Era lógico que invitaran a todos los demonios solteros existentes, Satán y Lucifer me conocían lo suficiente como para saber que no superaría la traición en tan pocos días; pero la corte exigía encontrar a mi nuevo acompañante, además de que al menos debía congeniar un poco con quién se supone elegiría, conocía a mi gente al menos las primeras y principales generaciones, ellos me conocía lo suficiente para no dejar nuestra amistad, otros más sabían demasiadas historias o rumores sobre mi que eran todo lo que me preguntaban, algo cansada mentalmente decidí salir de aquel salón a uno de sus balcones encontrándome con él.
—¿Michaelis?
-Me miro de reojo al acercarme —Así que diosa del equilibrio - Me alcé de hombros —Creí no volvería a verte Rushifa.
—Lo mismo digo, ¿Cómo ha ido tu estancia en el mundo humano?
—Son fáciles de manipular como siempre, recientemente termino mi contrato con una familia entera, pero está siendo muy monótono.
—Comprendo, deberías tomarte un tiempo para pensar en que tipos de almas buscas - Lo pensó por un momento y asintio —Bien debo volver adentro.
No paso ni un segundo para que Luciel mejor conocido como cupido, el principal guardián de los hilos rojos, me jalará bruscamente a un rincón y me mirará con emoción, solo lo observé confundida.
- Michaelis, es una de la familias demoníacas que últimamente ha subido en jerarquía, sobre todo por ese Michaelis, piénsalo Luna, por lo que vi ya lo conoces y es el único con quién has tenido una conversación normal.
—Él es de quién te conté.
—¿El que te sello? - Asentí en respuesta —Con mayor razón, cásate con él, es joven y pudo sellar a una diosa del equilibrio.
—He de admitir que es atractivo, poderoso y habilidoso al parecer.
—¡Decidido!
Aquel grito de su parte fue suficiente para llamar la atención de los presentes, yo no pude ni negar que estaba decidido pues inmediatamente empezó a hablar.
—Michaelis - Lo miró directamente - ¿Quisiera ser uno de los principales herederos infernales junto a Luna?
Todos giraron a verlo, Satán y Lucifer se mantenían atentos, mientras que yo le hacía señas de negación ya que él me miraba algo sorprendido, pero pronto aquella sorpresa se convirtió en esa cínica sonrisa.
—Acepto.
Dicho ésto una neblina negra nos rodeo a ambos para transportarnos a aquel altar ya preparando, además de cambiarnos la vestimenta, juro que de no haber sido por aquel velo mi mirada lo habría destrozado, él parecía divertirse, seguro que se estaba vengando por haberlo fastidiado años atrás, no tuve más opción que continuar con la ceremonia de vínculo de sangre, está vez la corte se aseguraría de que nada rompiera el compromiso, después del rezo típico mientras nuestra sangre se combinaba en una copa maldita, bebimos de esta dejando lo suficiente para ingresar aquellos anillos que una vez ambos totalmente sumergidos en la sangre la absorberian por igual hasta dejar la copa seca, despues de esto se nos fueron entregados para colocarlos en su sitio permanente a partir de ese momento.
El ambiente del baile cambio por completo cuando ambos portabamos los anillos, nuestra vestimenta volvió a cambiar y el resto de las familias demoníacas aparecieron de la misma neblina negra que había cambiado todo de golpe, pero no sabía de qué me sorprendía si siempre han sido así las bodas al alcanzar cierta cantidad de milenios cumplidos sobre todo tratándose de miembros principales en la jerarquía.
La mesa de regalos se llenaba cada vez más, por mi parte o más bien por nuestra parte nos manteníamos alejados de la multitud mientras tomábamos vino, los que se llegaron a percatarse de nuestra presencia se acercaba a felicitarnos, mientras que los que no buscaban a la "feliz pareja", lo cual me parecía gracioso ya que algunas veces pasaban en frente de nosotros y otros cuantos simplemente no tenían interés en nosotros.
—Veo que estás acostumbrada.
—He asistido a muchas más a través de mis vidas.
—¿Vidas?
—Es algo complicado de explicar y un poco largo, ¿Sigues utilizando el nombre de Angelo?
—Cuando estoy libre de contrato o el contratista me da libertad.
-Lo mire un momento —Tienes cara de Sebastian.
—Claro que no, varias humanas me ha dicho que soy un ángel.
—Vaya ofensa a los angeles.
—¿Que se supone haremos después de este baile?
—Me llevarás a tu respectiva casa, noche de bodas, luna de miel y todo eso, yo prefiero saltarme a la parte en la que ambos no nos soportamos por lo que dormimos separados y cada quien hace de su vida lo que quiere.
—Concuerdo contigo querida, pero debes conocer los motivos principales de estás uniones.
—No te preocupes por eso, ya tengo dos, con esos bastan y sobran, ¿Algo más demonio torpe?
—Tu eres la torpe, eres una torpe diosa yo en cambio soy un demonio astuto.
—Me gustaría matarte, en serio, pero después de esto - Señale los anillos - No podré dañarte lo suficiente para matarte.
—Volvió a sonreír de la misma manera que momentos atrás - Te lo dije.
La conversación murió ahí, el resto del baile no nos dirigimos palabras, ni siquiera cuando debimos bailar el tradicional baile de abertura de la pista nos dirigimos palabra alguna, el choque de nuestras miradas lo decía todo, esto estaba mal y seguramente habría más de una pelea en el resto de la eternidad, por ahora no tengo de que preocuparme por mantener la apariencia ya que las Rushifa les dejamos el trono a los siguientes en la línea, ya teníamos suficiente trabajo con el equilibrio y aunque pudiéramos gobernar el infierno sin que interfiera con lo principal de nuestra existencia, prácticamente nos pondríamos una condena nosotras mismas, ya tenemos suficiente con el ciclo de vida y muerte impuesta por Dios, bueno la ventaja de está última es que podre descansar unos años, al inicio de las nuevas vidas, de Michaelis, además de que si mis cálculos no fallan no debe faltar mucho tiempo para que los angeles vengan a hacer lo de siempre, torturarme hasta el rompimiento de aquello representativo del equilibrio, los dioses legendarios y de mi vida inmortal, al menos lo intentarán.
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EL DEMONIO DE LA DIOSA - Michaelis & Rushifa
FanficCada reino tiene sus reglas y principios, si deseas vivir en ellos debes respetarlas, y seguirlas al pie de la letra, no importa tu estatus, ni siquiera si se trata de un Dios... o en este caso una Diosa. ★~★~★~★~★~★~★~★~★ -¿Michaelis? -Me miro de r...