RE-ENCUENTRO 💝

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Kirishima llegó esa mañana con los documentos y papeles necesarios. La agencia All For One lo estaba esperando, para sorpresa del joven pelirojo.

La oficina del gerente era en extremo lujosa. El hombre adulto que lo recibió lo entrevistó mientras revisaba su trabajo.

Transcurridos unos momentos le confirmó el trabajo.
- Será el fotógrafo particular de una de nuestras grandes estrellas. Katsuki Bakugo. Esperamos obtener grandes logros con usted.

-Muchas gracias señor.
- La señora es su manager y lo llevará a la habitación de Bakugo - en esos instantes entraba una mujer de aproximadamente cuarenta años.

Muy elegante y a simple vistas sombría, según pudo evaluarla Kirishima.

- Por aquí Kirishima - la mujer lo miró con dureza al hablarle. El pelirojo fue conducido por pasillos super lujosos. Cuando llegaron ante la puerta de la habitación donde vivía Bakugo ella sacó de su bolsillo un manojo de llaves para elegir una y abrir la puerta al tiempo que decía al entrar - Katsuki, cariño te traje una compañia interesante.

Kirishima observó aquello con asombro ¿tenían a Bakugo encerrado con llave? Al entrar vió que la habitación era un lujoso departamento de dos ambientes.

Todos los muebles y adornos estaban relacionados con la música y el baile. Pero aquello no le resultó nada agradable ¿cómo era posible que lo tengan bajo llave?

La manayer entró como si se tratase de su propio departamento, al tiempo que Katsuki salía de lo que parecía ser su dormitorio.

Ella lo miró con ¿deseo? Kirishima frunció el ceño, ya que esa mujer bien podría ser su madre. La forma en que Bakugo la miró era para tener cuidado de no acercarsele, pero ella no parecía inmutarse.

-Te presento a Kirishima, tu nuevo fotógrafo - dijo ella. Cuando nuestras miradas se cruzaron la turbación de él fue evidente pero supo discimularlo. - Llevense bien ¿de acuerdo? - Luego sacó la llave que había usado para abrir la puerta de su llavero y me la entregó - Es para tí, guardala bien y no se te ocurra perderla. No debes permitir que Bakugo salga del departamento, salvo que sea para trabajar. Fotografías, ensayos, grabaciones, filmaciones y conferencias de prensa son los únicos permisos que tiene para salir y jamás lo hace solo. Debes acompañarlo en todo momento y evitar que ande por sí solo por ahí.

Inmediatamente ella se fue cerrando con llave la puerta. Pero al cabo de unos instantes la puerta volvía a abrirse para dar paso a tres hombres altos y musculosos que llevaban valijas con todas las pertenencias de Kirishima.

Le prepararon el cuarto contigüo y en menos de diez minutos se fueron cerrando con llave la puerta.

-¿Qué fue todo eso? -quiso saber Kirishima
-Bienvenido a mi mundo Eijiro. - Dijo Katsuki sin vida en su voz -¿Qué haces aquí?
- Bakugo, increíble las vueltas del destino. No pensaba encontrarte aquí. Vine por trabajo.

Bakugo miraba al pelirojo con tristeza y dolor pero no dijo nada. Kirishima lo contempló entre sorprendido y furioso. Al final cedió a la sorpresa.

- Katsuki ¿qué sucede aquí? ¿Por qué te encierran? ¿Cómo es eso de que no puedes salir por tí mismo de aquí?
- ¿Acaso importa? - Kirishima no esperaba esa respuesta - Solo estás aquí para sacarme fotos ¿cierto? Es todo lo que necesitas saber.

Sin decir nada más Katsuki se fue a su habitación. Kirishima, furioso, se fue a la que sería la suya. Le asombró el lujo del lugar. Dejé sus cosas personales allí y se sentó en uno de los sillones, mientras recordaba las instrucciones recibidas.

Debía buscar pruebas sobre todo lo relacionado a la empresa y sus abusos, para poder hacerla caer en manos de la justicia.

Pero nunca imaginó encontrar Bakugo aquí y así. Katsuki. El pelirojo miraba por la ventana pensando en el rubio cuando aún eran parejas, sus padres todavía estaban vivos por aquel entonces.

Nunca pudo superar su adiós, y ahora tendría que no solo trabajar con él sino además vivir bajo el mismo techo. Sabía que debía indagar más al respecto, por lo tanto salió de la habitación para dirigirse a la de Bakugo.

Sin decir nada entró nomás, tragándose la bronca del rubio. Pero el pelirojo tras cerrar al puerta, empezó diciendole:

- ¿Qué sucede Katsuki? ¿Por qué estás aquí y así?
-¿Y tú? ¿Qué quieres?
-Trabajar debido a que debo mantemerme solo y no como tú.
-Vete de aquí.
-No

Katsuki miraba al pelirojo con desesperación aunque decía otra cosa diferente.
- Aqui podemos hablar tranquilos, no hay cámaras ni microfonos....Kirishima.
-¿Qué?

En verdad el pelirojo iba de asombro en asombro. ¿Microfonos? ¿Cámaras? Kirishima entendía de qué iba la cosa y en verdad no le gustaba nada ver cómo era tratado alguien como Bakugo.

-Bakugo....tú....eres un prisionero ¿verdad?
El rubio respiraba entrecortado debido a las preciones que padecía.
-Así es.
- ¿Por qué?
- Mis tíos me vendieron a ellos y ahora....le pertenezco. Son ellos quienes deciden qué debo hacer.

Kirishima, sin poder contenerse más, lo abrazó fuertemente mientras lo besaba con esa.pasión contenida de tiempo atrás. Acariciaba su musculoso cuerpo con avidez.

Cuando se separaron para respirar el pelirojo dijo:
-¿Por eso me...abandonaste tiempo atrás Bakugo?
-Sí - la voz del rubio se le quebró - Nunca me habría alejado de tí....
- Katsuki yo....creí que me habías dejado por tu propia voluntad. Yo....yo quedé sin alma desde ese momento.

El rubio lo abrazaba con desesperación, respirando entrecortado.
-Te amo Kirishima.
-Te sacaré de aquí mi amor
- No podrás, estoy atrapado aquí.

- Solo confía en mí, mi amor.
- Si es cierto lo que dices....por favor mi amor....ayúdame....ya no soporto seguir viviendo así.

Como respuesta, Kirishima lo besó con pasión, mientras se dejaban caer en la cama para amarse con salvajismo amor.

Ambos estaban ávidos de amor y muy necesitados el uno del otro. Perdieron la noción del tiempo ya que tras amarse, ambos prepararon el almuerzo para luego regresar a la habitación para amarse más, mucho más.

Llegó la noche y ninguno supo nada. Por primera vez desde que fue vendido a esa organización, Bakugo pudo dormir tranquilo y sin pesadillas en brazos de su primer y único amor. Kirishima.

El pelirojo lo abrazaba con fuerza, en su acostumbrado instinto protector. Mientras iba durmiendose le susurraba suavemente al oído:
- Te salvaré mi amor, pero por favor no vuelvas a dejarme.
- Liberame de ésta prisión y te juro que me casaré contigo mi amor.
-Te tomo la palabra Bakugo.

Ambos se durmieron abrazados y enamorados.

SALVAME (KIRIBAKU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora