Capitulo 2 Regalos

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Justo como había dicho después de aquello, la misma neblina nos llevo a su casa actual, no imaginé estuviera en el mundo humano, pero estaba suficientemente cansada para no darle importancia, por lo que solo pregunte por alguna cama donde descansar, motivo por el cual me miró extrañado, agradezco no preguntara al respecto, simplemente me dijo donde se encontraba una habitación libré al la cuál me dirigí y sin dar importancia me metí en la cama existente en esta; ahora, bueno sigo recostada en ella observando con mayor detenimiento aquel anillo que no podría quitarme, un suspiro se escapó de mi boca al ver mi meñique sin su hilo, un vacío se sintió de golpe en mi pecho, por lo que respire profundamente un par de veces para controlar y evitar el llanto, no podía darme el lujo de llorar ahora, no lo había hecho antes y no era el momento de hacerlo, me senté en la orilla de la cama para observar con detenimiento la habitación, era lo suficientemente amplia para todo lo que necesita una habitación aunque lo único aquí es la cama donde me encuentro, seguramente tendría que conseguir algunas cosas, por lo menos se encontraba limpia.

Decidida me levanté para recorrer la casa, dos pisos, otras dos habitaciones, una con llave tal vez la de él, la otra totalmente vacía, bueno vacía sin contar los regalos, y al parecer cada habitación tenía su respectivo cuarto de baño, un lujo en esta época; baje las escaleras de madera dando a la que sería la sala en donde observé dos puertas además de la entrada, una daba a lo que sería la cocina y la otra a un estudio lo cual sería lo más amueblado de la casa ya que además del escritorio junto a su respectiva silla había un par de libreros entre otras cosas, apesar de lo vacía que se encontraba era una casa de calidad y me agrado que la mantuviera limpia a pesar de que seguramente no pasa mucho tiempo en ella, suspiré al sentir hambre, después de tanto me he acostumbrado a consumir alimento, di un par de vueltas, me cambie la vestimenta con un chasquido de mis dedos para salir a buscar en donde desayunar, la casa estaba suficientemente céntrica en aquella ciudad ya conocida para mí, por lo que no tarde en encontrar donde alimentarme con calma, más de un humano se extraño al verme, pero no los culpo, una mujer sin compañía no se veía siempre, pero afortunadamente mi vestimenta equilibra todo, al menos por un tiempo me vestiría como las demás, creí que tomaría mi desayuno con tranquilidad.

-Tomo asiento tomándome por sorpresa —Si querías salir por comida hubieras llamado a mi puerta.

—A pesar de mi apariencia estoy suficientemente grande para hacer cosas por mi lado - Continué con mi desayuno mientras que algunas damas comenzaban a susurrar sobre mi acompañante repentino.

No contesto solo me observó tomar mi desayuno, pero no me dejó pagar por mi cuenta, salí del lugar con él siguiéndome por todos lados, no hablo si no hasta que fijé mi curso a lo que sería en mercado.

—¿Que necesitas? - Hablo mientras se dedicó a alcanzarme ya que se había mantenido atrás.

—Tu vives de tus tratos, pero yo en cambio quisiera dejar eso por un largo tiempo, la casa está algo vacía, además teniendo en cuenta que adopte varias costumbres humanas, prácticamente necesito todo, no solo una cama.

—Bien, adelante pide lo que quieras - Lo mire extrañada —Por ahora evitaré molestar, no quiero que termines casi viuda en el primer día.

Sonreí, de alguna forma me había causado cierta gracia su comentario, supongo que lo decía por casi matarlo años atrás, por ahora no habría necesidad de preocuparme por el dinero tenía suficiente e incluso más del necesario después de todo lo que hice en mis vidas anteriores, solo lo modificaba a la moneda actual de aquel país después de un recorrido por aquel mercado y conseguir lo básico regresamos a su casa, después de todo había regalos que revisar para determinar cual le sería útil a cada uno.

Había un poco de todo desde cosas humanas hasta demoníacas, supuse que las humanas vendrían de aquellos que ya me conocen y las demoníacas de los que no, había libros, ropa de la época, en colores fuertes y obscuros afortunadamente, instrumentos de cocina, gracias a Dios, algunas almas, las cuales definitivamente se las entregué a mi acompañante, armas, cielos son bellísimas, joyería maldita, posiblemente terminaría guardada, objetos decorativos, si me lo permitía los pondría por toda la casa ya que eran varios, entre otras cosas más y al final tomo un par de cajas de las cuales me dió una.

—Las manda mi familia, una disculpa de antemano si es algo muy cursi, seguramente habrá sido idea de mi madre.

—No te preocupes - Sonreí ligeramente, tenía suerte de tener madre.

Sin más las abrimos, de primera estancia había una nota la cuál tome era una carta, posiblemente del líder de su familia en donde agradecía que eligiera al demonio frente mío y de antemano se disculpaba en nombre de él por cualquier tontería que llegara a hacer, pero la última frase me dejó pensando por un momento "Espero esto en un futuro signifique para ustedes su unión y no una cadena que los até." Mire el contenido de la caja, se trataba de una cadenita de plata con un dije de pluma del mismo material, la caja era de madera en la cuál al verla con mayor detenimiento se encontraba un poema ocultó en lengua infernal estaba por leerlo pero un suspiro de su parte captó mi atención.

—¿Que ocurre Michaelis? - Saco su carta para darmela, al leer no pude evitar reír, ya que prácticamente le estaban dando la llamada de atención de su vida —Algún día tengo que hacerles una visita.

-Miraba el dije —Creo te llevarías bien con ellos - Lo saco con cuidado, la cadena era un poco más gruesa al igual que la pluma era ligeramente más grande, me miró —¿Te lo colocaras?

-Suspiré y cerré la caja de madera —No, es un detalle muy lindo de tu familia, me conozco lo suficiente para saber que podría perderse.

Guardo el suyo igualmente, por el momento dejaríamos las cosas en aquella habitación, una vez que trajeran lo que compre podríamos acomodar todo, al menos así la casa sería más normal a ojos humanos y evitaríamos cualquier sospecha o rumor, sobre todo yo debía evitarlos, después de la traición de él no sé si continuara buscándome para intentar  matarme, además el consejo podría ponerse en mi contra por los posibles disturbios que se puedan provocar.

EL DEMONIO DE LA DIOSA - Michaelis & RushifaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora