AMOR 💝

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Habían pasado tres semanas desde que Kirishima había entrado a la empresa y había podido avanzar en su investigación. Pudo probar a su verdadero jefe que Bakugo era un prisionero de la agencia y no un cómplice.

Aquello cambiaba muchas cosas ya que él debía liberarlo y buscar dónde estaba el laboratorio donde se hacían experimentos humanos. Esa sería la prueba definitiva.

Pero por supuesto Kirishima no sabía cómo descubrir su paradero, además no le había sido del todo sincero a Bakugo. Le prometió salvarlo, pero no le dijo cómo. No era una buena idea sincerarse con él, de momento.

Esa tarde entraba al departamento de Bakugo, y fue testigo de la violación a la que era sometido el rubio a manos de su manager.

Estaba atado de manos y desnudo en el sillón. No se veía nada bien. A Kirishima le bastó acarcarse y ver las jeringas más la expresión de su amado rubio, para saber que estaba drogado.

La furia se adueño de él al punto de sujetarla de los cabellos y alejarla de Bakugo.

La manager, tras recuperarse del asombro, lo miró con altanería. Nunca se lo perdonaría, lo haría echar y el pelirrojo sonriendo le refutó la idea.

- Vete de este departamento y de la vida de Bakugo para siempre maldita.
- Desaparecerás de aquí maldito.

Luego se fue. Kirishima sabía que ella no podría tocarlo mientras que él si lograría neutralizarla. Después de todo era una complice de la organización que empezaba a causar problemas.

Kirishima se ocupó de Bakugo. Lo desató y lo cubrió con su campera. Luego lo sujetó entre sus brazos y lo llevó a la habitación. Tras colocarlo en la cama lo fue acariciando para hacerlo reaccionar.

Era inaudito que permitieran que esa maldita vieja le haga eso a Bakugo.

"Tendré que sacarte de aquí más pronto de lo que pensé mi amor".

Acariciaba sus dorados cabellos con ternura intensa mientras le hablaba con amor. Bakugo respiraba entrecortado mirándolo, aún seguía bajo los efectos de la droga.

Su celular sonó y el pelirojo atendió. Era la geremcia, debía ir inmediatamente. Tras colgar, lo tapó con suavidad.

- Mi amor, soy yo. Kirishima. Debo irme pero te aseguro que regresaré por tí.
- N-No....no m-me dejes...Kirishima....p-por favor. Ella volverá por mí.

Lo besé con intenso amor y me fuí. Cuando llegué al despacho del gerente vi a la manager de Bakugo triunfante. Sonreí con mayor placer.

Expuse mi teoría sobre la manager y su pedofilia porque si bien Bakugo era ya mayor de edad, podría ser su hijo.

- Busca un manager que esté interesado en el trabajo y no en violarlo y drogarlo.
-¿Y dejarlo solo para tí? ¡Nunca! - contestó la manager.
- Trabajo bien con Bakugo, si hay algo entre él y yo no les incumbe a nadie. Más bien me inspira para hacerle mejores fotos.

Tal como lo había esperado kirishima, el gerente trasladó a la manager a otra agencia alejandola de Bakugo para siempre. Pero a cambio me exigió hacerle más y mejores fotos.

- Deberá esperar ya que ahora está drogado, gracias a su ex manager.
- En ese caso podrás ocuparte de él ¿cierto?
- Esto es lo que necesito entonces - dije entregándole un papel con una lista de remedios para Bakugo. - ¿Podrá conseguirlo?
- Seguro.

El pelirrojo se retiró y enseguida vió a la manayer salir con dos guardias que llevaban valijas con sus pertenecias.

Aproveché para mandar un mensaje oculto a mi verdadero jefe. Sabía que esa perra sería tratada como se merecía. Por suerte pude reunir suficientes pruebas en su contra.

Pero no era todo, eso lo sabía perfectamente. Hasta haber encontrado el laboratorio donde hacían los experimentos humanos, no acabaría aquello y por ende no lograría liberar a Bakugo.

Lleguó al departamento y su amado seguía en el mismo lugar y posición. Odiaba verlo así, maldita mujer.

Se acerquó a él para hacerlo reaccionar. Pero recién cuando le trajeron los remedios que pidió, pudo sentirse aliviado.

Le llevó poco tiempo preparar el remedio y así desintoxicarlo. Bakugo iba reaccionando poco a poco. Su desesperación se intensificaba cada vez más.

Kirishima se sentía culpable porque no debió dejarlo solo. Sin embargo tenía que entregar los archivos a la agencia.

"Después de ésto podré estudiar diseño gráfico y trabajar en la agencia junto a tí Bakugo".

Pensaba el pelirrojo mientras acababa con la desintoxicación de su amado rubio.

Bakugo lloraba desconsoladamente, pero Kirishima lo abrazaba con amor.

-Me dá asco, ella...
me da asco por dios...ayúdame Kirishima...por favor....
-Cálmate mi amor, ella no volverá a tocarte nunca más. ¿Entiendes? Ella fue trasladada a otro lugar.

Bakugo lo miró a los ojos y lo abrazó. Kirishima lo besó con amor mientras lo abrazaba y acariciaba.

- Dios Katsuki, te amo demasiado como para permitir que sigas encerrado aquí.
- Me están matando....mi amor...
- Yo no dejaré que eso pase.

Bakugo se incorporó con la ayuda de Eijiro y entró a ducharse mientras el pelirrojo preparaba algo delicioso.

El rubio salió pronto para reunirse con su amado. En verdad no soportaba estar solo, sus fantasmas e inseguridades afloraban, amenazandolo con volverlo loco.

Kirishima lo abrazó sabiendo cómo se sentía. Necesitaba revivirlo, ayudarlo a volver a ser el de antes. Ambos cenaron para luego irse al dormitorio de Bakugo.

Cuando el pelirojo quiso intensificar sus caricias, el rubio le suplicó que se detuviera. Lo padecido a manos de la manayer lo tenía traumatizado.

Pero Kirishima supo comprenderlo, y suavisar sus caricias logrando encenderlo de a poco.

- Te amo Bakugo, te amo tanto que estoy trabajando en tu libertad. Ahora descansa mi amor.
- Abrazame Kirishima, abrazame y no me sueltes...por favor....mi amor.
-Tranquilo - el pelirojo lo acariciaba con ternura - Descansa y confía en mí.
- Siempre...mi amor.











SALVAME (KIRIBAKU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora