser. Me dijeron que "el zorro" vive en la última casa del pueblo, la más alejada. No es de por aquí, pero parece que los lugareños le tienen mucho afecto.

—Bueno, pues vamos a averiguar si...

¡TOC!

Un fuerte golpe seco los asustó a los tres por un momento, pero al siguiente, todos miraban en dirección al origen del sonido con alivio. Todos excepto Elaine, quien además se ruborizó por completo al quién lo había causado. A unos veinte metros de la cabaña estaba un hombre alto y musculoso, de erizado cabello blanco y ojos rojos como fresas. Se veía joven, aunque era difícil saberlo, y el sudor hacía resplandecer su piel mientras cortaba leña a ambas manos con un hacha. No llevaba ninguna camisa.

—¡Disculpe amigo!, ¿es usted "el zorro"? —Aquel hombre levantó la mirada en dirección a ellos, y al sonreír, Elaine supo de inmediato el por qué del apodo. Nunca había visto una sonrisa tan astuta y tan traviesa.

—Para servirlo, señor. Ban Fox, a sus órdenes... y a las órdenes de la bella dama que se esconde a sus espaldas. —La rubia no se había dado cuenta de cuándo lo hizo, pero se había escondido detrás del padre y lo sujetaba de su abrigo negro con fuerza.

—Muchas gracias. Yo soy Meliodas, y estos son el hermano Zeldris y la hermana Elaine. —Al saber que se trataba de una monja, la expresión coqueta del campesino desapareció y una gentil sonrisa fue a sustituirla.

Las Monjas - Especial de Halloween 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora