La habitación del fondo comenzó a permanecer cerrada y la puerta de su habitación abierta, había noches en las cuales salía hasta el día siguiente, pero está semana permaneció en su casa día y noche, incluso ahora me acompañaba en mi desayuno.
—¿Ocurrió algo? - Decidí preguntar, solo negó con la cabeza.
—Tengo entendido que eres alguien quien disfruta del arte - Asentí ya que tenía la boca ocupada —a habitación del fondo, es tuya.
Lo mire confundida mientras pasaba el bocado de comida por mi garganta —No necesito otra habitación.
—Rushifa eres tú quien permanece aquí al no ser que necesites salir, teniendo en cuenta tu naturaleza no creo que permanecer encerrada sin hacer nada...
—Michaelis -Lo interrumpí- ¿Estás preocupado?
—¿Que si temo por mi existencia?, Si, creí sería divertido, pero incluso mi familia me ha amenazado.
—Espera, ¿Estás diciendo que ya te amenazaron de muerte?- Asintio —He de admitir que es aburrido no tener algo que hacer, pero irónicamente llevo siglos deseando la tranquilidad.
Perdí la cuenta de las veces que imaginé una vida tranquila, una vida en la que no me viera obligada a involucrarme en guerras, es irónico que una unión involuntaria y solo por interés me diera una vida más tranquila, al menos por el momento; mientras que el equilibrio se mantenga, ni yo, ni mis hermanas tenemos de que preocuparnos, al ir a la habitación me tope con libreros llenos junto a un escritorio con papel, pluma y tintan sobre el, esto en un extremo mientras que en el otro se encontraba un caballete, acrílicos, pinceles y varios lienzos blancos en una repisa, todo adecuadamente acomodado para dejar un gran espacio en el centro, incluso el piso había sido mejorado, era prefecto para bailar.
—¿Que te parece?- Su voz repentina a mis espaldas me tomo por sorpresa, por lo que di un pequeño brinco, río.
—Gracias - Dije al girarme —No creí que supieras algo en el ámbito artístico.
Se mantuvo recargado en el marco de la puerta mientras me acercaba con unos cuantos pasos —Si lo piensas en realidad no sabemos nada del otro, solo sé lo que se cuenta sobre ti.
—Entiendo -Tenía razón, tal vez por ahora todo ya ha estado tranquilo, pero esa tranquilidad se podría ir un poco a la mierda en solo un momento- ¿Tienes tiempo hoy?
Un simple asentamiento de su parte fue su respuesta, debíamos dejar en claro varias cosas, asi podríamos evitar conflictos sin sentido, por lo que a mí parecer sería mejor aprovechar el día en aclarar estás cosas, además de aprovechar el hecho de que no tenía la necesidad de salir, fui a la cocina por una botella de vino y dos copas ya que seguramente sería un día largo.
Todo comenzaba a tener sentido, visitaba el plano terrenal durante largos periodos de tiempo desde hace un poco más de tres mil años, a estudiado lo suficiente a los humanos para lograr imitar sus acciones y reacciones, aunque una pregunta volvía a hacerse presente ¿Cómo logro venir a este plano sin necesitar un contrato?, además de que aquellos del plano celestial no hayan intervenido, aunque su apellido no sea tan conocido hubieran aparecido por la presencia de un demonio sin correa, la única razón por la cuál no considerarían intervenir es que no haya sido un demonio desde el principio, él o alguno de sus antepasados, si esto es así significa que debí conocerlo con anterioridad o al menos saber sobre su caída, ya que se nos son reportadas a pesar de todo, pero simplemente no sabía nada acerca de los Michaelis.
Respecto a mi no había mucho que decir, no conocía a demonio o ángel que no conociera la historia de mi raza, siempre contada desde su punto de vista, pero afortunadamente nada importante ha sido alterado, pero él seguía a la espera de mi parte.
—Bien, ¿Que quieres saber? -Le pregunté después de tomar un sorbo de mi copa.
—Todo -Fue su respuesta mientras hacía lo mismo con su bebida.
No podía contarle todo, además de lo largo que era, existen cosas que prefiero no recordar, cosas de las cuales deseo que ni siquiera el recuerdo exista.
—¿Seguro que todo?, Debe haber algo en específico que quieras saber, seguramente conoces la historia, contarla toda sería demasiado.
—Bien entonces, cuenta lo que creas necesario.
Suspiré y pensé por un momento, miraba mi bebida mientras la hacía girar con un poco de magia Infernal —Me tendré que ausentar por periodos de tiempo indefinido, debes tener sumo cuidado si llego a sufrir una clase de perdida de control, créeme que nada evitara que haga alguna masacre, pero no te preocupes demasiado no es algo frecuente y mucho menos ahora que no uso mis poderes, me desagradan en gran medida las mentiras, al igual que la falta de confianza, tampoco me gusta que por el hecho de ser del sexo femenino me sobrevaloran, igualmente adoro a los felinos, mis gustos al paladar sobre todo son los alimentos agridulces, aunque como de todo, como habrás notado no necesito almas al no ser que tenga que usar demasiada energía, el dormir lo hago por gusto, aunque no es necesario, y como ya sabes el arte en todas sus formas simplemente es importante, en cuanto mis sentimientos no tienes de que preocuparte, por ahora no siento nada; creo que es todo lo que necesitas saber por ahora Michaelis.
—¿Por ahora? -El tono de curiosidad e intriga me recordó a la de los niños aprendiendo algo nuevo.
—Si, tarde o temprano puede surgir algo más.
—Ya veo, le agradezco tan importante información, mi sobrevivencia ya ha sido asegurada - Comento en tono divertido.
—Tal vez si, tal vez no, ten cuidado de todas maneras Michaelis - Dije siguiéndole el juego.
—Oh por favor Rushifa, ahora tendré que cuidarme hasta de mi sombra, debí pensar más antes de aceptar aquella noche.
Estaba por responder, pero el sonido de que alguien llamaba a la puerta nos tomo por sorpresa a ambos, sobre todo por la hora que era, la posibilidad de que fuera alguien conocido era mínima por lo que yo me decidí a abrir la puerta, mientras que Michaelis levantaba las copas y el vino para llevarlos a su respectivo sitió, grande fue mi sorpresa al encontrarme con dos mujeres de aproximadamente veintitrés años de edad, ya era de noche y aunque aún había individuos circulando en las calles era raro que dos señoritas estuvieran sin compañía masculina, las observé en busca de una respuesta como que tal vez estaban perdidas o necesitaban ayuda con algo, incluso creí que pediría posada, pero no espere que dos humanas estuvieran buscando a Michaelis.
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EL DEMONIO DE LA DIOSA - Michaelis & Rushifa
FanfictionCada reino tiene sus reglas y principios, si deseas vivir en ellos debes respetarlas, y seguirlas al pie de la letra, no importa tu estatus, ni siquiera si se trata de un Dios... o en este caso una Diosa. ★~★~★~★~★~★~★~★~★ -¿Michaelis? -Me miro de r...