25: Un pastel con sabor a anestésicos

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Omnisciente pov

Transcurrida la noche en que la chica secuestrada no pudo dormir finalmente sintió los rayos de sol colarse por un pequeño orificio en la ventana.

Tenía tantas preguntas que solo el pecoso podía resolver, pero no estaba segura del si Izuku quisiera responderlas.

La inmovilidad en sus piernas era renuente y eso la asustaba, ¿qué sucedió mientras estaba inconsciente?

A su olfato llegó el delicioso aroma a wafles con miel, la mantequilla derretida haciéndole rugir su estómago. Moría de hambre pero su necesidad de comer pasaba a segundo plano.

Toda la noche intentó romper los guantes con los dientes pero apenas y los estiraba. No intentó tirar de las cadenas porque sabía que sería difícil soltarse y llamaría la atención de Izuku.

Lo escuchó tararear una canción y finalmente abrir la puerta, entró sonriente y tratando de transmitir esa aura de inocencia que Aoi sabía que nunca existió. Se acercó despacio y dejó la bandeja en la mesa de noche a su derecha.

-Buenos días, Aoi-chan. ¿Qué tal dormiste? -no iba a responder de no ser porque necesitaba saber del estado de sus amigos, de Katsuki-kun y Todoroki-kun.

-Bien...

-No me mientas. Cuando lo haces pones esa misma expresión, además tus ojos están rojos y tienes ojeras.

La chica hizo una nota mental. Para mentirle a Izuku debía creerse ella misma sus mentiras. Estaba hablando con un mentiroso experto después de todo.

-Te traje el desayuno, sé que los wafles con miel son tus favoritos. Incluso me quemé haciéndolos... Pero no importa, ¡los he preparado con mucho amor!

Acercó el plato con el tenedor hacia la chica y ésta al dar el primer bocado no pudo retener las lágrimas, sintiéndose patética.

"No pude proteger a mis padres.. No pude proteger a mi abuela... No puedo ni protegerme de mi mejor amigo.."

El roce de sus dedos con curitas en su mejilla mientras retiraba sus lágrimas no le importó. De haberlo hecho la noche anterior le abría vuelto a dar un manotazo, pero se contuvo.

-I-Izuku-kun... Yo...

-¿Están buenos?

-Si... Gracias -le sonrió el de pecas y contento le pasó el jugo de naranja.

Al tomarlo es cuando se da cuenta de un sabor amargo en el jugo. Es ahí cuando cae en cuenta de la realidad.

"La comida tiene algo, ¡que estúpida!"

Tras acabar de beber el jugo esperaba a que Izuku se fuera para vomitar el desayuno. Pero este no se fue.

-Necesitas un baño, en el armario hay ropa que traje de los dormitorios y otra especial que compré. Espero que te guste...

El de hebras esmeralda fue hasta el armario y tomando una extraña caja sacó de su interior un aro de metal, presionó un botón y éste se abrió. Aoi comprendió las intenciones de Izuku y trató de apartarse.

-Izuku-kun, ¿qué es eso? No quiero, Izuku-kun escucha. ¡Por favor, no me lo pongas! ¡Izuku!

Sus súplicas fueron inútiles, se subió a la cama y aún con el forcejeo y mordiscos de la chica le colocó el collar en el cuello, lo cerró y activó.

Fue ahí donde finalmente escuchó el tintineo de unas llaves. Había liberado su mano.

Sin pensarlo dos veces tomó el vaso del jugo vacío y golpeó a Izuku con él, rompiendo el vaso.

Como pudo bajó de la cama y comenzó a arrastrarse por el suelo, mirando que el lugar en el que estaban lucía como un apartamento normal, incluso en la sala tenía un pequeño balcón.

"¡La puerta principal! Debo darme prisa"

Llegó a la puerta y al girar el pomo notó que estaba abierta, a punto de llorar de la felicidad abrió la puerta y al cruzar su cuello la puerta una poderosa corriente eléctrica la abofeteó. Deprisa regresó hacia adentro confundida.

"No puede ser. ¿Por qué...?"

-Eso dolió, Aoi-chan.

Asustada se giró en dirección a la voz. Izuku estaba sangrando y aún así mantenía su mirada fija en ella, sonriendo ajeno a la situación.

-Si intentas salir del departamento el collar te dará descargas eléctricas hasta noquearte.

Se alejó lo más que pudo, chocando de espaldas con la pared.

-Aoi, yo solo quiero protegerte de todos, de los héroes, de los villanos, de todo el mundo. Yo jamás haría algo para dañarte. Vamos a que te des un baño.

Con una exagerada tranquilidad cargó a la chica y la llevó al baño, donde la dejó aún con ropa en la llena y tibia bañera.

-Te daré privacidad. Llámame cuando termines para ayudarte a salir del baño -y sin más salió.

Un pánico increíble recorrió el cuerpo de la chica, su extraña paciencia le hizo creer que planeaba explotar su ira con ella cuando menos lo pensara.

Debía ser más astuta si quería salir de ahí.

If I killed someone for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora